Para¨ªsos y recuperaci¨®n
Es urgente cambiar las orientaciones dominantes de la pol¨ªtica fiscal en la UE
Por dos razones al menos la Uni¨®n Europea centra parte de la atenci¨®n de la reuni¨®n del G20 que se est¨¢ celebrando en Brisbane, Australia, con el impulso al crecimiento global como prioridad. La primera es la debilidad con la que crece y la inadecuaci¨®n de sus pol¨ªticas econ¨®micas para seguir la senda de recuperaci¨®n de otras econom¨ªas avanzadas: son expl¨ªcitas las presiones estadounidense o de las econom¨ªas emergentes para que Europa estimule su demanda y abandone las pol¨ªticas fiscales depresivas de estos ¨²ltimos a?os. La segunda raz¨®n es el comportamiento de algunos de sus Gobiernos en relaci¨®n a la fiscalidad privilegiada de las empresas multinacionales. Tambi¨¦n en este punto la Administraci¨®n estadounidense ha tomado la iniciativa. El propio Gobierno del pa¨ªs anfitri¨®n de la cumbre ha trazado un plan de investigaci¨®n sobre 100 multinacionales.
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El m¨¢ximo representante de la UE, Jean-Claude Juncker, ha acudido a esta cita con credenciales cuestionadas. La eurozona se encuentra estancada y al borde de la deflaci¨®n; es el principal freno a la recuperaci¨®n global, sin que sus autoridades tengan la disposici¨®n a revertir esa tendencia al ¡°estancamiento secular¡± mediante la aplicaci¨®n de est¨ªmulos de la demanda agregada como sugieren las agencias multilaterales. Tampoco puede exhibir pr¨¢cticas ejemplares en la persecuci¨®n del estricto cumplimiento de las obligaciones fiscales por las empresas multinacionales que utilizan algunos pa¨ªses de la UE como domicilios de conveniencia para minimizar sus impuestos.
El propio Juncker ha sido entre 1989 y 2013 responsable pol¨ªtico de Luxemburgo, que aparece como uno de los principales para¨ªsos fiscales. Las revelaciones del consorcio internacional de periodistas de investigaci¨®n se?alan que m¨¢s de 300 multinacionales suscribieron acuerdos con ese Gobierno favorecedores de la elusi¨®n de cargas fiscales, contraviniendo las orientaciones de instituciones como la propia OCDE.
Esas pr¨¢cticas en la UE (no solo en Luxemburgo) coexisten con la severidad de ajustes presupuestarios que da?an en mucha mayor medida a los ciudadanos ¡ªa los contribuyentes¡ª con menor capacidad defensiva. Una austeridad desigual que erosiona seriamente el predicamento del presidente de la Comisi¨®n Europea, dentro y fuera de la UE. Por eso, eliminar esos para¨ªsos fiscales en Europa, que es algo m¨¢s que el ¡°intercambio de informaci¨®n¡± que ha prometido en Brisbane, es tan urgente como reconducir las orientaciones dominantes de la pol¨ªtica fiscal en una regi¨®n que apenas crece y mantiene elevados niveles de desempleo y desigualdad.
En ambos aspectos convendr¨ªa tomar buena nota de la experiencia estadounidense, con un crecimiento aceptable y una reducida tasa de paro, y asumir como prioridad el bienestar de la mayor¨ªa de los ciudadanos, no el de las grandes empresas especializadas en el arbitraje regulador y fiscal que algunos Gobiernos favorecen.
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