Una mina de diamantes parada por huellas de dinosaurios
El hallazgo de pisadas de 118 millones de a?os detiene la b¨²squeda de joyas en Angola
Un d¨ªa de diciembre de 2010, al ge¨®logo ruso Vladimir Pervov le cambi¨® el rictus. Rodeado por gigantescos camiones de 100 toneladas de capacidad, se encontraba estudiando los minerales de la cuarta mayor mina de diamantes del mundo, la de Catoca, en Angola. Y en un estrato de tierra de 118 millones de a?os apareci¨® algo que no era una piedra preciosa: una huella fosilizada perteneciente a un animal que pis¨® por all¨ª en el Cret¨¢cico Inferior, la etapa que sucedi¨® al Jur¨¢sico.
¡°Vladimir se sorprendi¨® por la extra?a forma de la huella y me envi¨® unas fotograf¨ªas por e-mail¡±, recuerda el paleont¨®logo portugu¨¦s Oct¨¢vio Mateus, descubridor en 2005 del primer dinosaurio hallado en Angola, el Angolatitan adamastor, un bicho de 13 metros de longitud que vivi¨® hace 90 millones de a?os. Emocionado, el investigador se desplaz¨® inmediatamente en avi¨®n a la mina de diamantes a cielo abierto, con una producci¨®n de m¨¢s de seis millones de quilates al a?o. Una vez all¨ª, en un inmenso agujero similar a un estadio con gradas para espectadores gigantes, Mateus detect¨® otra huella y otra y otra, hasta llegar a casi 70 pisadas.
Entonces, ocurri¨® lo inesperado. La Sociedad Minera de Catoca ¡ªformada por las empresas mineras Endiama (Angola), Alrosa (Rusia), LLV (China) y Odebrecht (Brasil)¡ª decidi¨® parar la extracci¨®n de piedras preciosas en ese sector, de m¨¢s de 300 metros cuadrados. ¡°Es una historia fant¨¢stica. Las minas de diamantes de ?frica no tienen muy buena reputaci¨®n, es la primera vez que ocurre algo as¨ª¡±, afirma Mateus, de la Universidad Nueva de Lisboa.
La mala fama procede precisamente de pa¨ªses como Angola, donde a partir de 1975 una guerra civil enfrent¨® al gobierno del Movimiento Popular de Liberaci¨®n de Angola, sostenido por la URSS, y a la Uni¨®n Nacional para la Independencia Total de Angola, apoyada por EEUU. El Gobierno ten¨ªa petr¨®leo y la guerrilla pose¨ªa diamantes, cuya venta a los pa¨ªses ricos financiaba la guerra. Eran los llamados diamantes de sangre.
¡°En esta ocasi¨®n, la empresa decidi¨® parar la actividad en ese sector, y no porque fuera obligatorio por ley, sino porque se dieron cuenta del valor que ten¨ªa el hallazgo para el patrimonio cultural de Angola y decidieron protegerlo¡±, sostiene Mateus. ¡°Desconozco las cifras concretas, pero detener la extracci¨®n de diamantes puede haber supuesto cientos de miles de euros perdidos¡±.
El hallazgo de las 70 huellas del Cret¨¢cico se anunci¨® el mi¨¦rcoles en el encuentro anual de la Sociedad de Paleontolog¨ªa de Vertebrados, en Berl¨ªn. All¨ª, Mateus present¨® ¡°un descubrimiento inesperado¡±. Junto a 18 pisadas de saur¨®podos, un tipo de dinosaurios popularizado por los diplodocus de largo cuello, aparecieron decenas de huellas de un sorprendente animal. ¡°Es un mam¨ªfero del tama?o de un mapache, en una ¨¦poca en la que la mayor¨ªa eran peque?os como ratas¡±, explica.
Los expertos no saben qu¨¦ era aquello que correte¨® por la mina de diamantes hace 118 millones de a?os. ¡°Hice una recopilaci¨®n de huellas de mam¨ªferos encontradas en todo el mundo. Ojal¨¢ supi¨¦ramos lo que es¡±, se?ala el paleont¨®logo Anne Schulp, del museo de historia natural Naturalis, en Leiden (Pa¨ªses Bajos).
Los investigadores, agrupados en el equipo PaleoAngola, aseguran que no se ha desenterrado en ning¨²n punto del planeta un hueso f¨®sil de un mam¨ªfero de suficiente tama?o como para haber dejado esa pisada hace 118 millones de a?os. La ¨²nica pista son los restos de un mam¨ªfero, de poco m¨¢s de medio metro de longitud, que vivi¨® en China unos cinco millones de a?os despu¨¦s. El problema es que de aquel animal no se conservan sus extremidades, por lo que es imposible saber si se trata del mismo grupo, al margen de la distancia en el espacio y en el tiempo.
¡°De las huellas de Catoca no podemos decir mucho m¨¢s que que fueron hechas por un animal con forma de mam¨ªfero, sobre todo porque en ocasiones est¨¢n muy mal conservadas¡±, a?ade el italiano Marco Marzola, otro paleont¨®logo del equipo PaleoAngola.
Marzola, el m¨¢s joven del grupo, de 31 a?os, fue el primero que se dio cuenta de que algunas pisadas en la mina de diamante no eran ni de mam¨ªfero ni de dinosaurio. ¡°Descubr¨ª que unas huellas, al principio atribuidas a mam¨ªferos, en realidad pertenec¨ªan a un animal del Cret¨¢cico relacionado con los modernos cocodrilos¡±, se?ala.
Para Marzola, ¡°es excepcional que la empresa Catoca detuviera toda actividad minera en ese sector durante unos ocho meses¡±. A los cientos de miles de euros supuestamente perdidos como lucro cesante, quiz¨¢ habr¨¢ que a?adir otros cuantos en el futuro, como sugiere el holand¨¦s Schulp: ¡°Que no sepamos de qu¨¦ mam¨ªfero se trata muestra que hay una enorme cantidad de trabajo por hacer. Solo hemos rascado la superficie¡±.
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