Lo peor que puede pasar
Los pensamientos catastrofistas lastran nuestro d¨ªa a d¨ªa, pero pueden ser desactivados o incluso utilizados de forma positiva
Conocemos a muchas personas que est¨¢n todo el d¨ªa temi¨¦ndose calamidades y dibujando escenarios catastr¨®ficos sobre lo que puede suceder. De hecho, todos adoptamos a veces esa actitud tr¨¢gica y nos hundimos en un mar de perspectivas tan terribles como improbables. Sin embargo, esta capacidad de prever ¡°lo peor que puede pasar¡± para poner los medios necesarios y sobrevivir a la cat¨¢strofe es justamente una ventaja evolutiva del ser humano respecto a otras especies. Las ciudades de la antig¨¹edad se amurallaban para protegerse del supuesto ataque de los b¨¢rbaros y hoy d¨ªa en las zonas s¨ªsmicas se construyen edificios capaces de resistir grandes temblores de tierra. Son medidas inteligentes que aportan seguridad y han ayudado a minimizar el desastre cuando llega.
El problema es cuando esa forma de pensar se traslada a la vida personal y empezamos a vivir con la ansiedad de que todo nuestro mundo, o aquello que consideramos m¨¢s valioso, se va a venir abajo.
Se acerca el final del viaje. Pero el viaje es una meta, no una cat¨¢strofe¡±
Se acerca el final del viaje. Pero el viaje es una meta, no una cat¨¢strofe¡±
George Sand
¨C?El celoso que interpreta cualquier contacto social de su pareja como un principio de seducci¨®n que acabar¨¢ en infidelidad o abandono.
¨C?Los inversores que, siguiendo un rumor, se dejan llevar por el p¨¢nico y acaban hundiendo las acciones de una empresa.
Para saber m¨¢s
Una pel¨ªcula
El vuelo del F¨¦nix
Robert Aldrich
Tras estrellarse en el desierto del Sahara, la ¨²nica esperanza de los pasajeros de un avi¨®n de carga es construir una nueva aeronave a partir de las piezas de la averiada. Una historia inspiradora sobre c¨®mo afrontar el peor escenario posible.
Un libro
Feliz contra todo pron¨®stico
Olivier Bouyssi (Plataforma)
La odisea de un hombre que contrajo una enfermedad fatal al recibir una transfusi¨®n despu¨¦s de un accidente. Un relato vivido sobre la pr¨¢ctica del optimismo extremo.
¨C?El hipocondriaco que, ante cualquier peque?o dolor, se diagnostica enfermedades graves y devastadoras.
El gran problema de esta clase de predicciones es que acaban siendo prof¨¦ticas, y no precisamente por obra del destino. La misma persona se encarga inconscientemente de que sus peores temores se vean cumplidos.
En los ejemplos anteriores, la pesadez o incluso agresividad del celoso hace que su pareja se harte, y el hipocondriaco puede desarrollar enfermedades reales por culpa del estr¨¦s que le crea el p¨¢nico a la enfermedad.
Por regla general, las personas instaladas en el pensamiento catastrofista padecen problemas de concentraci¨®n, insomnio y ansiedad que pueden llevarles a una depresi¨®n. La buena noticia es que es posible detener esa clase de procesos mentales. Pero veamos antes de nada cu¨¢l es su origen.
S¨®lo en el mundo de las matem¨¢ticas dos ?negativos se convierten en algo positivo¡±
Abby Morel
Cambiar el canal de noticias Aunque muchas personas son capaces de predecir cat¨¢strofes sin haber vivido ninguna, generalmente este tipo de or¨¢culo tiene su origen en un accidente o evento traum¨¢tico que hace que dejemos de ver nuestro mundo como un lugar seguro. Lo malo de estas din¨¢micas es que descartan todas las opciones agradables y sit¨²an a la persona en un estado de alerta permanente. Seg¨²n Meg Selig, autora en la web Changepower!, los estudios demuestran que entre el 60% y el 70% del pensamiento de un individuo es de ¨ªndole negativa y pesimista.
Para cambiar el signo de nuestro circuito mental, esta autora propone tres afirmaciones que se pueden repetir para salir del fatalismo:
1.?Esto que pienso no est¨¢ sucediendo ahora. En este momento estoy a salvo.
2.?Pase lo que pase, puedo hacerle frente.
La f¨¢bula de los gemelos
Un hombre que ten¨ªa dos hijos de signo opuesto ¨Cuno muy optimista y el otro muy pesimista¨C sigui¨® el consejo de un amigo de dar a cada uno por su 18? cumplea?os un obsequio muy distinto: algo fabuloso para el pesimista y algo horrible para el optimista. Tal vez as¨ª se equilibrar¨ªan los estados de ¨¢nimo, opinaba el amigo. Llegado el d¨ªa, el padre hizo salir a los chicos a ver los dos regalos que estaban tapados en la calle por sendas s¨¢banas. El pesimista descubri¨® una potente moto japonesa y empez¨® a gritar y llorar a su padre: ¡°?T¨² lo que quieres es que me mate!¡±. El optimista destap¨® un enorme excremento y empez¨® a bailar, loco de alegr¨ªa. ¡°?Qu¨¦ celebras, idiota?¡±, le pregunt¨® su hermano, a lo que el optimista contest¨®: ¡°Si aqu¨ª hay este excremento es que enseguida viene mi caballo¡±.
3.?Yo y s¨®lo yo soy el causante de mi propio sufrimiento.
4.?A estas tres declaraciones podemos agregar lo que dice la estad¨ªstica sobre esta clase de predicciones: la mayor parte de desastres que tememos nunca llegan a suceder.
Cuando se trata de rechazar una emoci¨®n, esta se fortalece. Del mismo modo, al aceptarla y analizarla empieza a perder su poder. Seg¨²n el doctor en Psicolog¨ªa Matthew Tull, si la persona no ha ca¨ªdo en una depresi¨®n, hay tres pasos que puede seguir para liberarse de esta inercia que oscurece su mirada sobre la vida.
1.?El primer paso ser¨ªa reconocer esta clase de pensamientos en nuestro espacio mental. Al detectarlos y entender c¨®mo afectan, pierden buena parte de su fuerza.
2.?El segundo paso es aplicar una estrategia para evitar que esa clase de ideas se vayan al extremo. Para ello, la soluci¨®n es diseccionarlas a trav¨¦s de estas preguntas:
¨C??Qu¨¦ pruebas tengo a favor de la veracidad de estas reflexiones?
¨C??Qu¨¦ pruebas tengo en contra?
¨C??Tengo este tipo de juicios cuando me siento bien o s¨®lo cuando estoy triste, enojado o ansioso?
¨C??Qu¨¦ le dir¨ªa yo mismo a alguien que est¨¢ pensando algo as¨ª?
Este ejercicio de exploraci¨®n permite desenmascarar el or¨¢culo pesimista, con lo que se mitigar¨¢ la ansiedad a la vez que se libera espacio para opciones m¨¢s positivas.
3.?Una tercera alternativa es centrar la atenci¨®n sobre cada idea catastrofista como una nube que pasa por la conciencia, sin aceptarla ni rechazarla. Se etiqueta como ¡°pensamiento¡± y se deja pasar. Con ello menguar¨¢ su influencia sobre el estado de ¨¢nimo.
4.?Nuevamente, a las tres medidas del doctor Tull yo a?adir¨ªa una cuarta: evitar el contacto con las personas pesimistas y desmotivadoras, ya que esta clase de din¨¢micas mentales son altamente contagiosas.
Lo positivo de lo negativo Investigaciones recientes han demostrado que el pensamiento negativo, si se usa de manera estrat¨¦gica, tambi¨¦n puede acabar resultando beneficioso para quien lo practica.
En su ensayo The Antidote: Happiness for People Who Can¡¯t Stand Positive Thinking, el periodista Oliver Burkeman sostiene que la visualizaci¨®n negativa puede ser un efectivo ant¨ªdoto contra la ansiedad. En realidad, lo que los psic¨®logos denominan ¡°pesimismo defensivo¡± es una estrategia aplicada por entre un 25% y un 30% de los estadounidenses, seg¨²n la investigadora Julie Norem.
¡°Cuando intentamos persuadirnos de que todo se resolver¨¢ para bien, corremos el riesgo de reforzar la creencia t¨¢cita de que ser¨ªa completamente catastr¨®fico que eso no sucediera. En cambio, si tratamos el caso con cierta sobriedad y consideramos lo mal que realmente puede ir, encontraremos que nuestros temores disminuyen hasta tener un tama?o manejable¡±, afirma Burkeman.
El pensamiento catastrofista m¨¢s com¨²n y realista, el de la propia muerte, ha sido empleado por los m¨ªsticos para desapegarse de las preocupaciones humanas, a la vez que supone una invitaci¨®n a la vida.
Un curioso estudio realizado entre los paseantes de un cementerio, por ejemplo, midi¨® la reacci¨®n de estos ante un desconocido al que se le ca¨ªa un cuaderno. Las observaciones demostraron que las personas dentro del camposanto eran un 40% m¨¢s sol¨ªcitas que las que caminaban por la calle.
Ciertamente, muchos otros pensamientos catastrofistas no invitan a la reflexi¨®n, pero hay una sencilla t¨¦cnica que se puede utilizar para deshacerse de ellos. Ante el posible escenario que preocupa se puede hacer lo siguiente: Imagine qu¨¦ es lo peor que puede pasar, el grado m¨¢ximo de cat¨¢strofe. Trasl¨¢dese ahora mentalmente a esa situaci¨®n. ?Qu¨¦ har¨ªa?
Si no se trata de la propia muerte, la cual adem¨¢s pone fin a todo sufrimiento, cualquier otra cosa que suceda no es el fin del mundo. Como seres adaptables que somos, seguro que har¨ªamos algo ¨²til para nuestra supervivencia en la nueva situaci¨®n. Por tanto, no es tan terrible. La ventaja de plantearse el comportamiento en el ¡°peor escenario posible¡± es que, con toda probabilidad, suceder¨¢ algo menos malo y se vivir¨¢ como un alivio. O no suceder¨¢ nada de lo que se teme. Mientras tanto, a vivir.
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