Los ni?os de Am¨¦rica Latina
Chespirito amaba a sus personajes. Tanto que eso fue lo que transmiti¨® en 'El Chavo del 8': amor y compasi¨®n
Recuerdo que diariamente, luego de volver del colegio en Lima, mi hermano peque?o y yo nos sent¨¢bamos frente al televisor de casa para sintonizar El Chavo del 8. Toda generaci¨®n latinoamericana que haya nacido despu¨¦s de la llegada de la televisi¨®n creci¨® vi¨¦ndolo. Se estima que tras su estreno el 20 de junio de 1971, m¨¢s de 91 millones de telespectadores han visto un cap¨ªtulo en Am¨¦rica (incluido Estados Unidos y Brasil) al d¨ªa. En 2012 la revista Forbes public¨® que El Chavo del 8 le hab¨ªa generado ganancias a Televisa por alrededor de 1.400 millones de euros desde que se dej¨® de grabar en 1992. Se grabaron 1.300 episodios del Chavo, lo que, seg¨²n Forbes, habr¨ªa producido un beneficio de 1 mill¨®n de euros por cada cap¨ªtulo de media hora, aproximadamente.
?En qu¨¦ radic¨® su ¨¦xito? ?Por qu¨¦ muchos latinoamericanos a¨²n lo ven? Hay algo que Chespirito (Roberto G¨®mez Bola?os) siempre tuvo claro: sus situaciones ten¨ªan que ser atemporales y para todos. Su p¨²blico eran los ni?os, pero tambi¨¦n conect¨® con los adultos, porque Chespirito, como sus personajes, era ambos al mismo tiempo. Sus maestros fueron el Gordo y el Flaco, Chaplin, y Cantinflas.
Pero adem¨¢s Chespirito plasm¨® una realidad de Am¨¦rica Latina que, tomada en serio, ser¨ªa triste y desoladora. El Chavo del 8 cuenta la historia de un ni?o que todos los d¨ªas se despierta con hambre y su sue?o m¨¢s grande es tener qu¨¦ comer, poder desayunar o hacerse con una torta de jam¨®n. Dentro de su humor simple, repetitivo y blanco hab¨ªa una feroz cr¨ªtica a la sociedad latinoamericana. Quiz¨¢ no fue su intenci¨®n, pero al tomar como escenario una vecindad cualquiera de un barrio empobrecido del DF mexicano para ambientar sus historias, Chespirito radiografi¨® Am¨¦rica Latina en clave de humor infantil que atraves¨® el subconsciente de m¨¢s de una generaci¨®n.
En oposici¨®n al pobre Chavo est¨¢ Quico, el ni?o pijo, ego¨ªsta, ¡°sangr¨®n¡± y envidioso que no duda en mostrar sus juguetes y su fortuna
En oposici¨®n al pobre Chavo est¨¢ Quico, el ni?o pijo, ego¨ªsta, ¡°sangr¨®n¡± y envidioso que no duda en mostrar sus juguetes y su fortuna. Su madre, Do?a Florinda, es una viuda de clase alta venida a menos que se queja de la mala suerte de vivir entre la ¡°chusma¡±. La Chilindrina es la ni?a lista, p¨ªcara y avispada que no vacila en enga?ar o tomarle el pelo al resto. Don Ram¨®n, su padre, es un vividor, bohemio y ¡°beodo¡±, ¡°perd¨®n, viudo¡±, que debe 14 meses de renta y no consigue trabajo porque ¡°ning¨²n trabajo es malo, lo malo es tener que trabajar¡±. Siempre aguanta los golpes que Do?a Florinda le da por culpa del Chavo, qui¨¦n asegura que no le tienen paciencia. El Se?or Barriga es el due?o de la vecindad que le hace honor a su apellido, y cada vez que llega, el Chavo del 8 lo recibe con un golpe ¡°sin querer queriendo¡±. Do?a Clotilde o ¡°Bruja del 71¡± es una solterona enamorada de Don Ram¨®n, curiosamente interpretada por la espa?ola Angelines Fern¨¢ndez (actriz que en su juventud lleg¨® a pelear en las guerrillas antifranquistas antes de emigrar a M¨¦xico en 1947). El profesor Jirafales, un tipo alt¨ªsimo, visita a Do?a Florinda con un ramo de flores, no le gusta que lo llamen ¡°maestro Longaniza¡± y cuando se enfada con el Chavo por burlarse, el ni?o responde: ¡°Se me chispote¨®¡±, o ¡°Bueno, pero no se enoje¡±.
Pero m¨¢s all¨¢ de sus defectos y miserias, hay en todos los personajes una nobleza innata que los hace entra?ables. Siempre hubo una intenci¨®n del autor en hacernos entender que, a pesar todo, es posible la convivencia. La compasi¨®n del ser humano y el perd¨®n eran mensajes que Chespirito siempre transmiti¨®. ¡°La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena¡±, le dice una vez Don Ram¨®n al Chavo, que quer¨ªa pegarle a Quico porque le hab¨ªa roto un huevo que quer¨ªa comer. Chespirito amaba a sus personajes. Tanto que eso fue lo que transmiti¨®: amor y compasi¨®n.
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