Piezas complementarias

En pocos a?os, el desarrollo de los medios de comunicaci¨®n ha dado un salto tecnol¨®gico de tales dimensiones que hoy la informaci¨®n no se concibe sin las poderosas herramientas de Internet. La web da un alcance global a las noticias y permite a los lectores acceder a diarios de todo el mundo con una extraordinaria velocidad gracias a motores de b¨²squeda como Google, la compa?¨ªa que ha revolucionado la industria period¨ªstica. Por eso, la decisi¨®n de retirar a los editores espa?oles de Google News y de cerrar este servicio es una mala noticia para todos: empresarios de medios y usuarios. Algo que no parecen entender del todo los bur¨®cratas que en Espa?a y otras partes de Europa han manejado el asunto.

Se justifica el gigante de Internet en la reci¨¦n aprobada Ley de Propiedad Intelectual, que reconoce el derecho de los medios a recibir ¡°una compensaci¨®n equitativa¡± por la reproducci¨®n de ¡°fragmentos no significativos de contenidos¡±. La legislaci¨®n espa?ola incorpor¨® el t¨¦rmino ¡°irrenunciable¡± supuestamente para proteger a los medios m¨¢s peque?os. Se trataba de evitar que se resquebrajara la acci¨®n conjunta de los editores, en la idea de que solo actuando con una sola voz era posible plantar cara a Google.

Ese no es el planteamiento correcto. Como cualquier sector dedicado a la creaci¨®n, los editores saben que la informaci¨®n es cara y que es un mal negocio regalarla. La multinacional alega, por su parte, que las publicaciones se benefician del tr¨¢fico de usuarios hacia sus sitios web y que este servicio no le genera beneficios porque carece de publicidad. La v¨ªa para reconciliar ambos intereses leg¨ªtimos no es la del enfrentamiento.

La compa?¨ªa tecnol¨®gica ha anunciado su intenci¨®n de cerrar en Espa?a Google News el 16 de diciembre, dos semanas antes de que entre en vigor la ley. Es un plazo que deber¨ªa ser aprovechado para negociar. La asociaci¨®n de editores (AEDE) se pronunci¨® ayer a favor de esa v¨ªa y urgi¨® a las autoridades espa?olas y europeas a que busquen una soluci¨®n. Son ellas las responsables de encontrarla, de forma que los editores no tengan que sufrir las consecuencias de su incapacidad. EL PA?S que, como otros medios, tiene ediciones globales, podr¨ªa verse doblemente afectado.

El principal inter¨¦s de editores y lectores es el de mantener Internet abierto a todos. No puede concebirse de otra forma la libertad de informaci¨®n en el tiempo actual. En la batalla librada al respecto en Alemania, se impuso la tesis del editor conservador Axel Springer para relegar a Google y perjudicar a los usuarios. El Gobierno alem¨¢n, justificando la defensa de los peri¨®dicos, se aline¨® en contra de los intereses de los lectores. Ahora el Gobierno espa?ol ha repetido el modelo con id¨¦nticos perjuicios para el acceso a las noticias en la web. Cualquier acci¨®n de las autoridades debe ir encaminada a conciliar intereses. En esta ocasi¨®n, pretendiendo proteger a los editores, pueden perjudicarles gravemente.