Anne Wojcicki, la millonaria que vive como una pobre
Ahorradora compulsiva, la empresaria y exmujer de Sergey Brin prefiere las multas a pagar el p¨¢rking y nunca pide bebida ni postre en los restaurantes
Naci¨® y se cri¨® en Palo Alto, una de las localidades m¨¢s pr¨®speras de Estados Unidos, pero en una casa en la que no hab¨ªa derroches. Ser hija de profesores -la madre de Secundaria, y el padre, em¨¦rito en la Universidad de Stanford- hizo de Anne Wojcicki una ahorradora compulsiva, acostumbrada a vivir rodeada de ricos pero sin su nivel de vida. Ahora podr¨ªa pasar por una residente m¨¢s del Valle, si no fuese porque su exmarido es el cofundador de Google, Sergey Brin. Ella tambi¨¦n tiene su empresa, 23andMe. Bi¨®loga, de 41 a?os, dirige una compa?¨ªa valorada en 57 millones de d¨®lares (unos 46 millones de euros) dedicada a analizar el ADN de cualquier persona por menos de 30 d¨®lares con solo dejar una muestra de saliva en el algod¨®n de un bastoncillo. Se env¨ªa de vuelta a su laboratorio y en una semana se recibe un estudio detallado con consejos sobre estilo de vida y propensi¨®n a sufrir enfermedades.
Anne Wojcicki, sin embargo, vive con una frugalidad extrema. Tanto que llama la atenci¨®n por ello. En una reciente entrevista con The Sunday Times explicaba su devoci¨®n por los productos gratis. Tanto que se puso enferma tras ingerir casi un litro de zumo de zanahoria en la oficina. Se trataba de una de las cortes¨ªas t¨ªpicas del mundo de la tecnolog¨ªa para mantener sanos y contentos a los empleados. Ella lo achaca a su madre, a verla toda la vida aprovech¨¢ndose de cualquier muestra de producto que pudiera conseguir. Tambi¨¦n confiesa que mantiene la costumbre de hacerse un presupuesto mensual del que no se sale.
Entre las man¨ªas confesables de esta exc¨¦ntrica millonaria se encuentra no pedir ni bebida en un restaurante, solo la jarra de agua que se ofrece como cortes¨ªa, ni postre. ?El motivo? Sabe que es donde los hosteleros tienen un margen mayor. No ser¨ªa mayor problema si no fuese porque obliga a seguir su norma si se comparte mesa con ella. Esto incluye a sus dos hijos, de ocho y tres a?os.
Hermana de Susan Wojcicki, consejera delegada de YouTube (en el puesto n¨²mero 12 de las mujeres m¨¢s poderosas del mundo, seg¨²n Forbes), de todas las medidas de ahorro extremo de Anne hay una que ha terminado por soliviantar a los vecinos de un pueblo en el que impera la tranquilidad. A partir de patrones matem¨¢ticos que ella misma ha estudiado, ha llegado a la conclusi¨®n de que le sale mucho m¨¢s rentable no pagar los parqu¨ªmetros y saldar las consiguientes multas a poner siempre el tique. Seg¨²n sus an¨¢lisis, la suma de las multas anuales es inferior a poner dinero cada vez que aparca. Toda una revoluci¨®n en un lugar en el que impera el sentido c¨ªvico y no sobresalir dentro de la comunidad.
Anne Wojcicki no es la ¨²nica rica de la familia. Su exmarido, aunque siguen legalmente casados (la boda se celebr¨® en 2007), pero en la pr¨¢ctica separados, es Sergey?Brin, cofundador de Google. Cuenta con el 8% de las acciones de su invento, y su fortuna personal se estima en m¨¢s 22.700 millones de d¨®lares. Una separaci¨®n consecuencia del culebr¨®n del a?o pasado, cuando ¨¦l inici¨® una relaci¨®n con la empleada Amanda Rosenberg que, a su vez, era novia del brasile?o Hugo Barra, l¨ªder de Android, hasta que se desvel¨® la relaci¨®n con el cofundador. Rosenberg, su nueva pareja, era conocida por ser modelo de Google Glass. El desenlance hizo que Wojcicki se quedase con los hijos y la casa, sin separaci¨®n legal. Brin se mud¨® con su nuevo amor y Barra hizo las maletas para fichar por Xiaomi.
En Silicon Valley la broma es com¨²n. Insisten en que cre¨® su empresa para corroborar que, en efecto, su ADN es especial, tanto como que tendr¨ªa, seg¨²n la leyenda urbana, la misma secuencia que el de Scrooge, el avaro personaje de Cuento de Navidad de Dickens.
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