Un contraste repulsivo
Movilizaciones ciudadanas del 15M. Foto: Miguel ?ngel Invarato.
Termina una semana en la que hemos recibido un verdadero ba?o de realidad: tres instituciones de referencia han publicado sendos informes en los que se alerta sobre el deterioro de las condiciones sociales en nuestro pa¨ªs y la consolidaci¨®n de una brecha sin precedentes entre el bienestar de una minor¨ªa y la pobreza y precariedad de la mayor¨ªa.
El primero de ellos, elaborado por la Fundaci¨®n Foessa/C¨¢ritas ofrece un panorama en el que solo uno de cada tres espa?oles tiene sus necesidades b¨¢sicas cubiertas. El n¨²mero de ciudadanos de nuestro pa¨ªs que vive en la exclusi¨®n roza los 12 millones y muchos m¨¢s ven peligrar aspectos tan esenciales como el empleo digno, la vivienda o la protecci¨®n frente a la discapacidad.
Unicef cont¨® la historia de una parte de estos perdedores del sistema: los ni?os y los j¨®venes adultos. Como este blog ha venido denunciando desde hace tiempo, la crisis no ha hecho m¨¢s que complicar una situaci¨®n de pobreza infantil que ya era grave antes de 2008. Los datos que se presentaron esta semana plantean preguntas inquietantes sobre nuestro modelo de protecci¨®n y la responsabilidad de las instituciones p¨²blicas.
Oxfam, finalmente, present¨® ayer el trabajo que sostiene una nueva campa?a global ¨CIguales- que alerta sobre el riesgo de la desigualdad. El hecho de que las 20 personas m¨¢s ricas de nuestro pa¨ªs posean tanto como los 14 millones m¨¢s pobres es algo m¨¢s que una estad¨ªstica obscena. La brecha es el resultado de la destrucci¨®n de los mecanismos de redistribuci¨®n que Espa?a tard¨® tanto tiempo en consolidar y del secuestro de las decisiones por parte de las ¨¦lites.
Los tres informes coinciden de uno u otro modo en dos aspectos fundamentales: el primero es que no hay nada casual en esta situaci¨®n. La crisis social no era consecuencia inevitable de la crisis financiera. Sus or¨ªgenes hay que buscarlos en el secuestro de las normas e instituciones por parte de una ¨¦lite que se ha beneficiado mucho de esta situaci¨®n a pesar de vivir de espaldas a ella. Y, como recordaba el economista Branko Milanovic en su visita a Madrid esta semana, ¡°es ingenuo pensar que quienes est¨¢n ganando con este juego acepten alegremente el cambio de reglas¡±.
La segunda coincidencia es que la continuidad de esta situaci¨®n no solo perpetuar¨¢ el sufrimiento de una parte creciente de la poblaci¨®n, sino que dificultar¨¢ hasta impedirla una recuperaci¨®n verdadera. La desigualdad, recuerda Oxfam, ¡°corrompe la pol¨ªtica, frena el crecimiento y reduce la movilidad social". Unicef explica el modo en que los ¡®hijos de la recesi¨®n¡¯ lastrar¨¢n la productividad, la fertilidad y la cohesi¨®n democr¨¢tica de toda una generaci¨®n.
El Gobierno ha contestado con el estilo inconfundible de su Presidente: callando, echando balones fuera o reciclando las mismas respuestas tibias que dieron en el pasado. Por si fuera poco, la publicaci¨®n de estos informes ha coincidido con la pen¨²ltima redada anticorrupci¨®n y la colocaci¨®n de un propagandista al frente de los informativos de RTVE. El contraste no puede ser m¨¢s repulsivo. Lo que parecen ignorar es que a pocos les importa ya lo que hagan. Los espa?oles hemos empezado a aceptar que nadie, m¨¢s que nosotros mismos, resolver¨¢ nuestros problemas.
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