El petr¨®leo como arma econ¨®mica
Los precios bajos del crudo perjudican a pa¨ªses en malas relaciones con EE UU
La paulatina ca¨ªda de los precios del petr¨®leo desde junio pasado, acelerada en las ¨²ltimas semanas hasta llegar a los 69 d¨®lares el barril del crudo brent (viernes) plantea una serie de interrogantes acerca de sus causas y efectos. Y es que si bien la mayor¨ªa de comentaristas han incidido en la debilidad de la demanda mundial asociada a la recesi¨®n econ¨®mica en Europa, as¨ª como la atenuaci¨®n del crecimiento en los pa¨ªses emergentes y las no resueltas dudas acerca de la recuperaci¨®n en Estados Unidos, no parece que todo ello sea suficiente para explicar el fen¨®meno. No se espera que la demanda crezca de modo perceptible, pero tampoco se prev¨¦ que disminuya. De hecho, las previsiones de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa para 2015 apuntan a un crecimiento de la demanda de crudo del 1,2 %. En consecuencia, a la hora de explicar la ca¨ªda en los precios del crudo, las miradas han de dirigirse fundamentalmente hacia la oferta.
En efecto, es de sobra conocido que en los ¨²ltimos meses la oferta ha crecido. Los pa¨ªses de la OPEP, que llevaban m¨¢s de dos a?os disminuyendo su producci¨®n, compensando as¨ª los aumentos en la extracci¨®n de crudo por parte de los pa¨ªses de fuera de la OPEP, han cambiado de estrategia y desde septiembre est¨¢n aumentando su producci¨®n. A ello hay que sumar la progresiva consecuci¨®n por parte de los EE UU de su objetivo de autonom¨ªa energ¨¦tica gracias a la aplicaci¨®n de la tecnolog¨ªa de fracking. Dada la aton¨ªa de la demanda en Europa, todo ello se ha traducido en que los pa¨ªses exportadores de petr¨®leo tengan que disputarse un mercado reducido, fundamentalmente el asi¨¢tico, con el previsible efecto a la baja sobre el precio del crudo.
Una ca¨ªda en el precio del petr¨®leo deber¨ªa ser vista como una buena noticia econ¨®mica para los pa¨ªses industriales en general e importadores de petr¨®leo en particular, pues la disminuci¨®n en los costes de producci¨®n y en precios que implica deber¨ªan impulsar la actividad econ¨®mica. Tal situaci¨®n ser¨ªa as¨ª la opuesta a la que se observ¨® en los a?os 70. Sin embargo, las cosas no est¨¢n tan claras en un entorno econ¨®mico global estancado, cuando no recesivo, en muchas ¨¢reas. La ca¨ªda en los precios del petr¨®leo acent¨²a el riesgo de que la econom¨ªa mundial se sumerja en una deflaci¨®n que deprima todav¨ªa m¨¢s las sombr¨ªas perspectivas de recuperaci¨®n. Y es que, ante la previsi¨®n de que los precios caigan en el futuro, los consumidores tienden a posponer sus decisiones de compra; en tanto que el ascenso en los tipos de inter¨¦s reales desincentiva a los inversores.
El peligro de deflaci¨®n mundial crece con la previsi¨®n de nuevas ca¨ªdas del precio
Si no les interesa que acontezca tal estado de cosas a los demandantes ni a los oferentes, la pregunta pasa a ser la de c¨®mo los actores implicados permiten que ello suceda. M¨¢s concretamente, dadas las especiales caracter¨ªsticas que tiene el mercado de petr¨®leo desde el lado de la oferta ¡ªcon la presencia de una agrupaci¨®n de pa¨ªses, la OPEP, que act¨²a al un¨ªsono y controla el 43 % de la producci¨®n mundial y el 51 % de las exportaciones de crudo¡ª la pregunta es: ?por qu¨¦ no act¨²a para impedir que los precios del petr¨®leo caigan?
El papel que aqu¨ª juega Arabia Saud¨ª es fundamental. Controla el 18 % de las reservas probadas de petr¨®leo as¨ª como el 13 % de la producci¨®n mundial y de las exportaciones. Nadie duda por ello de que su posici¨®n dentro de la OPEP es determinante, y est¨¢ detr¨¢s de la pol¨ªtica que ha mantenido en los ¨²ltimos a?os el precio del crudo en el entorno de los 100-120 d¨®lares el barril.
El cambio actual en el comportamiento de Arabia Saud¨ª, que parece apostar por un precio del barril entre los 80-90 d¨®lares para los pr¨®ximos dos a?os puede explicarse, como m¨ªnimo, en t¨¦rminos geoecon¨®micos. Para mantener su posici¨®n de l¨ªder en el mercado de crudo, uno de sus objetivos a medio y largo plazo, sin duda, es dificultar que las fuentes no convencionales de petr¨®leo (los yacimientos en aguas ultra profundas, en zonas dif¨ªciles como el ?rtico y las de petr¨®leo de esquisto y arenas bituminosas) se conviertan en suficientemente competitivas de su producci¨®n y supongan un riesgo para su posici¨®n predominante en el mercado. Dado que esas tecnolog¨ªas extractivas son m¨¢s caras que las tradicionales, el mecanismo para dificultarlas pasa por hacer una pol¨ªtica predatoria de precios.
En efecto: si bien los costes en los diferentes yacimientos son distintos, se estima que por t¨¦rmino medio tanto la extracci¨®n de petr¨®leo por fractura hidr¨¢ulica como la explotaci¨®n de yacimientos en aguas ultra profundas necesita de unos precios del crudo en torno a los 80 d¨®lares para cubrir costes. Ello implica que, si bien la producci¨®n de petr¨®leo a partir de estas fuentes no convencionales no desaparece caso de que los precios actuales se mantengan a medio plazo, la inversi¨®n en nuevas exploraciones y explotaciones se ve desincentivada. Que este factor pesa en las decisiones saud¨ªes es evidente e incluso fue expresado p¨²blicamente en noviembre de 2013, cuando la Saudi Gazette public¨® un editorial en que se hac¨ªa eco de voces que suger¨ªan que Arabia Saud¨ª podr¨ªa aumentar la producci¨®n de petr¨®leo hasta que su precio cayese por debajo de los 70 d¨®lares por barril, para as¨ª ¡°hacer desaparecer el petr¨®leo de esquisto del mapa de la producci¨®n mundial de petr¨®leo¡±.
Arabia Saud¨ª quiere bajar el barril para dificultar alternativas a su oro negro
Y una ¨²ltima consideraci¨®n: el petr¨®leo no es solo la fuente de energ¨ªa m¨¢s importante para las econom¨ªas industriales; tambi¨¦n es o puede ser usado como arma econ¨®mica en el escenario geopol¨ªtico. Y a este respecto, resulta dif¨ªcil abstraerse del hecho de que unos precios del petr¨®leo en torno a los 80 d¨®lares el barril ponen en serias dificultades las cuentas p¨²blicas y las balanzas comerciales de Ir¨¢n, Venezuela y Rusia, pa¨ªses con los que EE UU est¨¢ en una tensi¨®n permanente, agudizada en el ¨²ltimo caso por la continuada crisis en Ucrania. Aunque las cifras no son enteramente seguras, se estima que Ir¨¢n tendr¨ªa problemas de financiaci¨®n tanto de sus cuentas p¨²blicas como de su sector exterior por debajo de los 130-135 d¨®lares, y a Venezuela y Rusia les pasar¨ªa lo mismo por debajo de los 120 y 100 d¨®lares respectivamente.
Pues bien, ser¨ªa aut¨¦nticamente conspiranoico pensar que EE UU est¨¢ detr¨¢s de la ca¨ªda en el precio del petr¨®leo. No obstante, resulta innegable que le viene m¨¢s que bien desde un punto de vista geopol¨ªtico. Lo que lleva a pensar que Estados Unidos no presionar¨¢ de modo decisivo a su tradicional amigo saud¨ª para que act¨²e restringiendo a medio plazo su oferta.
Fernando Esteve Mora y Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez Rodr¨ªguez son profesores de Teor¨ªa Econ¨®mica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid (UAM)[/PIEPAG] y forman parte de su Escuela de Inteligencia Econ¨®mica.
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