?bola: el terror escap¨® de la jungla
En diciembre de 2013 naci¨® el peor brote de ¨¦bola de la historia. En marzo se declar¨® la alerta con 30 muertes. En junio, estaba "fuera de control" con 330. Ya son m¨¢s de 7.000 los fallecidos
Mientras el mundo lloraba la p¨¦rdida de Nelson Mandela, otra muerte inoculaba en ?frica una dosis de terror de la que todav¨ªa no se ha recuperado. El 6 de diciembre, un d¨ªa despu¨¦s que el l¨ªder sudafricano, mor¨ªa en una aldea guineana el paciente n¨²mero uno de la mayor epidemia de ¨¦bola de la historia. Un peque?o de dos a?os fallec¨ªa tras cuatro d¨ªas de fiebre, hemorragias y v¨®mitos. La familia de este ni?o, ?mile Ouamouno, cazaba murci¨¦lagos para a?adirlos a la dieta habitual, como muchos en su pueblo Meliandou. Estos animales son el principal veh¨ªculo de transmisi¨®n del letal virus a los humanos, desde que surgieran los primeros brotes en 1976. Sin murci¨¦lagos y otras alima?as, no habr¨ªa ¨¦bola.
Desde el peque?o ?mile se puede seguir el rastro, persona a persona, funeral tras funeral, hasta cada una de los m¨¢s de 7.000 v¨ªctimas que han muerto durante este brote. Como en los populares seis grados de Kevin Bacon, desde Meliandou hasta Teresa Romero, se puede desplegar un ¨¢rbol de contactos entre personas para explicar cada nuevo contagio. Seg¨²n los epidemi¨®logos, ser¨ªa un doctor quien sac¨® del pueblo el ¨¦bola en su organismo. Y de ah¨ª a las ciudades, lo que provoc¨® que la epidemia adquiriera una gravedad inesperada.
En marzo, el Ministerio de Sanidad guineano advirti¨® formalmente de la epidemia a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). En ese momento, se conoc¨ªan 49 casos y 29 muertes por culpa del virus. Una semana m¨¢s tarde, llegaban a Guinea 3,5 toneladas de material de la OMS para hacer frente a la epidemia en una regi¨®n de ?frica que no estaba acostumbrada a lidiar con ese virus. En junio, M¨¦dicos sin Fronteras alertaba al mundo de que el brote estaba "fuera de control" tras haber muerto 330 personas. M¨¢s all¨¢ de la cifra, la llegada del ¨¦bola a las capitales de los tres pa¨ªses afectados (Guinea, Liberia y Sierra Leona) hac¨ªa casi imposible aislar a los contagiados y controlar sus contactos, como se hace en los brotes habituales de ?frica Central.
Coincidiendo con el brote de ¨¦bola de ?frica Occidental, desbocado y terror¨ªfico, en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo surgi¨® otro distinto e independiente. La comparaci¨®n de ambas situaciones ayuda a explicar porque se perdi¨® el control: el de Congo es el s¨¦ptimo brote que se sufre en pocas d¨¦cadas y tanto las autoridades como la poblaci¨®n est¨¢n preparadas para hacerle frente.
Hasta agosto, la comunidad internacional no se sinti¨® apremiada a intervenir para evitar el colapso absoluto de una de las regiones m¨¢s pobres del planeta. A partir de entonces, el ¨¦bola comenz¨® a abrir los telediarios de todo el mundo: en apenas un par de meses, el ¨¦bola se ha convertido en el tema m¨¢s comentado en Facebook (despu¨¦s del Mundial de f¨²tbol), un dato fr¨ªvolo pero que ilustra el descomunal salto desde una aldea de Guinea a la conversaci¨®n global.
Todos los pa¨ªses evacuaron a sus compatriotas infectados (12 en la Uni¨®n Europea) y los gobiernos se sintieron presionados a comprometer ayudas; organizaciones privadas y p¨²blicas comenzaron a trabajar con una rapidez desconocida para conseguir una respuesta m¨¦dica, en forma de tratamientos y vacunas. Por primera vez, se sent¨ªa la necesidad de invertir recursos en esta direcci¨®n: conviene no perder de vista que, quitando el actual, 1976 sigue siendo el a?o m¨¢s mortal de ¨¦bola, el a?o de su descubrimiento. Los brotes hab¨ªan sido sofocados con facilidad hasta ahora.
En estos momentos, la situaci¨®n est¨¢ lejos de haberse solventado: en Liberia se ha logrado poner freno al descontrol, pero en determinadas regiones de Guinea y Sierra Leona est¨¢n aumentando los casos a un ritmo peligroso. Si algo ha mostrado este brote es que con el ¨¦bola el ¨²nico nivel seguro es cero casos. Una cifra que jam¨¢s se alcanzar¨¢ si no es por el esfuerzo de los trabajadores sanitarios que se juegan la vida en el campo de batalla: a comienzos de diciembre, 350 m¨¦dicos y enfermeros de todo el mundo han muerto combatiendo la epidemia.
En este momento, quedan muchos meses de trabajo duro por delante para zanjar la epidemia. Y cuando se venza al virus, quedar¨¢ un terrible paisaje despu¨¦s de la batalla: los hu¨¦rfanos se cuentan por millares, la escasa estructura sanitaria ha quedado arrasada y m¨¢s de 200.000 personas tienen ya problemas de acceso a alimentos.
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