Burkina Faso: el futuro incierto

Autor invitado: Antonio Lozano (*)

Hace unos d¨ªas, miles de manifestantes invadieron el Parlamento de Burkina Faso, impidiendo as¨ª la celebraci¨®n de una votaci¨®n que pretend¨ªa, por tercera vez desde la proclamaci¨®n como presidente de Blaise Compaor¨¦, modificar el art¨ªculo 37 de la Constituci¨®n con el fin de permitirle a ¨¦ste mantenerse en el poder que llevaba ejerciendo desde hace 27 a?os. Aunque en principio el Presidente hab¨ªa anunciado la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum, la reacci¨®n del pueblo de Burkina frente a sus pretensiones le hizo desistir de la f¨®rmula plebiscitaria para refugiarse en la votaci¨®n parlamentaria que le garantizaba el logro de su prop¨®sito, dada la amplia mayor¨ªa con la que cuenta desde las primeras elecciones, de dudos¨ªsima legitimidad aquellas y todas las celebradas posteriormente. El ¨¦xito de la rebeli¨®n ciudadana y la posterior intromisi¨®n del ej¨¦rcito en la vida pol¨ªtica del pa¨ªs han creado una situaci¨®n de confusi¨®n que hace dif¨ªcil saber cu¨¢l ser¨¢ el resultado final de las movilizaciones populares. En cualquier caso, para dilucidar el enigma habr¨ªa que tener en cuenta diversos elementos fundamentales vinculados a la situaci¨®n actual del pa¨ªs:

- Los movimientos ciudadanos: En primer lugar es de destacar que la rebeli¨®n popular que ha obligado a Compaor¨¦ no solo a abandonar el poder sino a huir del pa¨ªs no ha sido una reacci¨®n espont¨¢nea del pueblo burkinab¨¦. Por el contrario se trata de un movimiento ciudadano puesto en marcha hace m¨¢s de un a?o por dos m¨²sicos, el rapero Smockey y el cantante de reggae Sams K le Jah, con el nombre de Le balai citoyen (La escoba ciudadana) con el fin de barrer del poder a Blaise Compaor¨¦ y denunciar la mala gobernanza del pa¨ªs. Tambi¨¦n han intervenido otras iniciativas ciudadanas, como los comit¨¦s anti refer¨¦ndum y algunos partidos pol¨ªticos de la oposici¨®n. La presencia de ambos m¨²sicos en la escena pol¨ªtica de Burkina no es nueva: ya en la celebraci¨®n del XX aniversario del asesinato de Sankara, hace 7 a?os, Sams K Le Jah, que particip¨® activamente en las celebraciones, sufri¨® la presi¨®n del gobierno en su contra y vio c¨®mo le desped¨ªan como presentador de un programa en una emisora de radio nacional y le quemaban el coche para disuadirlo de seguir adelante con el programa de actos, que finalmente fue un ¨¦xito absoluto, con la participaci¨®n de decenas de miles de personas en todo el pa¨ªs. Desde que Blaise anunciara su intenci¨®n de perpetuarse en el poder, Le balai citoyen multiplic¨® sus actos de protesta, hasta llegar a los d¨ªas previos a la votaci¨®n parlamentaria, donde cientos de miles de ciudadanos ¡ªun mill¨®n seg¨²n algunas fuentes¡ª salieron a la calle para acabar expulsando del poder a Blaise Compaor¨¦, algo que pill¨® desprevenidos a todos, empezando por el propio Presidente. La fuerza de Le balai citoyen y de los movimientos ciudadanos es pues importante y su disposici¨®n a seguir la lucha hasta lograr la instauraci¨®n de la democracia tendr¨¢ que ser muy tenida en cuenta en lo que suceda a partir de ahora en el pa¨ªs.

- La reacci¨®n militar: Nada m¨¢s consumarse la expulsi¨®n del poder de Compaor¨¦, las Fuerzas Armadas entraron en acci¨®n. En primer lugar fue el general Honor¨¦ Traor¨¦ quien se autoproclam¨® responsable de la transici¨®n del pa¨ªs hacia la democracia, dando un plazo de doce meses para la celebraci¨®n de elecciones, pero inmediatamente su nombre fue sustituido por el del teniente-coronel Isaac Zida. Todo ello da muestras de la divisi¨®n interna del ej¨¦rcito, pero tambi¨¦n de su intenci¨®n de hacerse con el poder aprovechando el vac¨ªo dejado por la huida de Compaor¨¦. Las primeras reuniones de los responsables militares con representantes de Le balai citoyen y la petici¨®n de estos de que las fuerzas armadas asumieran su responsabilidad desat¨® las cr¨ªticas hacia el movimiento de los principales partidos de la oposici¨®n, evidentemente celosos del protagonismo de un movimiento que se escapa a su control. Sin embargo, los portavoces de Le balai citoyen dejaron claro en reciente rueda de prensa que se refer¨ªa no a que el ej¨¦rcito asumiera el poder sino a que no reprimiera en la calle las protestas ciudadanas y se pusiera del lado de los manifestantes. En cualquier caso, tanto Le balai citoyen como los comit¨¦s anti refer¨¦ndum y la oposici¨®n reclama a los militares que vuelvan a sus cuarteles y que dejen el proceso de transici¨®n en manos de representantes de la sociedad civil. Est¨¢ por ver qui¨¦n ganar¨¢ un pulso en el que los militares no parecen dispuestos a ceder.

Mercado de Ouagadougou, Burkina Faso. AFP PHOTO / ISSOUF SANOGO

- El regreso del sankarismo: Compaor¨¦ lleg¨® al poder el mismo d¨ªa que hizo asesinar a su compa?ero de armas y amigo ¨ªntimo, el Presidente Thomas Sankara, el 15 de octubre de 1987. Sankara, a lo largo de sus cuatro a?os como Presidente del pa¨ªs, hab¨ªa llevado a cabo profundas transformaciones pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales, eliminando el derroche y la corrupci¨®n y obteniendo logros impensables en el contexto africano de aquellos a?os en el campo de la econom¨ªa end¨®gena, de la igualdad entre hombres y mujeres, de la sanidad, de la educaci¨®n, de la cultura y en general en todos los ¨¢mbitos de la acci¨®n pol¨ªtica. El sankarismo se hab¨ªa convertido en el m¨¢ximo referente pol¨ªtico en el continente africano para todos los pueblos que aspiraban a la transformaci¨®n de sus sociedades, la expulsi¨®n de los dictadores corruptos impuestos por las antiguas metr¨®polis y la independencia absoluta de ¨¦stas. Mantuvo adem¨¢s un discurso panafricanista que defend¨ªa, entre otras medidas, el impago de la deuda, por concebirla como instrumento perverso para perpetuar la dominaci¨®n del continente africano por parte de las antiguas metr¨®polis. Eso era mucho m¨¢s de lo que pod¨ªa permitir Francia, que urdi¨®, con la probable participaci¨®n de la CIA y de pa¨ªses del entorno fieles al Eliseo (Costa de Marfil y Togo), la trama que acab¨® con la vida de Sankara y aup¨® al poder a Compaor¨¦, quien desat¨® una represi¨®n sangrienta en los meses que siguieron. Ese referente sigue vivo hoy y ha sido el motor del movimiento popular que ha expulsado del poder al asesino de Sankara. El regreso del sankarismo en el nuevo Burkina Faso ser¨ªa una excelente noticia, pero la divisi¨®n entre los partidos pol¨ªticos sankaristas y la ausencia de un l¨ªder carism¨¢tico que los aglutine puede ser un serio inconveniente.

- Los intereses de Francia en la regi¨®n: Blaise Compaor¨¦ era el gran amigo de Francia en ?frica Occidental. En un arranque de sinceridad, Hollande confirm¨® hace unos d¨ªas que su gobierno hab¨ªa colaborado en su salida del pa¨ªs. La antigua metr¨®poli se queda sin su mejor aliado, a quien propuso que renunciara a la reelecci¨®n a cambio de un cargo internacional, lo que Compaor¨¦ rechaz¨®. Tras el asesinato de Sankara, Francia reconoci¨® de inmediato al nuevo Jefe de Estado y lo recibi¨® con todos los honores, en varias ocasiones, en el Eliseo, a pesar de su responsabilidad en la represi¨®n post Sankara, el asesinato de opositores como el periodista Norbert Zongo en 1998 ¡ªcuando investigaba los desmanes del hermano del presidente, Fran?ois Compaor¨¦¡ª, la participaci¨®n en las guerras civiles de Sierra Leona y Liberia ¡ªsu nombre aparece varias veces durante el juicio a Charles Taylor en La Haya¡ª, su enriquecimiento desmedido a costa de las arcas del estado burkinab¨¦, entre otros. Francia puso en marcha una operaci¨®n cosm¨¦tica a favor del dictador electo gracias a su apoyo en la financiaci¨®n de la campa?a electoral y la manipulaci¨®n de los sucesivos procesos electorales (los porcentajes de votos a favor superiores al 80% hablan por s¨ª solos), present¨¢ndolo como el gran mediador de conflictos en ?frica Occidental y atrevi¨¦ndose a un intento de presentar su candidatura al Nobel de la Paz en 2012. Par¨ªs convirti¨® el pa¨ªs en su principal base estrat¨¦gica en la regi¨®n, desde la cual ¡°dirige la lucha contra el terrorismo isl¨¢mico¡±, una operaci¨®n encargada de disimular las verdaderas razones de su presencia en la zona: el control de la producci¨®n de uranio de N¨ªger, que alimenta su programa de energ¨ªa nuclear, el mantenimiento de su presencia en la vecina Mali, donde grandes yacimientos de petr¨®leo, uranio y oro esperan a ser explotados, y en general el control militar y pol¨ªtico de lo que sucede en una regi¨®n estrat¨¦gica para sus intereses. Francia, por lo tanto, no est¨¢ dispuesta a que el futuro de Burkina Faso se dise?e sin su visto bueno.

- La impunidad de Compaor¨¦: Ni la oposici¨®n ni los movimientos ciudadanos est¨¢n dispuesto a que los cr¨ªmenes de Compaor¨¦ queden impunes, empezando por el asesinato de Thomas Sankara. En 2006, el Colectivo Jur¨ªdico Internacional Justicia para Sankara (CJIS) consigui¨® que el Comit¨¦ de los Derechos Humanos de la ONU se pronunciara contra el gobierno de Burkina Faso, oblig¨¢ndolo entre otras cosas a la publicaci¨®n de la resoluci¨®n en los medios p¨²blicos del pa¨ªs (la ¨²nica orden que acataron, haci¨¦ndola aparecer en la web gubernamental), la indemnizaci¨®n a la familia Sankara (que esta rechaz¨®) y la rectificaci¨®n del acta de defunci¨®n del presidente asesinado, que recoge como causa de su fallecimiento la muerte natural, lo que ha permitido hasta ahora que los jueces ¡ªen un sistema judicial absolutamente controlado por el ejecutivo¡ª rechace reiteradamente las demandas presentadas por Mariam Sankara y sus hijos. Un par de a?os m¨¢s tarde, a pesar de no haber acatado las ¨®rdenes que emanaban de su resoluci¨®n, la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU cedi¨® a la incesante presi¨®n de Francia y EEUU y se dio por satisfecha, cerrando as¨ª el caso, con las inexistentes actuaciones del gobierno Compaor¨¦. Pero son muchos m¨¢s los cargos a los que deber¨ªa responder el ex Presidente, desde el asesinato de Zongo y otros muchos, su enriquecimiento il¨ªcito y su participaci¨®n en las guerras de Sierra Leona y Liberia en apoyo a los se?ores de la guerra que asolaron ambos pa¨ªses. Si el ej¨¦rcito burkinab¨¦ y Francia facilitaron la hu¨ªda del dictador antes de que fuera arrestado por la poblaci¨®n ¡ªtuvo que cambiar sus planes cuando se dirig¨ªa hacia Po por carretera para escapar a Togo al saber que la poblaci¨®n se hab¨ªa movilizado para detenerlo, y tomar un helic¨®ptero enviado con urgencia por el presidente marfile?o Alassane Ouattara, a petici¨®n de Fran?ois Hollande¡ª. La lucha contra la impunidad de Compaor¨¦ ser¨¢ otro caballo de batalla en el tablero en que se juega la partida del futuro del pa¨ªs.

- La miseria. Burkina Faso es el cuarto pa¨ªs m¨¢s pobre del mundo. Ese dato contrasta con el enriquecimiento il¨ªcito de Compaor¨¦ y su entorno, con el visto bueno de Francia, cuya estrategia post colonial se ha basado siempre en instalar l¨ªderes corruptos a cambio de la sumisi¨®n a sus dictados. En este sentido, Compaor¨¦ fue un alumno privilegiado y obediente. El gran problema del pa¨ªs es la supervivencia de su poblaci¨®n. Sankara hab¨ªa afrontado el reto con ¨¦xito, generando una econom¨ªa de autoconsumo y una reforma agraria ¡ªque, en palabras del ex relator de la ONU para el derecho a la alimentaci¨®n, el suizo Jean Ziegler, constituy¨® un hito en la regi¨®n al convertirse en el ¨²nico pa¨ªs capaz de autoabastecerse en cereales¡ª, la eliminaci¨®n de la corrupci¨®n y otras r¨¦moras como el nepotismo (los miembros directos de su familia y las de los ministros ten¨ªan prohibido acceder a cargos de relevancia en la administraci¨®n), la inversi¨®n en educaci¨®n y sanidad, entre otras muchas medidas. El desmantelamiento, por parte de Compaor¨¦, de las estructuras y proyectos puestos en marcha por el gobierno sankarista devolvi¨® a Burkina Faso a la situaci¨®n de pobreza end¨¦mica que padec¨ªa antes del acceso a la presidencia de Thomas sankara, situaci¨®n que a¨²n perdura tras sus 27 a?os de gobierno. El regreso de la democracia deber¨¢ estar ¨ªntimamente vinculado al desarrollo del pa¨ªs y a la mejora de las condiciones de vida de la poblaci¨®n, as¨ª como a la lucha contra la corrupci¨®n y la creaci¨®n de instituciones democr¨¢ticas s¨®lidas y eficientes, o estar¨¢ condenado al fracaso.

Estos son algunos de los elementos que entrar¨¢n en juego en el complejo camino de Burkina Faso hacia la restauraci¨®n de la democracia. A su favor tiene el hecho de que la sociedad civil, asociaciones ciudadanas y ciertos partidos pol¨ªticos hayan tomado las riendas del destino de un pa¨ªs que parec¨ªa condenado al sometimiento eterno a un r¨¦gimen corrupto y represor, expulsando al Presidente, algo que nadie podr¨ªa haber imaginado ¡ªempezando por el propio Compaor¨¦¡ª hasta el momento mismo en que ocurri¨®. Tambi¨¦n a su favor, la formidable herencia del sankarismo, el paso por una experiencia pol¨ªtica que durante cuatro a?os devolvi¨® a los ciudadanos la dignidad perdida y la convicci¨®n de que su destino estaba en sus propias manos y cuyo recuerdo pervive en el recuerdo de la poblaci¨®n. Si esto ya ocurri¨® entre 1983 y 1987, ?por qu¨¦ no puede hacerlo de nuevo hoy?, se preguntan muchos burkinabeses. En su contra, el intento de los militares de hacerse con el control del pa¨ªs ¡ªqueda por ver si de manera transitoria o no¡ª, los pol¨ªticos afines a Compaor¨¦ que seguir¨¢n al acecho de una nueva oportunidad y la poderosa e imborrable sombra de Francia, que planea sobre tantos pueblos africanos. Y, evidentemente, la miseria, la dificil¨ªsima situaci¨®n econ¨®mica y social que 27 a?os de gobierno de Compaor¨¦ ha dejado como legado.

Mientras tanto, toda ?frica dirige su mirada hacia Burkina Faso, cuyo valeroso pueblo ha logrado expulsar del poder nada m¨¢s y nada menos que al Presidente del pa¨ªs, disc¨ªpulo predilecto de Par¨ªs. Tal como ocurri¨® durante los a?os de Sankara, el resto del continente mira con envidia y admiraci¨®n al pueblo burkinab¨¦.

Antonio Lozano es autor de El Caso Sankara, Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona, y miembro del Comit¨¦ Sankara espa?ol. Tangerino, licenciado en Traducci¨®n e Interpretaci¨®n y residente en Ag¨¹imes (Gran Canaria), municipio del que fue concejal de Cultura entre 1987 y 2003. Fue director del Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes y del Festival Internacional de Narraci¨®n Oral Cuenta con Ag¨¹imes. Su primera novela, Harraga, fue elogiada por escritores como Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, Dulce Chac¨®n y Fernando Mar¨ªas. Ganadora del I Premio Novelpol a la mejor novela negra publicada en Espa?a, obtuvo una menci¨®n especial del Jurado del Premio Memorial Silverio Ca?ada 2003, convocado por la Semana Negra de Gij¨®n. Tambi¨¦n ha publicado Preludio para una muerte y Donde mueren los r¨ªos, que fue finalista del I Premio Brigada 21.