La explosi¨®n del cohete Antares, un contratiempo en la estrategia de privatizaci¨®n de la NASA
El accidente destruye 157 millones de euros en equipos y carga destinada a la estaci¨®n espacial
La explosi¨®n, a los pocos segundos de despegar, del cohete estadounidense Antares de la empresa Orbital, bajo encargo de la NASA, aparca de momento el plan de ocho lanzamientos contratados para enviar suministros a la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS). El que explot¨® el martes por la tarde (en la madrugada del mi¨¦rcoles en Espa?a) era el? tercero de esos ocho vuelos. ¡°En cuanto a los siguientes pasos de Antares, no volveremos a volar hasta que comprendamos la causa de ra¨ªz [del accidente] y tomemos las medidas correctoras necesarias para asegurar que no vuelve a suceder; es demasiado pronto para poder decir cu¨¢nto tiempo se puede tardar¡±, declar¨® el vicepresidente ejecutivo de Orbital, Frank Culbertson, antiguo astronauta de la NASA, pocas horas despu¨¦s de la p¨¦rdida de su cohete. ¡°Seguiremos el proceso debido, con profesionalidad y en profundidad¡ y puedo asegurarles que descubriremos qu¨¦ ha fallado, lo corregiremos y volaremos de nuevo¡±.
La destrucci¨®n del cohete ha dirigido la mirada de los expertos hacia la estrategia de la NASA de ceder al sector privado, y financi¨¢ndolo, no solo el env¨ªo de cargas a la ISS, sino tambi¨¦n los vuelos con astronautas, estrategia que se ha concretado recientemente mediante contratos con otra empresa, SpaceX, para desarrollar una nave tripulada que podr¨ªa volar dentro de tres o cuatro a?os, y con el gigante Boeing con similar objetivo. Esta estrategia pretende, seg¨²n ha explicado la NASA, agilizar los programas espaciales, reducir costes e incentivar el sector industrial con nuevas ¨¢reas de actividad, pero no han faltado cr¨ªticas cuestionando la eficacia de estos contratos y la reducci¨®n real de inversi¨®n que se lograr¨¢.
Solo Rusia y China lanzan astronautas
Las dos ¨²nicas potencias espaciales que tienen ahora medios para lanzar astronautas al espacio son Rusia y China. Desde que, en 2011, la NASA jubil¨® definitivamente la flota de transbordadores espaciales, sus hombres y mujeres del espacio tienen que ir a la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS) a bordo de naves rusas, pagando por el pasaje de cada uno. China no va a la ISS, pero ha realizado ya varias misiones tripuladas en ¨®rbita terrestre y planea construir su propia estaci¨®n espacial.
Europa, por su parte, nunca ha tenido naves tripuladas y sus astronautas (14 actualmente) viajaban a la ISS en los transbordadores o en las naves Soyuz rusas, como siguen haciendo ahora. Lo que s¨ª ha tenido es un programa de naves avanzadas de carga, las ATV, para llevar suministros a la ISS (la ¨²ltima, la Georges Lemaitre fue lanzada el pasado julio y estar¨¢ atracada en la base orbital hasta enero), que se han repartido la tarea con los cargueros autom¨¢ticos rusos Progress. Adem¨¢s, las ATV han servido para elevar la ¨®rbita de la estaci¨®n, o para hacer alguna maniobra, como la ¨²ltima, realizada el pasado lunes, para esquivar un fragmento de basura espacial (un trozo de un sat¨¦lite Cosmos ruso).
Tambi¨¦n Jap¨®n, el otro gran socio de la ISS, tiene naves de carga, las HTV.
Estados Unidos ha retomado el suministro de la base orbital con las naves autom¨¢ticas Dragon y Cygnus, de las empresas SpaceX y Orbital respectivamente, y pretende recuperar su capacidad de lanzar astronautas al espacio a finales de esta d¨¦cada.
El Antares, un cohete 40 metros de altura, con la nave autom¨¢tica de carga Cygnus que llevaba a la ISS 2.268 kilos de comida, repuestos y experimentos cient¨ªficos, explot¨® a los pocos segundos de despegar desde la base de la NASA Wallops, en Virginia. Las p¨¦rdidas rondan los 200 millones de d¨®lares (157 millones de euros). No hubo heridos, pero s¨ª da?os en las instalaciones y la agencia espacial ha alertado a la poblaci¨®n de que le ha de ser entregado cualquier fragmento del veh¨ªculo espacial que, adem¨¢s, puede ser peligroso por los materiales y restos de combustible. ¡°La tripulaci¨®n de la ISS no corre riesgo que quedarse sin comida u otros suministros¡±, declar¨® despu¨¦s del accidente William Gerstenmaier, responsable en la agencia de vuelos tripulados. Los seis astronautas que ahora viven en la base orbital, adem¨¢s, recibieron ayer tres toneladas de avituallamiento que lleg¨® a la base orbital en una nave rusa Progress lanzada sin contratiempos desde Kazajist¨¢n.
El cohete Antares que explot¨® incorporaba como novedad, respecto a los anteriores de la misma serie, un motor m¨¢s potente en la segunda etapa. Pero los especialistas no han determinado a¨²n d¨®nde se produjo el fallo. Un periodista que estaba presenciando el lanzamiento a una distancia de uno pocos kil¨®metros explic¨® a Space.com lo que vio: ¡°Cuando el veh¨ªculo estaba elev¨¢ndose de la plataforma de lanzamiento se apreci¨® una pluma de humo y fuego en el cohete mismo y justo cuando hab¨ªa superado la altura de la torre del dep¨®sito de agua, hubo una fractura claramente y fall¨® la integridad de los propulsores. Entonces se desencaden¨® una tremenda bola de fuego seguida de una explosi¨®n muy fuerte, con las partes [del cohete] despedidas en todas las direcciones y el veh¨ªculo cay¨® de nuevo a la plataforma explotando en una bola de fuego a¨²n mayor e incendiando toda la zona¡±.
Orbital tiene firmado un contrato con la NASA por 1.900 millones de d¨®lares (1.490 millones de euros) para los ocho vuelos como el que ha fallado. Los dos primeros, en junio y en julio, se desarrollaron sin contratiempos, tras dos de prueba, en 2013, igualmente exitosos. ¡°Aunque la NASA est¨¢ disgustada por el hecho de que no haya sido satisfactoria la tercera misi¨®n de Orbital de avituallamiento de la ISS, continuaremos avanzando hacia el pr¨®ximo intento cuando hayamos comprendido a fondo el fallo de hoy¡±, apunt¨® Gerstenmaier.
El contrato con Orbital se inscribe en la estrategia adoptada por la NASA en los ¨²ltimos a?os de derivar hacia el sector privado actividades del programa tripulado que hab¨ªa controlado directamente durante d¨¦cadas. En 2011, retir¨® definitivamente su flota de transbordadores espaciales y, desde entonces, sus astronautas tiene que ir y volver a la ISS en las naves rusas Soyuz, las ¨²nicas disponibles. En cuanto a las cargas, las naves autom¨¢ticas Progress (tambi¨¦n rusas) y las avanzadas ATV, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), se han encargado de los suministros de la estaci¨®n hasta que se han incorporado al servicio las privadas estadounidenses de Orbital y de Space X, que lleva cuatro misiones con ¨¦xito hasta ahora (con sus naves Dragon lanzadas en los cohetes Falcon 9), de las 12 contratadas con la NASA por un importe de 1.600 millones de d¨®lares (1.255 millones de euros).
No es ni mucho menos el primer sector espacial en el que entra la industria privada como pleno responsable (adem¨¢s de los tradicionales contratos para construir las misiones de las agencias). Los sat¨¦lites de comunicaciones y los de observaci¨®n de la Tierra, adem¨¢s de los lanzadores, son ya actividades econ¨®micas habituales de las empresas del sector. Pero la NASA ha dado un paso m¨¢s con su Programa Comercial de Carga y Tripulaci¨®n. Con Space X y con Boeing ha firmado recientemente contratos para que desarrollen las c¨¢psulas tripuladas Dragon y CST-100, respectivamente, ¡°con el objetivo de terminar con la dependencia de Rusia [para el transporte de astronautas] en 2017¡±, seg¨²n ha declarado la NASA.
Estos acuerdos llegan tras largos debates sobre la garant¨ªa de la seguridad de los mismos astronautas en naves que no ser¨¢n directamente responsabilidad de la NASA y mucho ha influido en el paso dado el ¨¦xito alcanzado hasta ahora por los cargueros autom¨¢ticos de Space X y Orbital, que han demostrado la capacidad tecnol¨®gica de esas empresas. As¨ª, el accidente de Orbital de esta semana es un serio contratiempo.
Adem¨¢s, la NASA est¨¢ desarrollando su propia c¨¢psula Orion, que deber¨ªa volar tambi¨¦n en 2017 (sin astronautas) y en 2020 o 2021 ya tripulada astronautas y lanzada con un nuevo cohete superpotente que est¨¢ desarrollando la agencia: el SLS. ¡°La Orion es el primer componente de exploraci¨®n humana m¨¢s all¨¢ de la ¨®rbita terrestre y ser¨¢ capaz de mantener una tripulaci¨®n durante 21 d¨ªas en el espacio y traerla sana y salva a la Tierra¡±, afirma la NASA, que cuenta para este programa con la colaboraci¨®n de la ESA. Lo que no est¨¢ claro ¨Co concretado con la financiaci¨®n adecuada para un programa de tales caracter¨ªsticas- es el siguiente paso despu¨¦s de ese ¡°primer componente¡±. Tras la cancelaci¨®n del programa de los transbordadores espaciales y del programa Constellation de nuevos lanzadores que se puso en marcha durante la administraci¨®n Bush, varios informes independientes han considerado que el programa tripulado de la NASA adolece de una estrategia clara con objetivos bien definidos y medios adecuados para alcanzarlos.
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