El euro de la verg¨¹enza
El Tribunal Laboral de Par¨ªs desestima la demanda millonaria interpuesta por John Galliano contra Christian Dior y la que fuera su firma hom¨®nima por despido improcedente
Se empe?¨® en que su causa se dirimiera por lo social y ahora el Conseil des prud¡¯hommes falla en su contra: no hubo despido improcedente y, por lo tanto, tampoco hay indemnizaci¨®n que valga. As¨ª conclu¨ªa ayer en la corte laboral de Par¨ªs el drama judicial en tres actos que ha enfrentado en los tribunales al dise?ador John Galliano con sus antiguos empleadores en Christian Dior PA y John Galliano SA desde el a?o pasado. El que fuera director creativo de ambas firmas, propiedad del imperio del lujo Louis Vuitton Mo?t Hennessy, exig¨ªa entre 2,4 y 13 millones de euros en compensaci¨®n por da?os y perjuicios, pero el juez instructor del caso no ha comprado el argumento de su defensa: que las dos empresas ten¨ªan conocimiento expl¨ªcito de las penosas condiciones f¨ªsicas y psicol¨®gicas en las que se encontraba cuando se produjeron los altercados racistas en el caf¨¦ La Perle de la capital francesa (en octubre de 2010 y febrero de 2011) que le valieron el despido fulminante (marzo de 2011) y que, b¨¢sicamente, no se le pod¨ªa hacer responsable de su insultante comportamiento debido a su adici¨®n a los f¨¢rmacos y el alcohol.
¡°Ten¨ªa que tomar Valium para poder estar presente durante las pruebas [previas a los desfiles]¡±, se le oy¨® decir al creador durante las dos horas largas que dur¨® su declaraci¨®n ante el magistrado, seg¨²n informa el diario estadounidense Women¡¯s Wear Daily (WWD). ¡°Durante todos estos a?os en los que estuve al frente de Dior no fui consciente de que su ¨¦xito, que lleg¨® a multiplicar las ventas por cuatro, tuviera un precio tan destructivo y desorbitante: mi salud f¨ªsica y mental¡±, continuaba su alegato, que trajo preparado y ley¨® en la sala. ¡°Siempre era m¨¢s trabajo, m¨¢s obligaciones, m¨¢s presi¨®n. Una peligrosa espiral patol¨®gica sin control¡±, conclu¨ªa, culpando de su debacle a las tensiones profesionales entre sus dos antiguos cargos. La intenci¨®n de Galliano era, claro, que su legado tras tres lustros de esplendor en una de las m¨¢s venerables maisons francesas no quedara sin recompensa. Para su verg¨¹enza, ha sido condenado a pagar la cantidad simb¨®lica de un euro tanto a Christian Dior como a la firma que a¨²n lleva su nombre por las costas procesales.
El caso es que los dos primeros asaltos del gibraltare?o contra sus empleadores se saldaron a su favor: el primero, en marzo de 2013, reconoc¨ªa su derecho leg¨ªtimo ¡°a hacer o¨ªr sus reclamaciones tras ser destituido como director creativo despu¨¦s de su altercado y declaraciones antisemitas¡± en un tribunal laboral, seg¨²n expon¨ªa el auto. Los abogados de los demandados arg¨¹¨ªan, sin embargo, que ¡°por la complicada naturaleza de los contratos con ambas marcas, el juicio deber¨ªa llevarse por lo mercantil¡±. Fue entonces cuando Galliano expuso ante el mundo sus condiciones laborales: ganaba alrededor de un mill¨®n de euros al a?o como dise?ador en Dior, m¨¢s una serie de compensaciones que pod¨ªan alcanzar los 700.000 euros (eso sin contar el presupuesto que ten¨ªa para vestuario propio, 30.000 euros, y lo que cobraba por ¡°apariciones especiales¡±, otros 60.000). Como director art¨ªstico de su firma hom¨®nima se llevaba dos millones anuales y un porcentaje de las ventas. Era, pues, un asalariado m¨¢s y no un ¡°colaborador subcontratado¡±, como clamaban las partes contrarias. ¡°No era un empleado corriente. Podr¨ªa decir que ni siquiera era un empleado. La complejidad de sus contratos no tiene nada que ver con la imagen de pobre e indefenso trabajador que quiere dar¡±, declaraba entonces uno de los abogados de Dior a WWD.
La firma presidida por Sidney Toledano (responsable directo del cese del dise?ador) elev¨® a continuaci¨®n la causa al Tribunal de Apelaciones parisino, que en noviembre fallaba de nuevo en (supuesto) beneficio de Galliano: la jurisdicci¨®n competente para tratar la demanda era, en efecto, el Conseil des prud¡¯hommes, el equivalente galo a un juzgado de lo social con capacidad para arbitrar entre las partes. Conclusi¨®n: que el creador s¨ª pod¨ªa considerarse como empleado y ten¨ªa derecho a que se revisaran las condiciones de su despido seg¨²n la jurisdicci¨®n laboral. Adem¨¢s, condenaba a pagar a ambas empresas las costas del juicio y 2.500 euros m¨¢s en compensaci¨®n al gibraltare?o, que estimaba su posible indemnizaci¨®n en seis millones de euros.
Tras finalizar la vista de ayer, John Galliano abandonaba el tribunal sin pronunciar palabra, acompa?ado de su pareja sentimental, Alexis Roche, y con dos euros menos en su cuenta corriente. Que se sepa, ya no hay posibilidad de apelaci¨®n por su parte. Su flamante fichaje como director creativo de Maison Martin Margiela tendr¨¢ que compensarle.
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