El 9-N genuino
El muro de Berl¨ªn era para no dejar salir, los muros actuales son para impedir entrar
Que nuestras cuitas particulares no nos hagan olvidar el verdadero valor de cada fecha. El 9-N de 1989 inesperadamente se abri¨® el muro de Berl¨ªn, sin que ning¨²n gobernante diera una orden expresa. Tan impensable era lo que estaba pasando que cuando miles de personas del Este estaban ya cruzando el Muro, muchos de sus conciudadanos, en sus casas, segu¨ªan sin creer que pudiera llegar este momento. Se dijo que aquel d¨ªa acab¨® el siglo XX, que ha sido llamado tambi¨¦n como el siglo de Am¨¦rica. Estados Unidos impon¨ªa su dominio y sal¨ªa triunfante de la Guerra Fr¨ªa. Pero la ca¨ªda del Muro fue una inundaci¨®n, en expresi¨®n de Iv¨¢n de la Nuez, que alcanz¨® a todos. Algunos proclamaron precipitadamente el fin de la historia, como si bajo la hegemon¨ªa del modelo liberal occidental hubiese llegado el momento de sustituir la pol¨ªtica por la administraci¨®n de las cosas. Nac¨ªa un ciclo hist¨®rico que quiz¨¢s empez¨® a escribir su final a partir de la crisis de 2008.
De aquella inundaci¨®n emergieron nuevos par¨¢metros para estructurar las sociedades europeas. La utop¨ªa cambi¨® de lado. Se eclipsaron las fantas¨ªas revolucionarias y, en cambio, se despleg¨® la creencia en que una econom¨ªa globalizada de la mano del poder financiero no ten¨ªa l¨ªmites. El mundo al rev¨¦s: el dinero construyendo un mundo a su medida, cada vez m¨¢s alejado de la realidad, los movimientos sociales dejando de pedir la luna y reclamando soluciones concretas para garantizar una vida digna a las personas.
Nos dijeron que la crisis era una oportunidad para cambiar las cosas. Pero la terapia ha sido brutalmente destructiva
La pol¨ªtica institucional qued¨® fragilizada por su falta de autonom¨ªa respecto del capital y por su incapacidad para defender el inter¨¦s de la mayor¨ªa. El hundimiento de la socialdemocracia europea sell¨® el cambio de modelo. La ca¨ªda del Muro facilit¨® la consolidaci¨®n de la hegemon¨ªa conservadora, con sus efectos desocializadores y su reduccionismo economicista. Y la socialdemocracia perdi¨® la capacidad mediadora que hab¨ªa sido su fuerza, para acabar adosada a la derecha. El poder econ¨®mico no sent¨ªa presi¨®n alguna que le obligara a hacer concesiones.
A pesar de su triunfo en la Guerra Fr¨ªa, Estados Unidos ha ido perdiendo su hegemon¨ªa de pueblo escogido, arruinada en guerras absurdas, y desafiada por la venganza de las potencias anta?o humilladas. Vuelve Rusia, vuelve China, vuelve India. Celebramos la ca¨ªda del Muro como lo que fue, un momento de apoteosis de la libertad, y, sin embargo, desde entonces los muros se han multiplicado en todas partes, con una diferencia: el muro de Berl¨ªn era para no dejar salir, los muros actuales son para impedir entrar.
En fin, la crisis econ¨®mica ha revelado la realidad que se escond¨ªa debajo de la utop¨ªa neoliberal: el crecimiento exponencial de las desigualdades; el endeudamiento como instrumento de control social; y una globalizaci¨®n que fragmenta m¨¢s que agrupa.
Nos dijeron que la crisis era una oportunidad para cambiar las cosas. Pero la terapia ha sido brutalmente destructiva. Por fin, la ciudadan¨ªa empuja. ?Se abrir¨¢n los blindados espacios de la pol¨ªtica oficial?
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