Abrazos trasplantados
Will Lautzenheiser, que perdi¨® las cuatro extremidades por una infecci¨®n, es una de la docena de personas que ha recibido un doble trasplante de brazos Los m¨¦dicos se plantean ahora un trasplante de las piernas
Cuando Will Lautzenheiser abrace a sus seres queridos estas navidades lo har¨¢ con los brazos de otra persona. Ser¨¢ un doble milagro, puesto que hasta hace dos meses no ten¨ªa brazos. Hoy no s¨®lo los tiene, sino que adem¨¢s es capaz de mover levemente el pulgar izquierdo y el codo derecho de unos brazos que no son con los que naci¨®.
Lautzenheiser es una de la docena de personas en el mundo -entre ellos, un espa?ol- que ha recibido un doble trasplante de brazos. En 2011 sufri¨® la amputaci¨®n de sus cuatro extremidades tras sufrir una infecci¨®n bacteriana que caus¨® da?os irreversibles en sus tejidos. Tras sobrevivir a la infecci¨®n y a pesar del elevad¨ªsimo coste, Lautzenheiser se enfrent¨® a la adversidad con determinaci¨®n hasta el punto de ser capaz de realizar por si solo tareas cotidianas como comer, escribir o usar el tel¨¦fono, aunque obviamente necesitaba ayuda para casi todo lo dem¨¢s. Hoy su vida ha vuelto a cambiar radicalmente.
En octubre, un equipo m¨¦dico de 35 personas, entre ellas 13 cirujanos, intervino a Lautzenheiser durante casi nueve horas para implantarle los dos brazos de una persona reci¨¦n fallecida. El resultado es tan impresionante que el hospital Bringham and Women's Hospital, un centro asociado a Harvard, convoc¨® la semana pasada una rueda de prensa para demostrarlo y dar las gracias a la familia del donante.
Hasta la fecha se han practicado ¨²nicamente unos setenta trasplantes de extremidades superiores en todo el mundo
Lautzenheiser mostr¨® c¨®mo era capaz de doblar el codo izquierdo de su nuevo brazo, si bien s¨®lo ligeramente. ¡°Antes no ten¨ªa nada, as¨ª que es incre¨ªble¡± exclam¨® emocionado. ¡°Si me concentro lo suficiente soy capaz de mover el pulgar izquierdo muy ligeramente, unos mil¨ªmetros¡±, dijo.
El paciente fue seleccionado para esta operaci¨®n tras un largo proceso de b¨²squeda de candidatos. Tras seleccionarlo, el hospital comenz¨® a rastrear un posible donante. El proceso resulta complicado porque el donante debe ser compatible inmunol¨®gicamente y adem¨¢s cumplir toda una serie de requisitos referentes a tama?o de las extremidades, estado de los vasos sangu¨ªneos, historial m¨¦dico y un largo etc¨¦tera. Una vez que se encuentra a un posible donante el tiempo es un factor cr¨ªtico.
¡°Disponemos tan solo de unas cuatro horas desde que desconectamos los vasos sangu¨ªneos del cuerpo del donante hasta que los implantamos en el receptor. Por eso necesitemos tantos cirujanos trabajando al mismo tiempo, para hacerlo lo m¨¢s r¨¢pidamente posible¡±, explic¨® Simon Talbot, profesor de cirug¨ªa en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y l¨ªder del equipo m¨¦dico que oper¨® a Lautzenheiser. ¡°En lo tocante a cirug¨ªa, la operaci¨®n ha salido tan bien como se puede llegar a lograr¡±.
¡°Disponemos tan solo de unas cuatro horas desde que desconectamos los vasos sangu¨ªneos del cuerpo del donante hasta que los implantamos en el receptor"
Talbot es tambi¨¦n director del programa de trasplantes de extremidades superiores en el Bringham and Women's Hospital. Esta es la s¨¦ptima cirug¨ªa reconstructiva que practican desde que en 2009 comenzaran a trabajar en este campo al realizar el segundo trasplante de cara jam¨¢s practicado en los Estados Unidos. El de Lautzenheiser es el tercer trasplante bilateral de brazos efectuado por el equipo del Bingham, cuyos miembros han afirmado que las lecciones aprendidas en las operaciones anteriores ayudaron a que esta saliera extremadamente bien.
Hasta la fecha se han practicado ¨²nicamente unos setenta trasplantes de extremidades superiores en todo el mundo y s¨®lo unos pocos de ellos han sido dobles, es decir, que se hayan trasplantado ambos brazos en una misma operaci¨®n.
Un paciente excepcional
El caso de Will Lautzenheiser es digno de una pel¨ªcula de Hollywood no s¨®lo por lo repentino y horrendo de su enfermedad, sino por el af¨¢n de superaci¨®n y la entereza con que ha afrontado sus consecuencias.
Profesor de cinematograf¨ªa en la Universidad de Boston, su vida dio un vuelco inesperado en 2011 cuando cay¨® enfermo repentinamente. Los m¨¦dicos encontraron que sufr¨ªa una infecci¨®n por estreptococos, una bacteria com¨²n que suele provocar dolor de garganta o erupciones cut¨¢neas. En el caso de Lautzenheiser, la bacteria hab¨ªa alcanzado el torrente sangu¨ªneo causando fascitis necrotizante, un cuadro potencialmente mortal que produce terribles da?os a los tejidos musculares y a la piel. Para salvarle la vida, los doctores tuvieron que tomar medidas extremas y amputarle las cuatro extremidades.
Durante el suplicio de su convalecencia y las diecis¨¦is operaciones necesarias para erradicar la infecci¨®n, Lautzenheiser tom¨® la determinaci¨®n de vivir para contarlo y de luchar y entregarse al m¨¢ximo durante la dura rehabilitaci¨®n que le esperaba.
As¨ª lo hizo durante tres a?os, con resultados admirables en lo f¨ªsico y lo emocional. Como terapia, se sub¨ªa a un escenario donde ir¨®nicamente ejecutaba un n¨²mero de comedia stand-up, ri¨¦ndose de su propia desgracia. En 2012, protagoniz¨® un mini documental sobre su enfermedad y rehabilitaci¨®n, que ahora est¨¢ siendo extendido para incluir los ¨²ltimos acontecimientos: en junio de 2014 los responsables del equipo de trasplantes de Bingham se pusieron en contacto con Lautzenheiser para comunicarle que estaba en su lista de candidatos para recibir un trasplante.
¡°Cuando me sugirieron que era un candidato para recibir el trasplante, dej¨¦ de respirar por un momento¡±, explic¨® en una entrevista concedida poco antes de la operaci¨®n. ¡°Acabo de perder mis extremidades y a¨²n estoy asimilando esa p¨¦rdida. He estado trabajando con las pr¨®tesis y una posibilidad es quedarme as¨ª durante toda mi vida. Lo que me proponen es otra posibilidad: la de recuperar la sensibilidad, tener la capacidad de sujetar cosas, sentir el agua, sentir algo. Puede que no recupere el cien por cien, pero es mejor que nada. Un codo es mejor que no tener codos. Una rodilla es mejor que no tener rodillas¡±.
Una larga recuperaci¨®n
Durante la rueda de prensa, el equipo m¨¦dico insisti¨® en que la recuperaci¨®n ser¨¢ larga y compleja, pero aun as¨ª esperan que el paciente sea capaz de doblar sus codos y usar los brazos trasplantados. Sin embargo, no esperan que llegue a alcanzar habilidades muy precisas en las manos y mu?ecas, aunque el nivel de sensibilidad y la funcionalidad motora que llegue a desarrollar es dif¨ªcil de predecir.
En cualquier caso, los m¨¦dicos del Bringham Hospital esperan que el hecho de disponer de brazos y manos mejorar¨¢ considerablemente la calidad de vida de Lautzenheiser y le dotar¨¢ de una mayor independencia. Poder usar los brazos le permitir¨¢ subirse por s¨ª mismo a su silla de ruedas, a la ducha, sillas o hacer sus necesidades. Muchas tareas, como el aseo personal, resultan imposibles sin antebrazos pero con dos codos activos la cantidad de cosas que podr¨¢ hacer por s¨ª mismo aumenta considerablemente.
Un codo es mejor que no tener codos. Una rodilla es mejor que no tener rodillas¡±
La capacidad de sentir y la funcionalidad de la nueva extremidad se ir¨¢n incrementando de manera paulatina. Seg¨²n Matthew Carty, director del programa de trasplante de extremidades inferiores en Bingham, ¡°los nervios tienen que crecer hacia la nueva extremidad. Recuperar la sensibilidad puede tardar hasta un a?o y medio y la movilidad llevar¨¢ incluso m¨¢s¡±. A medida que los nervios crezcan, la capacidad de sentir ir¨¢ descendiendo a lo largo de los brazos. ¡°Es un proceso asombroso de presenciar¡±, a?adi¨® Carty.
De momento la terapia de rehabilitaci¨®n continuar¨¢ siendo una gran parte de la vida de Lautzenheiser. Ya ha comenzado programa de rehabilitaci¨®n que le ayudar¨¢ a controlar las nuevas manos. Seg¨²n el equipo m¨¦dico, los pacientes suelen tardar m¨¢s de un a?o en lograr movilidad y sensaci¨®n en los extremos de los miembros trasplantados. Mantener las articulaciones y los m¨²sculos saludables requerir¨¢ de horas de ejercicio diario durante muchos meses, incluyendo estiramientos, movilidad y electroestimulaci¨®n.
Como todos los trasplantados, Lautzenheiser deber¨¢ seguir un tratamiento antirechazo de por vida para evitar que su sistema inmune ataque a las nuevas extremidades. Este tratamiento debilita el sistema inmune natural del cuerpo, de manera que los pacientes son m¨¢s proclives a contraer enfermedades infecciosas y, en el largo plazo, a desarrollar ciertos tipos de c¨¢ncer.
De cara al futuro, ni Lautzenheiser ni sus m¨¦dicos han descartado la posibilidad de un trasplante de piernas, aunque no ser¨¢ pronto ya que requerir¨ªa de mucha fuerza en los brazos durante la rehabilitaci¨®n.
Lautzenheiser ha tenido tambi¨¦n palabras para el donante y su familia, reconociendo la generosidad y fortaleza que implica tomar semejante decisi¨®n en un momento tan dif¨ªcil y agradeciendo el gran regalo que supone para ¨¦l. A su vez, la familia del donante aprovech¨® la ocasi¨®n para hacerle llegar un mensaje de ¨¢nimo: ¡°Nuestro hijo daba los mejores abrazos. Rezamos para que tengas una maravillosa recuperaci¨®n y que tus seres queridos puedan disfrutar de tu c¨¢lido abrazo¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.