Otra educaci¨®n arquitect¨®nica y 3: Negociar con la realidad
FOTO: Leila M¨¦ndez
Las primeras mujeres arquitectas replantearon el funcionamiento del espacio dom¨¦stico y desarrollaron el concepto de econom¨ªa dom¨¦stica. ?Pero qu¨¦ sucede hoy cuando el n¨²mero de j¨®venes arquitectas iguala al de sus colegas en muchos pa¨ªses? ¡°Casi todas las (contadas) arquitectas del pasado se preocuparon de idear ¡®modelos de domesticidad¡¯ que no requieran el sacrificio de las mujeres¡±, opina la barcelonesa Victoria Garriga (1969). Por eso considera que repensar el espacio dom¨¦stico pasa por cuestionar el conocimiento adquirido. Sin embargo considera ofensivo que a las arquitectas se les asigne sistem¨¢ticamente la resoluci¨®n de los aspectos "pr¨¢cticos" o meramente decorativos. ¡°Como en el cuento de la Cenicienta: si hemos de recoger demasiadas lentejas, al final no nos quedan fuerzas para ir a la fiesta¡±.
M¨¢s mujeres: Garriga cita a Mar¨ªa Zambrano -"la mujer conserva la capacidad del hombre europeo de saber vivir en el fracaso"- para asegurar que la falsa promesa de ¨¦xito del poder ¡°de momento no cala tan r¨¢pido en nosotras, expertas en negociar con "la cruda realidad". ¡°Queda much¨ªsimo por hacer -insiste-. El espacio p¨²blico sigue siendo un espacio masculino¡±.
La mayor¨ªa de arquitectas tiene pareja arquitecto. ?Es imposible ser arquitecta sin hacerlo en pareja? ¡°Para conciliar una profesi¨®n tan absorbente con la familia necesitas a alguien que comparta el sentido de esa vocaci¨®n¡±, defiende Garriga. Ella, que m¨¢s all¨¢ de haber concluido -asociada a To?o Foraster en AV62- el Museo Balenciaga en Getaria gan¨® el concurso para levantar el Museo Nacional de Arte de Kabul, en Afganist¨¢n, y viaj¨® a Bagdag para defender el proyecto que result¨® vencedor para la reconstrucci¨®n del barrio de Adhamiya, asegura que en su profesi¨®n ¡°se necesita tiempo y fortaleza para ganarse el respeto de un mundo tradicionalmente masculino¡±.
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