?bola, gripe A, chikungunya¡­ ?el sida a¨²n existe!

La actual epidemia de ¨¦bola que est¨¢ azotando a diversos pa¨ªses del ?frica subsahariana (Guinea, Liberia, Nigeria, Senegal y Sierra Leona) en donde ha causado m¨¢s de 5.000 muertes, est¨¢ teniendo un fuerte impacto medi¨¢tico. A ello contribuye el hecho de que ha llegado tambi¨¦n a varios pa¨ªses occidentales, como Estados Unidos y Espa?a, donde adem¨¢s de los casos importados (personal sanitario repatriado que luchaba contra la enfermedad en esos pa¨ªses africanos) se han producido ya contagios, como ha ocurrido en nuestro pa¨ªs, desatando una crisis pol¨ªtica en torno a la gesti¨®n de este brote.

No es extra?o, que esta enfermedad, desconocida hasta hace poco por el gran p¨²blico, est¨¦ causando temor y episodios de psicosis; lo que se debe al escaso conocimiento que hay sobre ella, las rigurosas medidas de aislamiento que requiere su manejo y su alta mortalidad debida a la ausencia de tratamientos y de vacunas para prevenirla.

La epidemia de ¨¦bola es sin embargo una m¨¢s de las emergencias medi¨¢ticas aparecidas durante los ¨²ltimos a?os: la gripe aviar ¡ªcuyo impacto mundial supuestamente apocal¨ªptico se diluy¨® como un azucarillo en agua¡ª, la neumon¨ªa at¨ªpica del sudeste asi¨¢tico (SARS), o de la ¡ªseg¨²n dicen¡ª pr¨®xima epidemia por fiebre chikungunya causada por el llamado ¡°virus del dolor¡±, por los fuertes dolores articulares y musculares que ocasiona y que pueden durar meses o a?os.

Todas estas alertas, cuyo impacto debe ponderarse adecuadamente, ocultan y difuminan otros problemas globales de salud. As¨ª, yendo a las estad¨ªsticas, descubrimos que la epidemia de gripe aviar caus¨® apenas 300 muertos en todo el mundo, la neumon¨ªa SARS menos de 800 y que la actual alerta sanitaria en Centroam¨¦rica por el virus chikungunya tiene una mortalidad muy baja salvo en pacientes mayores debilitados por otras enfermedades, tal y como ocurre en nuestro entorno con la gripe com¨²n.

Situaci¨®n mundial del SIDA en 2014 y objetivo 90-90-90

Frente a todo esto, enfermedades como la malaria, tuberculosis y sida mantienen su gravedad real. En concreto el sida, cuyo D¨ªa Mundial celebramos el 1 de diciembre, sigue extendi¨¦ndose. As¨ª, en 2013 hab¨ªa 35 millones de personas en todo el mundo infectadas por el VIH ¨Cde las cuales 19 millones lo desconocen¨C, 2,1 millones de casos nuevos y una mortalidad de 1,5 millones de personas. Unas cifras que nos dan la medida de la amenaza que sigue representando.

Es cierto que, en 2014, unos 14 millones de personas han logrado acceder a los tratamientos, pero estamos todav¨ªa lejos de la meta fijada para 2015 en el n¨²mero 6 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio: ¡°detener y reducir la propagaci¨®n del virus¡±.

Pero no debemos cejar en el empe?o: como sugiere el lema de ONUSIDA en este a?o Cero nuevas infecciones es posible acabar con la enfermedad en 2030, siempre que en el pr¨®ximo lustro se establezcan las bases ¨Cy se reciban las ayudas¨C para evitar 28 millones de infecciones y 21 millones de muertes. Es decir, para 2020, la organizaci¨®n pretende alcanzar el llamado Objetivo 90-90-90: que el 90% de quienes viven con VIH sepan cu¨¢l es su estado serol¨®gico; que el 90% de las personas conozcan su estado seropositivo tengan acceso a los tratamientos; y que el 90% de los que tengan acceso a ellos logren una regresi¨®n viral efectiva.

Como public¨® no hace mucho la revista Science, la pandemia del sida surgi¨® en Kinshasa, capital de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC) en torno a 1920, y durante unos 40 a?os, en la ¨¦poca colonial belga, se fue extendiendo a otras grandes ciudades gracias a los movimientos de poblaci¨®n, un hallazgo que echa por tierra anteriores teor¨ªas de que el virus VIH-1 se hab¨ªa extendido casi exclusivamente por causas biol¨®gicas.

Objetivo en Espa?a: diagn¨®stico temprano

Uno de las propuestas que se est¨¢n desarrollando en Espa?a es la de mejorar el diagn¨®stico temprano, que mejora el pron¨®stico de la enfermedad. Es sabido que la mayor¨ªa de los nuevos casos no corresponden ya a los usuarios de drogas intravenosas ni al grupo de varones homosexuales, sino que proceden de la transmisi¨®n heterosexual, en la cual el concepto de grupo de riesgo est¨¢ muy difuminado. Por ello, la propuesta trata de conseguir la realizaci¨®n de la prueba diagn¨®stica del VIH al menos una vez en la vida de personas de 15 a 59 a?os, las consideradas como sexualmente activas, especialmente en zonas de mayor prevalencia de la enfermedad como son algunos barrios de determinadas ciudades.

Contribuci¨®n de Espa?a a la lucha global

El Informe 2014 La salud en la cooperaci¨®n al desarrollo y la acci¨®n humanitaria, recientemente presentado, destaca el continuo descenso de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) que Espa?a dedica a la cooperaci¨®n mundial. Un dato que ¨Cpese a la propaganda¨C no se corresponde con la riqueza de nuestro pa¨ªs ni el papel que le corresponde en la acci¨®n global tras su elecci¨®n como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

As¨ª, los datos reflejan que el descenso de AOD total con el Gobierno Rajoy ha sido brutal, pero la cifra dedicada en 2014 al sector salud no le iba a la zaga: estaba prevista que fuese apenas de 33 millones de euros, una m¨ªnima parte de los 500 que se destinaron en 2008.

Esperamos ¨Cexigimos¨C que la medida del compromiso de Espa?a en la lucha mundial contra el sida sea mayor que la reflejada en el dato de las contribuciones a ONUSIDA en 2013: 500.000 euros, una cifra rid¨ªcula que no necesita de m¨¢s comentarios.

Farmamundi, como ONG sanitaria, trabaja para que las poblaciones vulnerables de los pa¨ªses en desarrollo mejoren su situaci¨®n; por ello, una de sus campa?as de fondo es facilitar el acceso a los medicamentos y trabaja en programas de prevenci¨®n, diagn¨®stico y tratamiento de enfermedades olvidadas como el sida.

Xos¨¦ Mar¨ªa Torres es farmac¨¦utico y miembro de la Junta Rectora de Farmamundi.