El futuro robot conductor
La Universidad de Roma logra que un aut¨®mata maneje un coche en un simulador
No es precisamente un Fernando Alonso. Conduce a unos 30 kil¨®metros por hora. No le van nada bien las curvas fuertes. Necesita que le pongan el pie sobre el pedal y las manos al volante. Y con las vibraciones y traqueteos de un veh¨ªculo real a¨²n no se atreve. Pero no se emborracha, se cansa o se distrae con el m¨®vil. Es un robot conductor.?
Es el proyecto presentado en el pasado Humanoids 2014 ¡ªel mayor congreso mundial de rob¨®tica humanoide, que se celebr¨® en Madrid del 18 al 20 de noviembre¡ª por cuatro investigadores de la Universidad de Roma Sapienza y de la Universidad de Montpellier. Un robot que es capaz de conducir un coche en un simulador. Un primer paso que seg¨²n Antonio Paolillo (Salerno, 1985), uno de los cient¨ªficos responsables de la investigaci¨®n, aspira a mucho m¨¢s: "Esto es un proyecto general. Los humanos rob¨®ticos, al tener nuestra apariencia, son una plataforma muy vers¨¢til que puede usarse para m¨²ltiples tareas. Lo que queremos demostrar es que ya son capaces de llevar tareas complejas".
Su aut¨®mata responde bien al desaf¨ªo planteado gracias a una programaci¨®n que funciona como nuestros sentidos. "Uno de los m¨®dulos controla la visi¨®n", explica Paolillo. "Graba con una c¨¢mara la carretera y reconoce y reacciona ante las diferentes situaciones que se le presentan". La otra clave para el triunfo es la interacci¨®n, el tal¨®n de Aquiles que contin¨²a reforzando la rob¨®tica: "Se trata de conseguir una trayectoria segura. Es decir, que el robot no rompa las herramientas ni se rompa a s¨ª mismo". En el caso de su humanoide, solo tiene que preocuparse de pedal y volante. De momento, lo de que entre y salga por su propio pie del coche no se contempla.
Las matem¨¢ticas juegan un papel esencial. En la investigaci¨®n de este equipo vuelve a ser evidente cu¨¢nto cuesta traducir lo que para el hombre es natural (ver, tocar...) a un ente artificial. "No podemos enfrentarlo a una curva porque de momento solo conseguimos que conduzca por lo que ¨¦l interpreta como una recta", admite Paolillo. El truco est¨¢ en que si la curva es suave el robot puede interpolar con la visi¨®n; es decir, sumar peque?os segmentos rectos levemente desviados que le permiten ajustar su trayectoria y tomar la curva. Mantener el coche recto y no dar bandazos tambi¨¦n es cuesti¨®n de papel, l¨¢piz y ecuaciones. "Se trata de reducir dos variables a cero. X que ser¨ªa la distancia al centro de la carretera. Y ¦¨ que ser¨ªa el ¨¢ngulo del coche respecto a la v¨ªa. Si las dos son cero el robot conduce recto y por el medio".
Paolillo es muy consciente de las limitaciones que tiene por ahora su prototipo. De hecho, admite que "no hay fechas" para ponerlo dentro de un autom¨®vil de verdad y ver como le va, pero que lo har¨¢n en el futuro. Eso s¨ª, disiente de que pudiendo dise?ar un cerebro inform¨¢tico que conduzca por nosotros, la rob¨®tica humanoide se presente como un gasto in¨²til para estas tareas: "Imagina un desastre como el de Fukushima. Un robot podr¨ªa acceder a la zona del siniestro, efectuar reparaciones en condiciones imposibles para el ser humano y hasta rescatar a gente tray¨¦ndolas a salvo en su veh¨ªculo".
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