En el D¨ªa Internacional del Migrante, una palabra: GRACIAS
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Ojos hispano-senegaleses de Seidina Issa. ?Viva el mestizaje! / (C) Lola Hierro
Hoy celebramos en todo el mundo el D¨ªa del Migrante, el d¨ªa de esas 232 millones de personas seg¨²n la ONU que est¨¢n en pa¨ªses distintos al suyo buscando la manera de mejorar sus vidas. Hoy podr¨ªa ser el d¨ªa elegido para enumerar en Migrados todos aquellos problemas que a¨²n est¨¢ sin solucionar en Espa?a y que afectan a este colectivo: la exclusi¨®n sanitaria, las devoluciones en caliente, el racismo, el atasco burocr¨¢tico para obtener el estatus de refugiado, la criminalizaci¨®n en los medios... Lo que pasa es que llevamos todo el a?o denunciando injusticias, criticando pol¨ªticos y pol¨ªticas anti-migratorias, contando muertos y desaparecidos en el Mediterr¨¢neo, intentando saber qu¨¦ pasa dentro de los Centros de Internamiento de Extranjeros... pero hoy no. Hoy quiero que Migrados se convierta en un espacio de optimismo, quiero lanzar un mensaje positivo.
Pensaba que era una gran responsabilidad escribir una entrada en este blog en este d¨ªa. Numerosas organizaciones que velan por los derechos de los inmigrantes han preparado toda clase de actividades, manifiestos y material audiovisual para conmemorarlo. Yo no sab¨ªa a qui¨¦n darle m¨¢s espacio, o si d¨¢rselo a todos ellos, pues todas lo merecen por el impagable trabajo que realizan cada d¨ªa.
Al final, he decidido que Migrados hoy va a lanzar una sencilla invitaci¨®n a la reflexi¨®n. Os invito a que pens¨¦is qu¨¦ os ha traido la inmigraci¨®n a vuestras vidas. Qu¨¦ personas han llegado a vosotros y se han convertido en parte de vuestro d¨ªa a d¨ªa, o testigos de algunos buenos momentos, gracias a que una vez tomaron la valiente decisi¨®n de hacer la maleta y salir de su casa. Seguro que a todos nos viene a la mente un amigo, un vecino, en un compa?ero de trabajo o un familiar, incluso. Yo creo que hoy se merecen que les demos las gracias. Gracias por todo lo que suman desde que aparecieron por aqu¨ª.
Jean Atangana, voluntario de M¨¦dicos del Mundo, en Madrid.
Para que nadie pueda decir que en Migrados lanzamos la pelota y escondemos la mano, yo misma voy a compartir con todos los lectores mi agradecimiento colectivo. Mi vida est¨¢ llena de personas de todos los pa¨ªses posibles, y mucho m¨¢s desde que arranc¨® este blog, claro. En los primeros en los que pienso es en mis sobrinos. Mi princesa Bel¨¦n, que ya tiene siete a?os, nunca hubiera nacido si sus abuelos paternos, naturales de Ecuador, no hubieran venido con sus hijos a Espa?a en los a?os en que el pa¨ªs iba bien. Lo mismo puedo decir de mi otro sobrino de un a?o, Seydina Issa, un negrito rosa que le llamamos en casa porque no ha sacado casi nada de la oscur¨ªsima piel de su padre, Momar, que es de Senegal pero vive en Madrid desde los 14 a?os, cuando le fich¨® la cantera de un club de f¨²tbol de la capital. Mi familia es como la ONU y eso me hace sentir muy orgullosa. En casa cabemos todos.
Pienso en Natalia, ucraniana, que empez¨® limpiando en casa de mis padres unas horas al d¨ªa cuando las espa?olas no hac¨ªan esta clase de trabajos y ahora es de la familia. Ellos le dieron empleo y ella les dio su trabajo y su esfuerzo. Ahora vamos a las bodas de una y otra familia y es como una segunda madre en casa pese a que su castellano sigue siendo desastroso. Pero nos entendemos. Y tengo muy presente a Mazen, el mejor pintor de todos los tiempos, que hace muchos a?os ense?¨® a mi familia una Siria muy diferente a la de la guerra.
Pienso en amigos que llegaron a mi vida poco a poco pero que llevan muchos a?os en Espa?a como Liz, estadounidense, Oliana, albanesa, Alex, peruano, Gabriel, argentino, Thubten, tibetano... Ellos est¨¢n plenamente integrados, ya recorrieron la parte m¨¢s dif¨ªcil del camino, la de la adaptaci¨®n, que no tiene que ver con lo f¨¢cil o dif¨ªcil que es conseguir los papeles. Su experiencia les ha aportado una sabidur¨ªa que no hubieran adquirido de otra manera. Y de ella me nutro y aprendo cada vez que nos encontramos.
Hoy tambi¨¦n es el d¨ªa en que pienso muy, muy especialmente, en Vindar y Khaled, mis dos amigos sirios que conoc¨ª haciendo un reportaje sobre las condiciones de vida de los refugiados como ellos en Turqu¨ªa. Viv¨ªan en Estambul y su sue?o era llegar a Alemania. Menos de un a?o despu¨¦s, acaban de instalarse all¨ª. No cupe en mi de gozo cuadno Khaled cambi¨® en Facebook su ciudad actual. "Berl¨ªn", escribi¨®. No s¨¦ c¨®mo lo ha hecho a¨²n, pero s¨¦ que es el principio de su nueva vida. Igual que la de Cheikh, cuya historia publiqu¨¦ aqu¨ª, en Migrados. Le conoc¨ª reci¨¦n llegado en patera a Almer¨ªa, no ten¨ªa nada: ni dinero, ni amigos, ni familia, ni arraigo... ni el idioma sab¨ªa. Tambi¨¦n consigui¨® llegar a Alemania y ahora tiene una vida digna.
Igual que Jean Atangana, camerun¨¦s y voluntario de M¨¦dicos del Mundo en Madrid que salt¨® la valla de Melilla de la misma manera que tantos otros j¨®venes como ¨¦l. Tiene hasta un m¨¢ster en relaciones internacionales que de momento no le ha servido de mucho, pero vive en Madrid y est¨¢ luchando con la organizaci¨®n humanitaria contra la exclusi¨®n sanitaria de quienes no tienen papeles. Tambi¨¦n pienso en los chicos del CETI de Melilla, como Nelly o Souaibou. Les sigo habitualmente en las redes sociales y soy testigo a diario de su valent¨ªa y de su tenacidad, de su constante nado a contra corriente en busca de una vida digna pese a que lo tienen todo en contra.
Por supuesto, en un d¨ªa como hoy pienso en mis queridos blogueros. En Shivan, que sigue esperando su estatus de refugiado y mientras va encadenando trabajos mal pagados con los que va capeando el temporal. En John, que desde Algeciras nos cuenta mejor que nadie c¨®mo es la vida de los africanos que vienen a Espa?a porque ¨¦l mismo lo hizo en la ¨¦poca de vacas gordas. Y John hoy tiene esposa espa?ola y unos hijos preciosos, y vive bien gracias a todos los a?os que trabaj¨® en la obra. Hoy tambi¨¦n pienso en Mercedes y en todas sus chicas latinas y del Caribe, que tan bien me han ense?ado lo que significa ser emigrante y, encima, mujer. En Sagar, espa?ol hijo de indios que nos trae siempre un punto de vista diferente. Y, por supuesto, en Quan, que aunque naci¨® en Espa?a, conoce mejor que nadie lo dif¨ªcil que resulta la integraci¨®n de la cultura occidental y la oriental. Gracias a ella me he echado unas cuantas carcajadas este a?o y es hermoso ver c¨®mo se va abriendo paso en el mundo editorial con sus vi?etas.
Como habr¨¦is visto, no tengo un grandilocuente texto lleno de verdades universales sobre los migrantes, la migraci¨®n, los derechos humanos... Hoy no quiero pensar en la masa, quiero pensar en rostros, nombres y momentos. Me siento muy afortunada y ganadora por conocer a todas estas personas (y las que me dejo). Porque me han aportado muy buenos ratos, me han ense?ado otra visi¨®n del mundo, me han invitado a ponerme en su piel y, gracias a todo eso, me han ayudado a crecer por dentro y a conocer mejor el mundo que me rodea.
Aunque haya quien quiera echaros del pa¨ªs, aunque haya quienes me ofrezcan docenas de argumentos en contra, yo me alegro de que hay¨¢is venido, y de que sigais viniendo. Porque nunca rest¨¢is, siempre sumais. Gracias.
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