Europa y Asia, 40.000 a?os divorciadas
El genoma de un arcaico f¨®sil ruso revela la compleja historia de la humanidad al poco de salir de ?frica
?C¨®mo dec¨ªan ¡®pie¡¯ los primitivos indoeuropeos? Uno puede comparar pie, pied, foot, vot, pes y pada y deducir cu¨¢l es su origen com¨²n: esto es lo que han hecho los genetistas en las ¨²ltimas d¨¦cadas ¨Ccon ADN en vez de palabras¡ª para averiguar el pasado de nuestra especie, su evoluci¨®n y las migraciones con que coloniz¨® el planeta desde su salida de ?frica hace 60.000 a?os. O uno puede encontrar una grabaci¨®n de los albores del neol¨ªtico donde los hablantes digan directamente ¡®pod¡¯. Y esto es lo que los cient¨ªficos son capaces de hacer ahora. El resultado es similar a trazos gruesos, pero mucho m¨¢s complejo, prolijo e interesante en los detalles. Y recuerden que es en los detalles donde mora el diablo.
Un equipo internacional ha secuenciado (le¨ªdo) el genoma de uno de los m¨¢s antiguos f¨®siles humanos ¡°anat¨®micamente modernos¡± (es decir, que su cr¨¢neo es como el nuestro, aunque no sabemos si su cerebro tambi¨¦n lo era). El f¨®sil se llama Kostenki 14, est¨¢ datado en 37.000 a?os atr¨¢s, fue hallado en Rusia y su gen¨¦tica demuestra que el genoma de europeos y asi¨¢ticos ya difer¨ªa en esa fecha, y probablemente antes. El dato esencial es que el ADN de Kostenki 14 es similar al de los europeos y los siberianos occidentales modernos, pero ya diferente del de los asi¨¢ticos orientales. Esto es lo que dice la ¡®grabaci¨®n¡¯ del paleol¨ªtico.
Otra revelaci¨®n notable es que Kostenki 14 ten¨ªa m¨¢s ADN neandertal que los europeos actuales, seguramente porque los cruces entre humanos modernos y neandertales eran todav¨ªa recientes (ocurrieron hace unos 54.000 a?os, seg¨²n las finas dataciones del ¨²ltimo trabajo). Eske Willerslev, del Museo de Historia Natural de Dinamarca en Copenhague, y sus colegas de Cambridge, Chicago, Berkeley, Texas, San Francisco, San Petersburgo, Queensland y Leipzig presentan su investigaci¨®n en ¡®Science¡¯.
No es que los investigadores est¨¦n obsesionados con Europa ¨Cbasta echar un vistazo a la dispersi¨®n geogr¨¢fica de las instituciones que les acogen para apreciarlo¡ª, ni que crean que los europeos tienen algo especial en sus genes que pueda explicar sus diferencias con los asi¨¢ticos, los africanos y el resto de los ¡®Homo sapiens¡¯ del planeta.
Europa, un campo de pruebas
Europa no es m¨¢s que un campo de pruebas ¨®ptimo para la aplicaci¨®n hist¨®rica ¨Co prehist¨®rica¡ª de las nuevas t¨¦cnicas gen¨®micas, por dos razones: que ha sido exhaustivamente explorada por los arque¨®logos durante siglos, y que desde tiempos paleol¨ªticos ha sido una tierra de aluvi¨®n que ha recibido todas las migraciones que han tenido a bien venir de ?frica y de Asia. Los cient¨ªficos no est¨¢n interesados en la identidad europea, sino en los universales antropol¨®gicos que este humilde ap¨¦ndice de Asia revela sobre nuestra especie.
El f¨®sil Kostenki 14 recibe su nombre de un pueblo (a veces escrito Kostyonki) del oeste de Rusia, en el ¨®blast (divisi¨®n federal) de Vor¨®nezh, junto al r¨ªo Don. El pueblo es conocido por la presencia de estatuillas del paleol¨ªtico superior, entre 30.000 y 40.000 a?os atr¨¢s, y unos pocos huesos clasificados como humanos anat¨®micamente modernos. El genoma de Kostenki 14 no solo revela la antigua separaci¨®n entre los europeos y los asi¨¢ticos orientales, sino tambi¨¦n que la estructura gen¨¦tica de los europeos actuales es ancestral ¨Cexist¨ªa ya hace 37.000 a?os¡ª, y que por tanto sobrevivi¨® a la ¨²ltima era glacial.
El ADN del f¨®sil ruso revela cruces un poco anteriores con los neandertales
Esto supone tambi¨¦n una notable sorpresa, porque la estructura gen¨¦tica de los europeos se debe en parte a migraciones muy posteriores desde Oriente Pr¨®ximo, en el gran movimiento de poblaci¨®n que extendi¨® de este a oeste la revoluci¨®n neol¨ªtica, iniciada con la invenci¨®n de la agricultura hace unos 10.000 a?os. Los cient¨ªficos piensan que los ancestros de esos pobladores de Oriente Pr¨®ximo ya se hab¨ªan cruzado con los cazadores paleol¨ªticos en tiempos mucho m¨¢s arcaicos. La estructura de la poblaci¨®n europea, por tanto, ya era compleja hace 37.000 a?os.
¡°Aunque las comunidades de esta poblaci¨®n general se expand¨ªan, se mezclaban y se fragmentaban en medio de unos cambios culturales s¨ªsmicos y un cambio clim¨¢tico feroz¡±, explican los cient¨ªficos de Cambridge, ¡°todo esto fue un barajado del mismo mazo de cartas gen¨¦tico, y la poblaci¨®n europea como conjunto mantuvo el mismo hilo gen¨¦tico desde sus primeros asentamientos fuera de ?frica hasta que las poblaciones de Oriente Pr¨®ximo llegaron durante los ¨²ltimos 8.000 a?os, trayendo con ellos la agricultura y un color de piel m¨¢s claro¡±.
El hecho de que hubo cruzamientos ¨Csexo¡ª entre los humanos modernos de Europa y los neandertales ya era conocido, pero la dataci¨®n de esos intercambios en 54.000 a?os atr¨¢s es tambi¨¦n relativamente sorprendente. Porque fue despu¨¦s de esa fecha cuando las dos especies tuvieron m¨¢s oportunidades de interactuar, durante sus 10.000 a?os de coexistencia en tierras europeas (de 45.000 a 35.000 a?os atr¨¢s, m¨¢s o menos).
¡°Originalmente nos sorprendi¨® descubrir que hubo cruces entre humanos modernos y neandertales¡±, dice uno de los autores, Robert Foley, de Cambridge. ¡°Pero ahora la cuesti¨®n es: ?por qu¨¦ hubo tan pocos? Es un hallazgo extraordinario que no entendemos todav¨ªa¡±.
Cruces con otras especies
Mientras los europeos se cruzaban con los neandertales, los asi¨¢ticos lo hac¨ªan con otra poblaci¨®n arcaica que viv¨ªa m¨¢s al este, los misteriosos denisovanos. ?Se debe a ellos parte de la diferencia observada ahora entre los europeos y los asi¨¢ticos del este? Responde a este diario una de las coordinadoras del estudio, Marta Miraz¨®n Lahr, directora del Centro de Estudios sobre Evoluci¨®n Humana de la Universidad de Cambridge:
¡°No, yo creo que no afecta las diferencias porque es un porcentaje min¨²sculo ¨Cse estima en un 0.2% en parte de Asia (Dai, chinos Han)¡ª y los americanos de hoy, heredado de Asia (Mixe, Karitiana); y en un 0% en otros, como en los grupos llamados ¡®negritos¡¯ de Malasia y las Islas Andam¨¢n. Estos valores m¨ªnimos contrastan con lo observado en los ¡®negritos¡¯ de las Filipinas, en los pap¨²as de Melanesia y en los australianos (4%-6%), siendo que los Asi¨¢ticos pueden haber adquirido su 0.2% no por mezclarse con los denisovanos, sino por mezclarse con los melanesios¡±.
¡°Adem¨¢s¡±, prosigue la cient¨ªfica nacida en Buenos Aires, ¡°el ¨²nico genoma antiguo asi¨¢tico (que es parcial), el del f¨®sil chino de Tianyu¨¢n, de 40.000 a?os, no tiene nada de ADN denisovano; por eso, yo creo que las diferencias entre los asi¨¢ticos del este y los europeos fueron adquiridas en los m¨¢s de 40.000 a?os de separaci¨®n de sus trayectorias adaptativas y demogr¨¢ficas; la poblaci¨®n europea vivi¨® bajo extremos de clima y ambiente ¨²nicos, y con necesidades tecnol¨®gicas diferentes para cazar las faunas periglaciares¡±.
La vieja Europa es m¨¢s vieja de lo que se pensaba. Y tambi¨¦n m¨¢s normal.
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