Radiograf¨ªa de un impostor
Egoc¨¦ntricos, narcisistas, megal¨®manos, manipuladores¡ Este 'disfraz' de Halloween s¨ª que da miedo
¡°Los trastornos de personalidad son una exageraci¨®n patol¨®gica de alguna de las caracter¨ªsticas ps¨ªquicas que definen a un individuo¡±, arranca la psic¨®loga Mar¨ªa Del Mar Alonso a trav¨¦s de la comunidad m¨¦dica Saluspot. Los caminos que aqu¨ª se abren son inabarcables. Hay muchos tipos de trastornos, pero uno goza de absoluta actualidad: la megaloman¨ªa, el narcisismo, los delirios de grandeza, las fantas¨ªas de ¨¦xito desbordadas. Hablamos, por supuesto, del peque?o Nicol¨¢s, quien, sin embargo, no est¨¢ solo. Otros impostores ilustres comparten perfil psiqui¨¢trico con el joven que enga?¨® hasta a la Casa Real: Anna Anderson (que afirmaba ¨Cfalsamente- ser la hija del zar Nicol¨¢s II), Victor Lustig (que vendi¨® la torre Eiffel haci¨¦ndose pasar por funcionario) o David Hampton (que ment¨ªa al decir que era hijo de Sydney Poitier para colarse en todas las fiestas de Nueva York). Comienza la radiograf¨ªa de estas personalidades delirantes.
Eutiquiana Toledo Ruiz, psiquiatra legal de la cl¨ªnica Discernimiento y profesora en la Universidad Complutense, describe as¨ª personalidades como la de Francisco Nicol¨¢s G¨®mez Iglesias: ¡°Son egoc¨¦ntricas y manipuladoras, con la necesidad de representar una posici¨®n que no les corresponde en el ambiente en que expresan su psicopat¨ªa [c¨ªrculos intelectuales, pol¨ªticos, del mundo de la moda o del poder financiero, por ejemplo]. En otras esferas, como con los amigos o la familia, pueden ser personas muy normales¡±. ?Y qu¨¦ problemas se esconden tras esta impostura? ¡°Un profundo complejo de inferioridad, una falla en la identidad, un trastorno de personalidad y un probable delirio de megaloman¨ªa con narcisismo patol¨®gico¡±, responde la doctora. Otro personaje fiel a esta descripci¨®n es el interpretado por Leonardo DiCaprio en Atr¨¢pame si puedes: el americano Frank Abagnale, de origen humilde, que se convirti¨® en millonario antes de cumplir los 19 robando la identidad profesional de piloto, m¨¦dico y abogado.
Al peque?o Nicol¨¢s le encantaba fotografiarse con gente de estatus pol¨ªtico en el Partido Popular, como a las groupies de los grupos de rock. ¡°El comportamiento social de estas personas [no de los fans, sino de los impostores] est¨¢ marcado por la falta de empat¨ªa. No tienen en cuenta las necesidades y sentimientos de los dem¨¢s. Se dedican exclusivamente a sus intereses y a sus metas, y manipulan a las personas como instrumentos para sus fines¡±, narra la psic¨®loga. Y detr¨¢s de todo esto, dos rasgos fundamentales: el complejo de inferioridad (creen que siendo ellos mismos, con la verdad por delante, no lograr¨¢n sus objetivos: ¡°no valen lo suficiente¡±) y el exceso de ambici¨®n. La doctora Alonso explica que los narcisistas patol¨®gicos est¨¢n plenamente convencidos de que son mejores que los dem¨¢s, por lo que se muestran arrogantes y soberbios. ¡°La soberbia es la herramienta de reacci¨®n cuando se les descubre¡±, matiza la psiquiatra.
?C¨®mo saber si tengo uno en casa? ¡°El impostor nace y se hace: existe una determinaci¨®n bioqu¨ªmica, pero se constituye por el desarrollo de la personalidad y su integraci¨®n en la sociedad¡±, responde Eutiquiana Toledo. La primera se?al de alarma bien podr¨ªa activarse con la megaloman¨ªa. ¡°No olvidemos que los narcisistas se consideran personas especiales y superiores, y ya al principio de la edad adulta se presentan como personajes ambiciosos, buscando lograr sus metas a cualquier precio¡±, contin¨²a la experta.
A pesar de su complejo de inferioridad, todos los impostores c¨¦lebres han tenido alguna caracter¨ªstica sobresaliente, algo positivo que los hace destacar entre el resto y desencadena el llamado ¡°efecto halo¡±. Ocurre, incluso, con la belleza f¨ªsica: inconscientemente, a una persona guapa solemos atribuirle otras caracter¨ªsticas como la simpat¨ªa, la generosidad y la inteligencia. Todo trolero narcisista es conocedor de esta atracci¨®n, y la explota hasta l¨ªmites disparatados. Desde Centros M¨¦dicos Idea, especialistas en reconocimientos psicot¨¦cnicos, confirman que el ¡°efecto halo¡± es una herramienta para crear una falsa identidad: ¡°Si nos rodeamos de personas influyentes, los dem¨¢s pensar¨¢n que tambi¨¦n somos influyentes. Si utilizamos el escenario adecuado, con el vestuario adecuado y la parafernalia adecuada, es decir, si recreamos una situaci¨®n correctamente, poniendo ¨¦nfasis en los elementos clave, no es tan dif¨ªcil enga?ar a los dem¨¢s¡±. Ya sabe: no hay disfraz de Halloween m¨¢s result¨®n que el de un verdadero impostor.
Otros casos ilustres
Durante su estancia en un hospital psiqui¨¢trico en 1920, Anna Anderson afirm¨® ser la hija peque?a de Nicol¨¢s II, ¨²ltimo zar de la Rusia Imperial. Al salir del centro, fueron muchos quienes la creyeron, hasta el punto de realizarse unas pruebas de ADN que desmontaron la farsa.
Ferdinand Waldo Demara (1921-1982) inspir¨® la pel¨ªcula El gran impostor, interpretada por Tony Curtis. No es para menos: pas¨® la mitad de su vida suplantando personalidades, como la de monje, onc¨®logo, profesor universitario o celador. Dicen que su inteligencia era sobresaliente.
El caballero que aparece en la foto con Anne Hathaway es Rafaello Follieri, que lleg¨® a salir con la actriz para desgracia de esta. Dec¨ªa ser un millonario abogado, pero sus ingresos proced¨ªan de estafas a otros individuos que realmente s¨ª lo eran. Acab¨® en prisi¨®n.
El cient¨ªfico surcoreano Hwang Woo-Suk quer¨ªa a toda costa un Premio Nobel, por lo que lleg¨® a falsificar una investigaci¨®n en el campo de las c¨¦lulas madre. Lo cazaron. Y tuvo que abandonar, en 2005, su plaza de profesor universitario.
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