Salud: ?una apuesta global?
La salud no sabe de Estados, y aunque en muchos casos sus peores consecuencias afecten a los m¨¢s vulnerables, la ¨²nica posibilidad de hacerles frente es a trav¨¦s de respuestas y mecanismos internacionales
Se ha escrito tanto sobre la salud global que muchas veces se hace dif¨ªcil encontrar argumentos capaces de convencer sobre la efectividad de invertir y buscar soluciones. Pero si una imagen vale m¨¢s que mil palabras, las que llegan desde Liberia y Sierra Leona sobre le epidemia de ¨¦bola, son de las que abren brecha y hacen saltar por los aires la idea de que la ayuda a los pa¨ªses con un nivel de desarrollo menor es prescindible.
El 18 de septiembre de este a?o pasar¨¢ a la historia por ser la primera vez que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobaba una misi¨®n sanitaria internacional para luchar contra el ¨¦bola. La incapacidad de los Estados afectados para hacerle frente y la rapidez de la expansi¨®n del virus llevaron a una reacci¨®n, que si fuera ¨²nicamente un problema de salud p¨²blica de estos pa¨ªses, sonar¨ªa desproporcionada. A fin de cuentas el registro de muertes ronda ahora los 5.000, un porcentaje ¨ªnfimo si los comparamos con las 600.000 v¨ªctimas anuales de malaria, o con los 9 millones de personas que enferman anualmente de tuberculosis. Sin embargo, viajando a la velocidad de cualquiera de los miles de aviones que transitan diariamente desde ?frica a Estados Unidos o Europa, el ¨¦bola ha entrado en las venas de occidente.
El ¨¦bola es la vanguardia? que apunta a la salud como el principal condicionante para el desarrollo de una buena parte de la humanidad
Como el terrorismo, el cambio clim¨¢tico o las finanzas, las epidemias viajan sin que las fronteras supongan mayor obst¨¢culo. La salud no conoce Estados, y aunque en muchos casos sus peores consecuencias afecten a los m¨¢s vulnerables, la ¨²nica posibilidad de hacerles frente es a trav¨¦s de respuestas y mecanismos internacionales. El ¨¦bola en este sentido s¨®lo ha devuelto el recuerdo al temor que produjo en occidente la irrupci¨®n del sida a final de los ochenta y la indignaci¨®n que llev¨® finalmente el tratamiento, ya entrados los noventa, al continente africano, donde se encuentra la mayor¨ªa de las v¨ªctimas. La respuesta a la expansi¨®n del VIH supuso un punto de inflexi¨®n, estaba claro que ninguno de los pa¨ªses con una carga elevada de enfermedad podr¨ªa dar respuesta por su cuenta. A falta de un gobierno global, la respuesta internacional en la creaci¨®n de nuevos mecanismos para promover la investigaci¨®n y el acceso a los que m¨¢s necesitaban el tratamiento, aunque todav¨ªa tiene recorrido, lograr¨ªa avances impensables. El concepto de salud global empezaba a tomar forma mas all¨¢ del t¨¦rmino acad¨¦mico.
La respuesta a la expansi¨®n del VIH supuso un punto de inflexi¨®n. Ninguno de los pa¨ªses m¨¢s afectados pod¨ªa dar respuesta por su cuenta
La comunidad internacional tiene de nuevo una oportunidad hist¨®rica, el ¨¦bola es la punta de un iceberg, la vanguardia que apunta a la salud como el principal condicionante para el desarrollo de una buena parte de la humanidad. Sin salud no se puede trabajar y es imposible conseguir un desarrollo equitativo. La incapacidad de muchos de los pa¨ªses donde se registran sus peores consecuencias es proporcional a la inestabilidad en la que viven y a la inquietud que generan sobre la seguridad mundial. Por eso en el momento en que se abre un nuevo marco de respuesta a los principales retos tras los Objetivos del Milenio, la salud requiere de un nuevo compromiso, capaz de identificar necesidades y habilitar recursos para hacerles frente. Una responsabilidad global.
Rafael Vilasanjuan es director de An¨¢lisis y Desarrollo Global en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
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