La hidra terrorista de tres cabezas
Combatientes de Al Shabab. / Foto: AP
El terrorismo, la pirater¨ªa mar¨ªtima y el tr¨¢fico de drogas est¨¢n m¨¢s que bien instalados en ?frica y son las principales amenazas en materia de seguridad en este continente. Durante dos d¨ªas, m¨¢s de 400 expertos procedentes de 47 pa¨ªses se reunieron en el hotel King Fad de la capital senegalesa en el Foro Internacional de Dakar sobre Paz y Seguridad con la intenci¨®n de identificar estos retos y plantear soluciones. Bajo los auspicios directos del Gobierno franc¨¦s y organizado por el Instituto Panafricano de Estrategias (Dakar) y la Fundaci¨®n por la Investigaci¨®n Estrat¨¦gica (Par¨ªs), el foro result¨® un ¨¦xito de participaci¨®n y los debates fueron de gran nivel. Sin embargo, la cita volvi¨® a mostrar una verdad ya sabida: el mantra tantas veces repetido de soluciones africanas para los problemas africanos sigue estando lejos de ser una realidad y la intervenci¨®n militar francesa en Mal¨ª y Rep¨²blica Centroafricana son la ¨²ltima muestra.
¡°El terrorismo no tiene rostro ni conoce fronteras¡±, dijo en la clausura del Foro el presidente de Chad, Idris D¨¦by, un pa¨ªs que se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en una potencia militar emergente en la regi¨®n centroafricana y del Sahel, ¡°se alimenta de la pobreza y de interpretaciones err¨®neas de la religi¨®n. Tenemos que combatirlo con todo el vigor posible, lo que exige una fuerte movilizaci¨®n de recursos¡±, dijo. El ex presidente nigeriano Olasegun Obasanjo se mostr¨® de acuerdo, ¡°en ?frica tenemos las herramientas previstas para combatir este mal, pero nos falta la voluntad pol¨ªtica, la coordinaci¨®n¡±. Y tanto el comisario africano de Paz y Seguridad, Sma?l Chergui, como el ministro franc¨¦s de Defensa, Jean-Yves Le Drian, coincidieron en que los tres focos m¨¢s peligrosos en este momento y con relaciones entre ellos, como una hidra de tres cabezas, son el norte de Nigeria-Camer¨²n, el Sahel y su santuario en el sur libio y la Somalia refugio de Al-Shabab.
1. Boko Haram (Nigeria-Camer¨²n). Este fue uno de los nombres m¨¢s invocados durante el Foro de Dakar. Y es que el grupo terrorista nigeriano que tiene en jaque a la primera potencia africana y que en los ¨²ltimos meses est¨¢ extendiendo sus redes m¨¢s all¨¢ de las fronteras de Nigeria es una de las mejores muestras de esa amenaza global que sacude a ?frica. La gestaci¨®n de este grupo de corte islamista radical, cuyo nombre significa ¡°La educaci¨®n occidental es pecado¡±, data de 2002 y tiene lugar en Maiduguri, capital del estado de Borno. Sin embargo, su actividad violenta se intensifica a partir de 2009 con la muerte de su l¨ªder Mohamed Yussuf y el ascenso a la jefatura del implacable y escurridizo Abubakar Shekau, uno de los terroristas m¨¢s buscados del mundo. Desde entonces ha mantenido una guerra no declarada con el Ej¨¦rcito nigeriano, una aut¨¦ntica espiral de violencia que ya est¨¢ saltando a los pa¨ªses lim¨ªtrofes.
Matanzas, asesinatos, atentados con bomba, pueblos arrasados. La capacidad destructiva de Boko Haram est¨¢ fuera de toda duda. Se calcula que s¨®lo este a?o su actividad terrorista ha provocado unos 3.000 muertos. Sin embargo, su salto a la fama internacional tuvo lugar el pasado mes de abril cuando llev¨® a cabo el secuestro de doscientas ni?as estudiantes en la localidad de Chibok con la intenci¨®n de venderlas como esclavas y obligarlas a casarse. Esta acci¨®n gener¨® una oleada de indignaci¨®n internacional en las redes sociales que, sin embargo, con el paso de los meses se fue apagando progresivamente. El rastro de la mayor parte de aquellas ni?as se perdi¨®, probablemente vendidas en los pa¨ªses vecinos, y otras m¨¢s fueron secuestradas despu¨¦s, las ¨²ltimas hace solo unas semanas.
Boko Haram, que en buena medida se nutre de la pobreza y de las enormes diferencias entre el rico sur petrolero y el norte del pa¨ªs, tiene sus cuarteles generales en Maiduguri, pero ha sabido ampliar su influencia hacia otras zonas. Desde mayo de 2013 el Gobierno nigeriano declar¨® el estado de emergencia en los estados de Borno, Yobe y Amadaua, sin que hasta ahora se haya visto capaz de poner fin a tanta violencia. Al contrario, se ha incrementado. De hecho, Boko Haram, que tiene lazos con otros grupos yihadistas radicales como Muyao en Mal¨ª o Estado Isl¨¢mico en Siria, dio un inquietante paso el pasado mes de agosto cuando declar¨® la fundaci¨®n de un califato sobre un territorio de 20.000 kil¨®metros cuadrados y las trece localidades del noreste del pa¨ªs que ya controla.
Sin embargo, uno de los elementos m¨¢s preocupantes es la expansi¨®n de Boko Haram y de su escisi¨®n Ansaru hacia otros pa¨ªses pr¨®ximos aprovechando la porosidad de las fronteras y la falta de cooperaci¨®n entre las distintas autoridades. Paradigm¨¢tica es la mala relaci¨®n que mantienen Nigeria y Camer¨²n, donde el grupo ya ha cometido secuestros y lanzado ataques, pero tambi¨¦n el reclutamiento de terroristas en Chad y N¨ªger, pa¨ªs hacia el que se dirige la mayor parte del flujo de refugiados procedentes del norte de Nigeria. Se calcula que un mill¨®n y medio de nigerianos se han visto obligados a huir de sus casas tras verse envueltos en tanta violencia, de la que el Ej¨¦rcito nigeriano tambi¨¦n es protagonista con una feroz represi¨®n.
2. AQMI y grupos sat¨¦lites (Sahel). La intervenci¨®n militar francesa en Mal¨ª que debut¨® en enero de 2013 ten¨ªa como uno de sus objetivos declarados combatir a los grupos terroristas que hab¨ªan convertido el norte del pa¨ªs en su aut¨¦ntico feudo, pero que en realidad llevaban a?os campando a sus anchas. El primero de ellos y m¨¢s peligroso es sin duda Al Qaeda del Magreb Isl¨¢mico (AQMI), la franquicia de Bin Laden en el Magreb dirigida por el emir argelino Abdemalek Droukdel, pero no es el ¨²nico. Disidentes de este grupo crearon en 2011 el Movimiento por la Unicidad de la Yihad en ?frica Occidental (Muyao) y con el estallido de la rebeli¨®n tuareg un hist¨®rico rebelde del Azawad, Iyad Ag Ghali, creaba Ansar Dine (Defensores de la Fe).
Estos tres grupos que a mediados de 2012 ya controlaban todo el norte de Mal¨ª y que llegaron incluso a amenazar con avanzar sobre Bamako fueron expulsados de las ciudades de Gao y Tombuct¨² y combatidos hasta sus ¨²ltimos refugios en el Adrar des Ifoghas por las tropas francesas y chadianas. Sin embargo, su capacidad de actuar no ha desaparecido. El amplio territorio que hicieron suyo sigue albergando a terroristas capaces de lanzar un ob¨²s, de poner una mina o de abalanzarse contra una patrulla de la ONU con un cintur¨®n bomba adosado a su cuerpo. Adem¨¢s, otros grupos han surgido en un ca¨®tico escenario de se?ores de la guerra y lucha por el control del tr¨¢fico de drogas que desde hace m¨¢s de una d¨¦cada transita por el desierto, en una especie de caleidoscopio de reivindicaciones territoriales, ¨¦tnicas, religiosas y, en fin, de poder.
Detenci¨®n de un presunto terrorista en Gao en febrero de 2013. / Foto: J. Naranjo
Una de las escisiones de AQMI surgida casi al mismo tiempo que dieron comienzo los bombardeos franceses es la del tambi¨¦n argelino Mokhtar Belmokhtar, el emir tuerto, el escurridizo traficante de tabaco y armas que protagoniz¨® el ataque a la planta gas¨ªstica de In Amenas en enero de 2013. Se cree que Mister Marlboro, otro nombre con el que se le conoce, se encuentra ahora en el sur de Libia, una nueva zona gris que ha surgido en los ¨²ltimos a?os y que se ha convertido en un aut¨¦ntico santuario yihadista, una retaguardia segura para terroristas, seg¨²n han confirmado los distintos expertos participantes en el Foro de Dakar.
En palabras de Issandr El Amrani, experto del International Crisis Group, no se puede separar la lucha contra la emergencia de una zona gris en el sur de Libia donde se mueven con comodidad grupos radicales de todo pelaje sin la resoluci¨®n del conflicto libio en s¨ª mismo, simbolizado en la existencia de dos parlamentos rivales en Tubruk y Tr¨ªpoli, cada uno defendiendo su propia legitimidad. ¡°Hoy es urgente no solo apoyar una soluci¨®n negociada en Libia con una etapa preliminar de desmovilizaci¨®n de las milicias y de bloqueo del extremismo religioso, sino tambi¨¦n abordar la cuesti¨®n m¨¢s duradera del refuerzo de la capacidad del Estado, sobre todo en el sector de la seguridad¡±, asegura.
3. Al Shabab (Somalia). Este jueves 25 de diciembre, en pleno d¨ªa de Navidad, la sede de la misi¨®n de la Uni¨®n Africana en Somalia recibi¨® un duro golpe. Un comando terrorista del grupo Al Shabab lanzaba un ataque y provocaba la muerte de nueve personas, entre ellas tres soldados de la UA. Este ataque viene a mostrar que pese a algunos reveses militares y la muerte o captura de algunos de sus l¨ªderes la capacidad de golpear de este grupo terrorista afiliado a Al Qaeda est¨¢ intacta. Entre sus acciones m¨¢s espectaculares de los ¨²ltimos a?os cabe destacar el ataque al centro comercial Westgate en Nairobi (Kenia) en septiembre de 2013 y el que tuvo lugar en el palacio presidencial de Mogadiscio, la capital somal¨ª, el pasado mes de julio.
Nacidos en 2006 de la mano de j¨®venes islamistas radicales y como brazo armado de la Uni¨®n de Tribunales Isl¨¢micos, tras numerosos avatares hoy por hoy se presentan como una aut¨¦ntica pesadilla para las misiones de la UA y la ONU presentes en el pa¨ªs, pero tambi¨¦n han exhibido m¨²sculo y operatividad en la vecina Kenia. En los ¨²ltimos a?os se han atrincherado en las regiones del sur y en torno a la capital, donde se nutren de una peculiar fuente de financiaci¨®n para mantener a sus aproximadamente 5.000 efectivos: el tr¨¢fico ilegal de carb¨®n de acacia.
Keita (Mal¨ª), Abdel Aziz (Mauritania), Sall (Senegal) y D¨¦by (Chad) durante el Foro de Dakar.
Pero, ?cu¨¢l es la clave de la resistencia de estos tres focos terroristas? En el Foro de Dakar se apuntaron algunas ideas. En primer lugar, las rivalidades y desconfianza entre las potencias regionales africanas, que la hace d¨¦bil ante una amenaza transnacional. Pero tambi¨¦n la capacidad de estos grupos de relacionarse entre s¨ª y prestarse apoyo mutuo benefici¨¢ndose de todo tipo de tr¨¢ficos il¨ªcitos, pero tambi¨¦n de imbricarse con las comunidades locales. Seg¨²n Jean Fran?ois Daguzan, director adjunto de la Fundaci¨®n por la Investigaci¨®n Estrat¨¦gica, ¡°AQMI, Boko Haram y Al-Shabab se apoyan sobre realidades locales pero defienden objetivos globales (¡) el debilitamiento estructural de un cierto n¨²mero de estados facilita el retorno a la asabiya, concepto que se ha convertido en uno de los elementos clave de la interpretaci¨®n de las connivencias tribales o cl¨¢nicas, tanto en el Magreb como en ?frica subsahariana (¡)¡±.
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