La batalla de la vacuna contra la varicela
Hace algo m¨¢s de un a?o, las autoridades espa?olas de Sanidad bloquearon la venta en farmacias de la vacuna contra la varicela, para evitar los abusos que ven¨ªan detectando. El criterio del Ministerio de Sanidad es que no debe administrarse en edades tempranas, pero los pediatras han seguido prescribi¨¦ndola. La multinacional farmac¨¦utica Sanofi Pasteur Merck Sharp and Dohme, fabricante de esa vacuna, contraatac¨® con todas sus armas contra la decisi¨®n del Gobierno espa?ol. Un reportaje publicado el 9 de noviembre en el suplemento Domingo, en el que se relataba este enfrentamiento, ha motivado una queja de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa.
El art¨ªculo, titulado La inyecci¨®n farmace¨²tica, y firmado por Jos¨¦ Luis Barber¨ªa, relataba esta pugna feroz entre la Administraci¨®n y Sanofi Pasteur MSD. En ¨¦l se contaba c¨®mo, aunque el Ministerio de Sanidad decidi¨® en 2005 que no se vacunara contra la varicela en edades tempranas (a los ni?os que no pasan la enfermedad se les vacuna a los 12 a?os), los pediatras espa?oles han prescrito 400.000 dosis de la vacuna, haciendo caso omiso de la recomendaci¨®n oficial. El texto se?ala que Sanofi Pasteur se ha apoyado en esta guerra contra la tesis gubernamental, en la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP), la Asociaci¨®n Espa?ola de Vacunolog¨ªa, y la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, Salud P¨²blica e Higiene, partidarias de vacunar contra la varicela en edades tempranas.
El doctor Seraf¨ªn M¨¢laga Guerrero, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP), que agrupa a 9.000 pediatras, me ha remitido una larga carta de protesta en la que comienza quej¨¢ndose de que el autor del reportaje no se pusiera en contacto con esta asociaci¨®n, antes de pasar a abordar otros aspectos del mismo, dado que, se?ala, "algunas de las afirmaciones vertidas en el art¨ªculo resultan inexactas, tendenciosas y sesgadas. ?stas son las principales quejas de la AEP:
En primer lugar, la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa nunca ha respaldado a la compa?¨ªa Sanofi Pasteur MSD en su conflicto con el Ministerio de Sanidad y sus organismos dependientes. La AEP, a trav¨¦s de su Comit¨¦ Asesor de Vacunas y de acuerdo a la evidencia cient¨ªfica de la que dispone, ha mostrado p¨²blicamente su desacuerdo con la decisi¨®n de la Administraci¨®n de cortar la distribuci¨®n de la vacuna de la varicela y, posteriormente, de declararla de uso hospitalario.
Respecto a la afirmaci¨®n de que la gran mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos reservan la vacuna a los adolescentes de 12 a?os que no hayan pasado la infecci¨®n y a los grupos de riesgo, quiero matizar que, aunque, efectivamente, solo Alemania, Grecia, Letonia, Austria, Luxemburgo, Chipre y algunas regiones italianas tienen incluida la administraci¨®n temprana de la vacuna en sus calendarios, todos los pa¨ªses europeos, excepto Espa?a, tienen disponible la venta de la vacuna de la varicela en las farmacias. Desde nuestro punto de vista, esto deja a los ni?os espa?oles en una situaci¨®n de desventaja respecto al resto de los ni?os europeos. Cabe mencionar, adem¨¢s, que Estados Unidos, Canad¨¢ y Australia vacunan tambi¨¦n a los ni?os peque?os frente a la varicela de forma sistem¨¢tica.
En el art¨ªculo, Francisco Salmer¨®n, jefe de la divisi¨®n de productos de la Agencia Espa?ola del Medicamento denuncia, sin embargo, el abuso que representa para el consumidor espa?ol el hecho de que Espa?a sea el pa¨ªs de Europa donde esta vacuna tiene un precio m¨¢s elevado (71 euros dos dosis). Y este dato no me parece irrelevante.
El doctor M¨¢laga prosigue: Respecto al tono dubitativo en el que el autor realiza la afirmaci¨®n de que La opini¨®n de que los m¨¦dicos tienen libertad de prescripci¨®n est¨¢ muy asentada, queremos manifestarle que, en nuestro Sistema Nacional de Salud, la libertad de prescripci¨®n es una m¨¢xima que garantiza que el profesional sanitario pueda hacer la mejor recomendaci¨®n para la salud del paciente teniendo en cuenta ¨²nicamente las evidencias cient¨ªficas y cl¨ªnicas, no a condicionantes o decisiones pol¨ªticas. Algo de lo que deber¨ªamos enorgullecernos en lugar de ser utilizado para cuestionar la profesionalidad de los m¨¦dicos espa?oles.
En cuanto a los conflictos de intereses de los que nos acusa el se?or Ildefonso Hern¨¢ndez, presidente de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica y Administraci¨®n Sanitaria (SESPAS), nos gustar¨ªa aclarar una vez m¨¢s que las relaciones de la AEP y sus representantes con la industria es p¨²blica y transparente y no afecta de ninguna manera a su profesionalidad y sus recomendaciones cl¨ªnicas y cient¨ªficas. Estas relaciones, reconocidas por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, se rigen por el C¨®digo de Buenas Pr¨¢cticas de las Sociedades Cient¨ªfico-M¨¦dicas de la Federaci¨®n de Asociaciones Cient¨ªfico M¨¦dicas Espa?olas (FACME). El inter¨¦s de la AEP por vacunar responde ¨²nica y exclusivamente a su defensa de los intereses de salud de la poblaci¨®n.
Por ¨²ltimo, queremos matizar que la persona del Comit¨¦ Asesor de Vacunas de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa que acudi¨® al juicio entre la compa?¨ªa farmac¨¦utica y la administraci¨®n fue llamada a declarar como experto t¨¦cnico, sin tener opci¨®n a decidir si quer¨ªa o no participar en ese juicio.
Jos¨¦ Luis Barber¨ªa, autor del reportaje, responde a estas cr¨ªticas:
No me parece que pueda considerarse sesgada la afirmaci¨®n de que el laboratorio farmac¨¦utico fabricante de la vacuna contra la varicela ha contado en su conflicto con la Administraci¨®n con el respaldo de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa, (AEP) la Asociaci¨®n Espa?ola de Vacunolog¨ªa (AEV) y la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, Salud P¨²blica e Higiene. De hecho, los argumentos aportados p¨²blicamente por esas asociaciones m¨¦dicas censurando el criterio de la autoridad sanitaria gubernativa son los que la empresa farmac¨¦utica ha exhibido en todo momento a lo largo del proceso. El contexto del art¨ªculo en el que figura esa afirmaci¨®n remite al lector a un respaldo exclusivamente argumental, t¨¦cnico, profesional, puesto que a continuaci¨®n se expone la postura favorable a la vacunaci¨®n temprana que defienden esas tres asociaciones.
En cuanto a la queja de la AEP de que nunca fue contactada, Barber¨ªa a?ade: Creo que los directivos de la AEP no pueden dar a entender que los planteamientos de su asociaci¨®n no hayan sido claramente expuestos. El principio inapelable del periodismo que nos obliga a consultar y contrastar las fuentes se ha aplicado en este caso recogiendo expresa y textualmente la parte central de los argumentos con los que la propia AEP justifica en su p¨¢gina web oficial la recomendaci¨®n de vacunar a todos los ni?os de entre uno y dos-tres a?os. Esas explicaciones se suman a los postulados recogidos en el art¨ªculo que comparten con las otras dos asociaciones contrarias a la pol¨ªtica de la Administraci¨®n y a las declaraciones que en apoyo de las mismas tesis efect¨²a en formato entrevista, dentro del reportaje, el vicepresidente primero de la Asociaci¨®n Espa?ola de Vacunolog¨ªa, Fernando Moraga Llop, que es adem¨¢s presidente de la Societat Catalana de Pediatr¨ªa, y como tal, forma parte de la junta directiva de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa.
Barber¨ªa concluye: El reportaje period¨ªstico carece de la vocaci¨®n exhaustiva del informe; se limita a describir hechos, realidades, y a ilustrarlos con datos, opiniones y elementos que permitan al lector considerar el asunto desde distintos ¨¢ngulos y hacerse una idea, una opini¨®n. Por lo dem¨¢s, no me corresponde entrar a sopesar las objeciones de la AEP a las cr¨ªticas que recibe de las otras partes implicadas en la pol¨¦mica: la Agencia Espa?ola de Medicamentos y aquellas asociaciones m¨¦dicas que s¨ª respaldan la pol¨ªtica de vacunaci¨®n contra la varicela aplicada por la Administraci¨®n. Hacerlo requerir¨ªa reabrir turnos de r¨¦plica y contrarr¨¦plica.
He le¨ªdo con suma atenci¨®n el reportaje, y me parece bien argumentado y suficientemente documentado. Considero que est¨¢n recogidas las posiciones de todas las partes en esta pol¨¦mica, y se exponen con un criterio justo todos los argumentos.
Otra cosa es que el reportaje no sea neutral, como no pueden serlo los reportajes interpretativos, un g¨¦nero del periodismo que permite (y obliga) al autor investigar un tema, sacar sus propias conclusiones, y redactarlo en consecuencia. Barber¨ªa ha recogido amplia informaci¨®n sobre el caso, ha hablado con las partes, ha analizado el tema, y su reportaje hace una interpretaci¨®n, a mi juicio justa, de los hechos, tal y como permite el Libro de Estilo de EL PA?S, evitando los juicios de valor.
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