Un robot robacorazones

Test. Tienen cinco segundos para pensar en su personaje de animaci¨®n favorito de Disney. ?Hecho? Probablemente, la respuesta se parezca a las que ofrec¨ªan hace unos d¨ªas los alumnos de una escuela madrile?a de artes: Ariel, Alicia, Bambi, Pumba... Es decir, personajes y pel¨ªculas m¨¢s o menos de anta?o. Tal vez sea la nostalgia por la juventud, como defiende el productor de Disney Ron Conli. O tal vez en los ¨²ltimos lustros su compa?¨ªa no haya estado a la altura de su pasado. Pero los estudios creen contar ahora con un arma capaz de ganar la guerra por los corazones: Baymax, el robot de Big Hero 6,su estreno navide?o de 2014.

En realidad, Baymax no procede del horno disneyano. Tanto ¨¦l como el filme se inspiran en uno de los c¨®mics menos conocidos de Marvel, que Disney adquiri¨® en 2009. De hecho, es la primera vez que aprovecha un producto original de aquella casa. Pero los enlaces entre c¨®mic y pel¨ªcula apenas van m¨¢s all¨¢ del t¨ªtulo. ¡°Usamos el material original para crear nuestra idea¡±, defiende Chris Williams, codirector del filme. Tanto que la acci¨®n se traslada de Jap¨®n a ¡°San Fransokyo¡± y solo se cita a Marvel en el homenaje tras los cr¨¦ditos finales.

Quiz¨¢s Baymax sea el s¨ªmbolo m¨¢s claro de esta distancia. En el tebeo es una suerte de m¨¢quina de guerra que a la vez hace de padre a Hiro, el joven que lo invent¨® y que perdi¨® a su progenitor. En el filme, en cambio, es un redondo robot enfermero, a medias entre una almohada y Bibendum, el mu?eco Michelin, creado por el hermano de Hiro. ¡°Hizo falta un a?o de dise?o. Deb¨ªa tener una estructura nada amenazante, que mezclara la tecnolog¨ªa y su deseo de ayudar¡±, explica el animador Valent¨ªn Amador. El resultado ha sido aplaudido por los cr¨ªticos incluso m¨¢s que la pel¨ªcula. ¡°Un malvavisco proustiano¡±, lo ha definido The New York Times.

Parece funcionar as¨ª la elecci¨®n de pescar en la sombra de Marvel m¨¢s que en su primera l¨ªnea. ¡°Nunca hab¨ªa o¨ªdo hablar del c¨®mic. Lo encontr¨¦ en su web. Resulta que iba de un equipo de superh¨¦roes japoneses y era una carta de amor a la cultura pop del pa¨ªs¡±, relata Don Hall, el otro codirector. Fue ¨¦l quien sac¨® del archivo el inesperado nombre de Big Hero 6.

¡°Sorprendi¨® incluso a los de Marvel. Tal vez ni supieran que lo pose¨ªan¡±, bromea Williams. El caso es que Hall se present¨® con esta ¡ªy m¨¢s propuestas que rechaza detallar¡ª a la reuni¨®n que todo cineasta Disney afronta con John Lasseter. As¨ª funciona, desde que la compa?¨ªa compr¨® Pixar y el pap¨¢ de Toy Story manda en casa de Mickey Mouse: ¡°Nunca propones solo una idea, sino al menos tres. John no quiere que te enamores de una sola historia¡±.

De Pixar a Disney, nadie habla mal nunca de Lasseter. Es m¨¢s, le atribuyen el cambio con el que la compa?¨ªa quiere poner rumbo a su antiguo esplendor. Los entrevistados recuerdan el gobierno de los ejecutivos que lleg¨® a mandar en Disney, un ¡°equipo de desarrollo¡±, donde el marketing contaba m¨¢s que los creativos, decid¨ªa los estrenos. Luego, y solo luego, se acud¨ªa al cineasta: ¡°Ok, dirige esto¡±. Lasseter ha virado hacia la f¨®rmula que ya triunfaba en Pixar: devolver a los creadores la responsabilidad de concebir historias. Tanto que algunos ya han rebautizado a la compa?¨ªa: Pixney. O Disnar.