Al igual que la esclavitud y el apartheid, la pobreza no es un fen¨®meno natural. La causan los seres humanos y puede ser superada y erradicada gracias a la actuaci¨®n de esos mismos seres humanos. Acabar con la pobreza no es un gesto de caridad; es un acto de justicia. Es proteger un derecho humano fundamental, el derecho a la dignidad y a una vida decente. Mientras siga habiendo pobreza, no habr¨¢ verdadera libertad.Nelson Mandela.
Al igual que la esclavitud y el apartheid, la pobreza no es un fen¨®meno natural. La causan los seres humanos y puede ser superada y erradicada gracias a la actuaci¨®n de esos mismos seres humanos. Acabar con la pobreza no es un gesto de caridad; es un acto de justicia. Es proteger un derecho humano fundamental, el derecho a la dignidad y a una vida decente. Mientras siga habiendo pobreza, no habr¨¢ verdadera libertad.Nelson Mandela.
Sin duda acabar con la pobreza es posible en t¨¦rminos absolutos. La pregunta es ?a qu¨¦ estamos dispuesto a renunciar para que los dem¨¢s dejen de ser pobres? La pobreza es un estigma de otros. Como explica magistralmente Martin Caparr¨®s en su libro ¡°El Hambre¡±, hay millones de hambrientos en el mundo pero nosotros no conocemos a ninguno, porque se encuentran todos concentrados en sitios alejados. Lo interesante de la pobreza en este mundo globalizado es que nos beneficia a todos a distancia. Una distancia suficientemente grande para que gocemos de sus ventajas sin sentir un ¨¢pice de responsabilidad.
Me explicaba mi amiga que en realidad ella no quer¨ªa que todos fu¨¦ramos iguales, no se trata de que todo el mundo tenga lo mismo, se trata de que no haya pobreza extrema. "Se trata de asegurar que los que menos tienen por lo menos tengan suficiente para comer y acceso a la educaci¨®n". Ya, pero, eso destruir¨¢ el desequilibro que nos nutre de ropa barata, aparatos electr¨®nicos baratos, comida barata, en definitiva consumo barato, e incluso, de consumo a secas. La gente que trabaja en las maquilas no lo hace porque les guste. Trabajan hacinadas miles de hambrientas con el ¨²nico de fin de sobrevivir un d¨ªa m¨¢s y as¨ª nosotros podemos tener una camiseta fabricada en El Salvador que cuesta 10 euros, o mucho menos. El hambre de un mundo es la energ¨ªa que nutre al otro.
Mi amiga estaba convencida que es todo una cuesti¨®n de informaci¨®n. "La gente no sabe que se puede acabar con la pobreza, cuando se lo contemos reaccionar¨¢n". La verdad es que las personas en general somos buena gente. No deseamos mal a los dem¨¢s. Pero estamos inmersos en un sistema perverso que no nos deja mucho margen para pensar. Vamos corriendo como el conejo de Alicia en el Pa¨ªs de las maravillas. Para sobrevivir en este contexto construimos barreras emocionales que nos protegen del entorno. Aun as¨ª, cuando alg¨²n estimulo externo nos toca reaccionamos y ponemos nuestro grano de arena para el cambio. Compramos de un modo ¨¦tico, comercio justo o ecol¨®gico, colaboramos con alguna organizaci¨®n, somos solidarios. Los mercados aceptan esos peque?os destellos de humanidad que emergen mercantiliz¨¢ndolos r¨¢pidamente. Lo eco y lo fair son tendencia. Algo en que pensar. Pero de todos modos, como dice Martin Caparr¨®s, los peque?os tenemos una peque?a responsabilidad en lo que pasa, comparado con la gran responsabilidad que tienen los que producen las camisetas en El Salvador. Aunque seguramente los que se lucran gracias a la miseria de los dem¨¢s no son conscientes del todo de su responsabilidad, como no lo somos los que compramos las camisetas. Pero eso, como a nosotros, no les exime de ella.
Pero entonces, "?no podemos hacer nada para acabar con la pobreza?". La verdad es que si pensara que no podemos hacer nada no estar¨ªa aqu¨ª escribiendo este art¨ªculo. Yo creo que s¨ª podemos hacer, creo que debemos hacer y creo que concretamente ahora vivimos un momento excepcional de cambio inminente que realmente puede abrir las puertas de un nuevo modelo econ¨®mico-social. Existe todo un movimiento que est¨¢ impulsando el cambio y gracias al nuevo paradigma de la revoluci¨®n digital puede llegar a ser global. Cada uno tenemos que encontrar la forma de participar activamente en este cambio empezando en todos los casos por aceptar que el modelo en el que vivimos no es bueno, aunque estemos c¨®modos en ¨¦l. De hecho, no es un modelo que aporte la felicidad, sino m¨¢s bien lo contrario.
"?Has hablado de un movimiento global?", me espet¨® mi amiga. S¨ª, un movimiento global. Prueba de ello es que ¡°El capital¡± de Picketty es un best seller mundial...
Comentarios
Muchas gracias por el art¨ªculo, Lula. Y por este blog, desde el que creo que est¨¢is ayudando a cambiar las cosas.Dicho esto: creo que tenemos que aspirar a mucho m¨¢s. Y llegar a m¨¢s personas, no solo a las que ya demuestran inter¨¦s en ayudar a los dem¨¢s, sino a TODOS. No podemos vivir ajenos a las necesidades de los dem¨¢s, y tampoco hace falta irse a ?frica para ver gente que no tiene nada... En un mundo abundante, nos toman el pelo quienes pretenden que creamos que no hay para todos. Hay recursos, pero est¨¢n mal gestionados. ?Soy demasiado optimista si creo que entre todos podemos cambiarlo? (Y ya me callo ;)
Muchas gracias por el art¨ªculo. Es una reflexi¨®n muy interesante sobre c¨®mo podr¨ªamos cambiar el mundo desde nuestra acci¨®n individual en una sociedad global. En mi opini¨®n, creo que la primera transformaci¨®n ha de ser individual, como persona y transmitir nuestras ideas y formas de vivir a nuestro entorno m¨¢s cercano, nuestra familia, amigos, compa?eras y compa?eros de trabajo, etc. Si adem¨¢s reivindic¨¢semos una educaci¨®n diferente, m¨¢s humanizada, menos mercantilistas, habr¨ªamos dado un gran paso para transformar el mundo. En ese camino ando..seguro no llegar¨¦ a la meta, pero habr¨¦ avanzado.Saludos.
Un buen art¨ªculo para un buen blog. Pero, sobre todo, un buen t¨ªtulo.Cuento mi experiencia. En el verano de 2006, estuve de profesor voluntario cerca de Le¨®n, en Nicaragua. Era una zona de campo, donde los campesinos, la mayor¨ªa, se nutr¨ªan de lo que les daba la tierra. Solo unos pocos eran los privilegiados que pod¨ªan caminar durante horas, por caminos de arena, para llegar a la "f¨¢brica de camisetas" y trabajar 10-12 horas por un sueldo un poquito mayor. Cada d¨ªa en la escuela descubr¨ªa hechos miserables que hac¨ªan que mi coraz¨®n se encogiera. Al cabo de un tiempo all¨ª, un d¨ªa descubr¨ª que Pedro estaba faltando a clase y que no ten¨ªa noticias de ¨¦l. Por la tarde, despu¨¦s de caminar un buen rato, me acerqu¨¦ hasta su "casa". All¨ª estaba, tan sonriente como siempre. Le pregunt¨¦ por su ausencia y me dijo que se le hab¨ªan roto los zapatos. ?Imposible! ?Eso no pod¨ªa estar ocurriendo! ?No estando yo all¨ª! R¨¢pidamente le dije que se pusiera lo que fuera, que nos ¨ªbamos en el "autob¨²s" de la tarde a Le¨®n, que eso no pod¨ªa ser, que yo no lo pod¨ªa consentir, etc. T¨ªpico discurso de europeo salvador.Cuando llegamos a la "tienda" me puse enseguida a buscar los mejores zapatos. Encontr¨¦ unos estupendos. Claro, como no, me hab¨ªa fijado en los m¨¢s caros. Pero no importaba: pagaba yo y al cambio tan solo eran 10 euros. Mientras tanto, Pedro hab¨ªa fijado su mirada en unos que estaban en lo alto y me dijo: "Quiero esos". Eran de la talla 45 y por supuesto, le dije que no. Y ¨¦l me contest¨®: "Esos me durar¨¢n m¨¢s tiempo".El verano prosigui¨® y, tras muchas historias inolvidables, volv¨ª a casa. Aterric¨¦ un jueves y ese s¨¢bado, ten¨ªa una boda. ?Dios m¨ªo! ?Y qu¨¦ zapatos me pongo? Una amiga me dijo: ?Vete a una zapater¨ªa de Sol y c¨®mprate unos por 20 euros! Aunque solo te los pongas esta vez! Y me acord¨¦ de Pedro...Tras mi vuelta de Nicaragua, pas¨¦ unos a?os duros y complicados, incluso dir¨ªa que los sigo padeciendo. A?os en los que mi cabeza no es capaz de comprender la desigualdad existente en este mundo. Llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que o dejaba todo lo que ten¨ªa aqu¨ª y dedicaba mi vida a los pobres all¨ª o ten¨ªa que adaptarme a los mecanismos de este sistema. No hay otro mundo para aquellos que luchamos contra EL SISTEMA. Al final, los engranajes de este mundo te acogotan.TODOS nos quejamos, pero vivimos acomodados. Un ejemplo: en la era digital en la que vivimos, podemos enviar a trav¨¦s de la red todas nuestras ideas para que TODOS juntos, cambiemos el mundo. Y seguro que es posible Isabel. Yo lucho por ello, cada d¨ªa, desde mis clases. Pero, al final del d¨ªa, siempre una pregunta taladra mi cerebro: ?Qui¨¦n hace ese microchip de tu Ipad Air, de tu pizarra digital, de tu ordenador de sobremesa,...?Gracias G. Fanjul por hacernos reflexionar sobre aquello a lo que deber¨ªamos de estar dispuestos a renunciar.
Muchas gracias por el art¨ªculo, Lula. Y por este blog, desde el que creo que est¨¢is ayudando a cambiar las cosas.Dicho esto: creo que tenemos que aspirar a mucho m¨¢s. Y llegar a m¨¢s personas, no solo a las que ya demuestran inter¨¦s en ayudar a los dem¨¢s, sino a TODOS. No podemos vivir ajenos a las necesidades de los dem¨¢s, y tampoco hace falta irse a ?frica para ver gente que no tiene nada... En un mundo abundante, nos toman el pelo quienes pretenden que creamos que no hay para todos. Hay recursos, pero est¨¢n mal gestionados. ?Soy demasiado optimista si creo que entre todos podemos cambiarlo? (Y ya me callo ;)
Muchas gracias por el art¨ªculo. Es una reflexi¨®n muy interesante sobre c¨®mo podr¨ªamos cambiar el mundo desde nuestra acci¨®n individual en una sociedad global. En mi opini¨®n, creo que la primera transformaci¨®n ha de ser individual, como persona y transmitir nuestras ideas y formas de vivir a nuestro entorno m¨¢s cercano, nuestra familia, amigos, compa?eras y compa?eros de trabajo, etc. Si adem¨¢s reivindic¨¢semos una educaci¨®n diferente, m¨¢s humanizada, menos mercantilistas, habr¨ªamos dado un gran paso para transformar el mundo. En ese camino ando..seguro no llegar¨¦ a la meta, pero habr¨¦ avanzado.Saludos.
Un buen art¨ªculo para un buen blog. Pero, sobre todo, un buen t¨ªtulo.Cuento mi experiencia. En el verano de 2006, estuve de profesor voluntario cerca de Le¨®n, en Nicaragua. Era una zona de campo, donde los campesinos, la mayor¨ªa, se nutr¨ªan de lo que les daba la tierra. Solo unos pocos eran los privilegiados que pod¨ªan caminar durante horas, por caminos de arena, para llegar a la "f¨¢brica de camisetas" y trabajar 10-12 horas por un sueldo un poquito mayor. Cada d¨ªa en la escuela descubr¨ªa hechos miserables que hac¨ªan que mi coraz¨®n se encogiera. Al cabo de un tiempo all¨ª, un d¨ªa descubr¨ª que Pedro estaba faltando a clase y que no ten¨ªa noticias de ¨¦l. Por la tarde, despu¨¦s de caminar un buen rato, me acerqu¨¦ hasta su "casa". All¨ª estaba, tan sonriente como siempre. Le pregunt¨¦ por su ausencia y me dijo que se le hab¨ªan roto los zapatos. ?Imposible! ?Eso no pod¨ªa estar ocurriendo! ?No estando yo all¨ª! R¨¢pidamente le dije que se pusiera lo que fuera, que nos ¨ªbamos en el "autob¨²s" de la tarde a Le¨®n, que eso no pod¨ªa ser, que yo no lo pod¨ªa consentir, etc. T¨ªpico discurso de europeo salvador.Cuando llegamos a la "tienda" me puse enseguida a buscar los mejores zapatos. Encontr¨¦ unos estupendos. Claro, como no, me hab¨ªa fijado en los m¨¢s caros. Pero no importaba: pagaba yo y al cambio tan solo eran 10 euros. Mientras tanto, Pedro hab¨ªa fijado su mirada en unos que estaban en lo alto y me dijo: "Quiero esos". Eran de la talla 45 y por supuesto, le dije que no. Y ¨¦l me contest¨®: "Esos me durar¨¢n m¨¢s tiempo".El verano prosigui¨® y, tras muchas historias inolvidables, volv¨ª a casa. Aterric¨¦ un jueves y ese s¨¢bado, ten¨ªa una boda. ?Dios m¨ªo! ?Y qu¨¦ zapatos me pongo? Una amiga me dijo: ?Vete a una zapater¨ªa de Sol y c¨®mprate unos por 20 euros! Aunque solo te los pongas esta vez! Y me acord¨¦ de Pedro...Tras mi vuelta de Nicaragua, pas¨¦ unos a?os duros y complicados, incluso dir¨ªa que los sigo padeciendo. A?os en los que mi cabeza no es capaz de comprender la desigualdad existente en este mundo. Llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que o dejaba todo lo que ten¨ªa aqu¨ª y dedicaba mi vida a los pobres all¨ª o ten¨ªa que adaptarme a los mecanismos de este sistema. No hay otro mundo para aquellos que luchamos contra EL SISTEMA. Al final, los engranajes de este mundo te acogotan.TODOS nos quejamos, pero vivimos acomodados. Un ejemplo: en la era digital en la que vivimos, podemos enviar a trav¨¦s de la red todas nuestras ideas para que TODOS juntos, cambiemos el mundo. Y seguro que es posible Isabel. Yo lucho por ello, cada d¨ªa, desde mis clases. Pero, al final del d¨ªa, siempre una pregunta taladra mi cerebro: ?Qui¨¦n hace ese microchip de tu Ipad Air, de tu pizarra digital, de tu ordenador de sobremesa,...?Gracias G. Fanjul por hacernos reflexionar sobre aquello a lo que deber¨ªamos de estar dispuestos a renunciar.
Muchas gracias por el art¨ªculo, Lula. Y por este blog, desde el que creo que est¨¢is ayudando a cambiar las cosas.Dicho esto: creo que tenemos que aspirar a mucho m¨¢s. Y llegar a m¨¢s personas, no solo a las que ya demuestran inter¨¦s en ayudar a los dem¨¢s, sino a TODOS. No podemos vivir ajenos a las necesidades de los dem¨¢s, y tampoco hace falta irse a ?frica para ver gente que no tiene nada... En un mundo abundante, nos toman el pelo quienes pretenden que creamos que no hay para todos. Hay recursos, pero est¨¢n mal gestionados. ?Soy demasiado optimista si creo que entre todos podemos cambiarlo? (Y ya me callo ;)
Muchas gracias por el art¨ªculo. Es una reflexi¨®n muy interesante sobre c¨®mo podr¨ªamos cambiar el mundo desde nuestra acci¨®n individual en una sociedad global. En mi opini¨®n, creo que la primera transformaci¨®n ha de ser individual, como persona y transmitir nuestras ideas y formas de vivir a nuestro entorno m¨¢s cercano, nuestra familia, amigos, compa?eras y compa?eros de trabajo, etc. Si adem¨¢s reivindic¨¢semos una educaci¨®n diferente, m¨¢s humanizada, menos mercantilistas, habr¨ªamos dado un gran paso para transformar el mundo. En ese camino ando..seguro no llegar¨¦ a la meta, pero habr¨¦ avanzado.Saludos.
Un buen art¨ªculo para un buen blog. Pero, sobre todo, un buen t¨ªtulo.Cuento mi experiencia. En el verano de 2006, estuve de profesor voluntario cerca de Le¨®n, en Nicaragua. Era una zona de campo, donde los campesinos, la mayor¨ªa, se nutr¨ªan de lo que les daba la tierra. Solo unos pocos eran los privilegiados que pod¨ªan caminar durante horas, por caminos de arena, para llegar a la "f¨¢brica de camisetas" y trabajar 10-12 horas por un sueldo un poquito mayor. Cada d¨ªa en la escuela descubr¨ªa hechos miserables que hac¨ªan que mi coraz¨®n se encogiera. Al cabo de un tiempo all¨ª, un d¨ªa descubr¨ª que Pedro estaba faltando a clase y que no ten¨ªa noticias de ¨¦l. Por la tarde, despu¨¦s de caminar un buen rato, me acerqu¨¦ hasta su "casa". All¨ª estaba, tan sonriente como siempre. Le pregunt¨¦ por su ausencia y me dijo que se le hab¨ªan roto los zapatos. ?Imposible! ?Eso no pod¨ªa estar ocurriendo! ?No estando yo all¨ª! R¨¢pidamente le dije que se pusiera lo que fuera, que nos ¨ªbamos en el "autob¨²s" de la tarde a Le¨®n, que eso no pod¨ªa ser, que yo no lo pod¨ªa consentir, etc. T¨ªpico discurso de europeo salvador.Cuando llegamos a la "tienda" me puse enseguida a buscar los mejores zapatos. Encontr¨¦ unos estupendos. Claro, como no, me hab¨ªa fijado en los m¨¢s caros. Pero no importaba: pagaba yo y al cambio tan solo eran 10 euros. Mientras tanto, Pedro hab¨ªa fijado su mirada en unos que estaban en lo alto y me dijo: "Quiero esos". Eran de la talla 45 y por supuesto, le dije que no. Y ¨¦l me contest¨®: "Esos me durar¨¢n m¨¢s tiempo".El verano prosigui¨® y, tras muchas historias inolvidables, volv¨ª a casa. Aterric¨¦ un jueves y ese s¨¢bado, ten¨ªa una boda. ?Dios m¨ªo! ?Y qu¨¦ zapatos me pongo? Una amiga me dijo: ?Vete a una zapater¨ªa de Sol y c¨®mprate unos por 20 euros! Aunque solo te los pongas esta vez! Y me acord¨¦ de Pedro...Tras mi vuelta de Nicaragua, pas¨¦ unos a?os duros y complicados, incluso dir¨ªa que los sigo padeciendo. A?os en los que mi cabeza no es capaz de comprender la desigualdad existente en este mundo. Llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que o dejaba todo lo que ten¨ªa aqu¨ª y dedicaba mi vida a los pobres all¨ª o ten¨ªa que adaptarme a los mecanismos de este sistema. No hay otro mundo para aquellos que luchamos contra EL SISTEMA. Al final, los engranajes de este mundo te acogotan.TODOS nos quejamos, pero vivimos acomodados. Un ejemplo: en la era digital en la que vivimos, podemos enviar a trav¨¦s de la red todas nuestras ideas para que TODOS juntos, cambiemos el mundo. Y seguro que es posible Isabel. Yo lucho por ello, cada d¨ªa, desde mis clases. Pero, al final del d¨ªa, siempre una pregunta taladra mi cerebro: ?Qui¨¦n hace ese microchip de tu Ipad Air, de tu pizarra digital, de tu ordenador de sobremesa,...?Gracias G. Fanjul por hacernos reflexionar sobre aquello a lo que deber¨ªamos de estar dispuestos a renunciar.
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