La ¨²ltima vuelta de tuerca de Jeremy Scott
El director creativo de Moschino lanza una nueva fragancia dentro de un envase de oso de peluche
No todo el mundo es capaz de lanzar un perfume cuyo envase es un oso de peluche y conseguir el aplauso internacional. Pero es que solo existe un Jeremy Scott y a ¨¦l y a su bizarro sentido del humor se le perdona absolutamente todo. El director creativo de la casa Moschino, desde 2013, present¨® este jueves en Londres la fragancia Toy (juguete), cuyo dise?o exterior es precisamente un osito de peluche que viste una camiseta que proclama: ¡°Esto no es un juguete de Moschino¡±. Es una vuelta de tuerca m¨¢s en la azarosa trayectoria de este dise?ador que desde sus inicios a mediados de los noventa no ha dejado de sorprender, enfurecer o enamorar.
Sus propuestas creativas, que difuminan las fronteras entre el pop, el kitsch, el dibujo animado y seg¨²n algunos, el mal gusto, no son para todos los paladares aunque entre sus m¨¢s fervientes seguidores est¨¢n artistas como Katy Perry, Miley Cyrus, o Rita Ora, lo cual lo convierte tambi¨¦n en un ¨ªdolo para muchos de los seguidores de las cantantes. ¡°Muchos dise?adores tratan de agradar a sus audiencias. Scott trata de agradarse a s¨ª mismo¡± dijo hace unos a?os Perry, quien adem¨¢s ha sido modelo en sus desfiles. A menudo, se puede ver a la cantante luciendo creaciones suyas, como las de su colecci¨®n de primavera 2015 que est¨¢ inspirada ¨ªntegramente en la mu?eca Barbie. Para Cyrus en cambio, Scott lleva a?os dise?ando parte del guardarropa de sus giras. Rita Ora tiene una foto muy celebrada luciendo una enorme camiseta con el estampado de Bob Esponja, perteneciente a su colecci¨®n de 2014.
Nacido en Kansas City (Missouri) en 1963, Scott pertenece a ese grupo de dise?adores que a finales de los noventa, al igual que el espa?ol Miguel Adrover o la americana Susan Cianciolo, rehuyeron de la comercialidad y se presentaron ante el mundo como creadores d¨ªscolos dispuestos a hacer lo que les apetec¨ªa, sin pensar demasiado en lo que podr¨ªa gustar o vender. ?l es uno de los pocos supervivientes de esa generaci¨®n. Estudi¨® moda en el Pratt Institute a principios de los noventa en Brooklyn, Nueva York, y ya entonces apuntaba maneras. ¡°Llevaba una cresta, se afeitaba las cejas y vest¨ªa una camiseta con bolsillos que arrastraban hasta el suelo¡± recordaba el periodista William Van Meter en The New York Times.
Hizo dise?os para las drag queens del m¨ªtico Limelight de Nueva York y en 1997, tras graduarse, se instal¨® en Par¨ªs. Su primera colecci¨®n, inspirada en accidentes de coche, se organiz¨® en un bar de la Bastilla, donde lanz¨® su marca por primera vez. Su siguiente propuesta, Rampage, inspirada en Blade Runner, ofrec¨ªa entre otras cosas camisetas con cuatro mangas. Sus dise?os acabaron siendo expuestos en la influyente boutique Colette. Despu¨¦s se instal¨® en Los ?ngeles, un lugar quiz¨¢s m¨¢s acorde a sus excentricidades que Par¨ªs, y desde ah¨ª dio el salto a los desfiles oficiales donde ha sido denostado y alabado por igual. Pero su sentido del humor, unido a la atracci¨®n que sus dise?os ejercen sobre las grandes figuras del espect¨¢culo, Madonna incluida, le han convertido en alguien imposible de obviar cuando se habla de moda. Adem¨¢s, sus atrevimientos dan mucho juego: en 2008 lanz¨® una colecci¨®n para Adidas de zapatillas con ositos de peluche, alitas de p¨¢jaro y estampados de leopardo que se convirtieron en un hit entre raperos famosos. En 2012 lanz¨® una colecci¨®n con grilletes que Adidas se vio obligada a retirar ante las acusaciones de emular el esclavismo. Actualmente en su propia web se venden camisetas con el estampado del ogro Shreck a 300 d¨®lares.
Desde que lleg¨® a Moschino sustituyendo a Rossella Jardini en 2013 su carrera construida a golpe de pol¨¦mica solo ha encontrado una plataforma y una audiencia a¨²n mayor. Su primera colecci¨®n para la marca se inspir¨® en la junk culture (cultura basura) y eso le dio una excusa para crear dise?os inspirados en McDonald¡¯s pero con aire a cl¨¢sicos de Chanel, candados dorados y estampados de Budweiser y Bob Esponja. La segunda colecci¨®n que ha firmado ha sido la inspirada en la mu?eca Barbie, un empalagoso repaso al rosa en todos los formatos posibles. Ahora, con el osito-perfume Toy, Jeremy Scott vuelve a hacer de un producto espect¨¢culo. Pero¡ ?no es esa la aspiraci¨®n de todos los de su gremio?
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