La elegante campa?a de Angelina Jolie
La actriz ha cambiado su estilo sexy por otro digno de una primera dama. Un vestuario sobrio para transmitir la seriedad de sus intenciones: lograr un Oscar como directora por ¡®Invencible¡¯
?C¨®mo se debe ir vestida en una campa?a? Puede parecer una pregunta extra?a en plenas navidades. Al fin y al cabo, faltan a¨²n muchos meses para las elecciones.
Pero est¨¢ en marcha la carrera de los Oscar, y la pregunta se inspira en el esfuerzo llevado a cabo p¨²blicamente en las ¨²ltimas semanas por Angelina Jolie, directora de Invencible, la pel¨ªcula basada en el libro de Laura Hillenbrand sobre la II Guerra Mundial y el triunfo del esp¨ªritu humano.
A juzgar por los comentarios o¨ªdos durante todo el oto?o, el filme puede ser candidato a los premios, y, a pesar de que no se le haya tenido en cuenta ni para los Globos de Oro ni para los premios del Sindicato de Actores estadounidense, todav¨ªa tiene posibilidades de estar entre los nominados a los galardones de la Academia, que se anunciar¨¢n en enero.
Parece rid¨ªculo renunciar al escote para convencer al mundo de su val¨ªa laboral, pero funciona
Pero lo m¨¢s significativo es quiz¨¢ c¨®mo ha moldeado Angelina Jolie su imagen para alcanzar su objetivo, c¨®mo ha dejado poco a poco de lado la aspiraci¨®n por ser el centro de todas las miradas para abrazar la discreci¨®n y reivindicar el trabajo entre bambalinas.
Una magn¨ªfica demostraci¨®n de c¨®mo utilizar la seriedad del vestuario para transmitir la seriedad de las intenciones.
Los ingredientes de su estrategia: colores apagados, siluetas cl¨¢sicas, faldas estrictas, zapatos de sal¨®n, mangas largas. Para hacerse una idea, basta pensar en una versi¨®n en alta costura de la t¨®pica bibliotecaria que se suele mostrar en la gran pantalla: poder sencillo en el rodaje.
La imagen de Jolie en la portada del n¨²mero de The Hollywood Reporter dedicado a ¡°los que se arriesgan¡±, con una blusa blanca de seda y cuello redondo, es un buen ejemplo de este esp¨ªritu. O las portadas de Vanity Fair y Entertainment Weekly con camisas blancas de manga larga (no hay nada mejor que una camisa blanca de hombre, la base universal del estilo de los ejecutivos, para transmitir una actitud decidida).
Tambi¨¦n las apariciones de Angelina Jolie en el programa Today, vestida con jersey y pantal¨®n negros, y el estreno en Londres de Invencible, con un vestido blanco de capa y falda recta, un modelo de Ralph & Russo. Y en el palacio de Buckingham, cuando la reina Isabel la nombr¨® Dama Honor¨ªfica de la Gran Cruz?en octubre, con un traje de chaqueta gris paloma, tambi¨¦n de Ralph & Russo. Y en Sydney, Australia, en diciembre, con un vestido drapeado de Versace hasta la rodilla gris.
En otras palabras, Jolie rechaza los estampados, las lentejuelas y cualquier elemento de distracci¨®n. Lejos quedan los tiempos en los que llevaba ampollas con sangre de su exmarido Billy Bob Thornton colgadas del cuello. En su lugar, elige prendas que revelan correcci¨®n, buen gusto y muy buena educaci¨®n; prendas que, en otro contexto, seguramente resultar¨ªan aburridas, pero que expresan de manera muy concisa que Jolie est¨¢ decidida a trabajar detr¨¢s de la c¨¢mara, no delante ¡ªde hecho, se siente m¨¢s c¨®moda all¨ª¡ª y que va a hacer todo lo que sea necesario para que la tomen en serio.
Con ese fin, incluso sus apariciones en la alfombra roja han sido relativamente conservadoras, por lo menos, en comparaci¨®n con el vestido de Versace que dejaba ver la pierna en 2012. Desde su esm¨®quin en la ceremonia de los Baftas de 2014 hasta el Elie Saab que la tapaba por completo en los ¨²ltimos Oscar.
Puede parecer rid¨ªculo pensar que hacen falta colores apagados y que no se vea nada de carne para convencer al mundo de la seriedad profesional, pero encajar en el estereotipo es para muchos una forma de conseguir antes los objetivos. ?A la dignidad a trav¨¦s de los colores naturales! Puede que sea embarazoso reconocerlo (no cabe duda de que lo es, en gran parte porque deja al descubierto las conjeturas que hacemos de forma autom¨¢tica), pero funciona.
Ya lo dijo la actriz Kerry Washington (Scandal) a la revista Glamour en 2013, al explicar su epifan¨ªa sobre la forma de vestir en p¨²blico: ¡°Pens¨¦ que me faltaba una herramienta importante. Si soy la presidenta de la Kerry Washington Corporation, mi departamento de marketing no est¨¢ haci¨¦ndolo bien. As¨ª que podemos decir que cre¨¦ un personaje nuevo: la Kerry de la alfombra roja¡±.
El prop¨®sito de Washington no era que la tomaran en serio como directora sino que le dieran mejores papeles, pero su forma de utilizar las apariciones en p¨²blico con prendas que hac¨ªan que se hablara de ella la ayud¨® .
La teor¨ªa es la misma. Al fin y al cabo, el cine consiste en parte en crear personajes a partir de su vestimenta, y eso sirve tambi¨¦n para la imagen p¨²blica. No es que no sea un esfuerzo sincero; es que adem¨¢s es estrat¨¦gico.
Por supuesto, Angelina Jolie no es la primera actriz que utiliza la ropa como herramienta para lograr una imagen y una trayectoria profesional determinadas. Adem¨¢s de saber que muchas actrices ten¨ªan muy poca confianza en su propio gusto y estaban encantadas de poner ese tipo de decisiones en manos de otra persona, gran parte del ¨¦xito de Giorgio Armani en Hollywood se ha debido a su capacidad de despejar el factor sexual de la ecuaci¨®n.
Si Julia Roberts testific¨® ante el Congreso de Estados Unidos en 2002 vestida con camisa blanca, chaqueta negra y gafas, fue por algo. Lo que ha hecho Angelina Jolie ahora es adoptar la idea de forma m¨¢s exhaustiva, y quiz¨¢ con m¨¢s ¨¦xito que sus colegas.
Y el resultado tiene connotaciones que no solo afectan al mundo de las alfombras rojas y las nominaciones a los Oscar.
Resulta curioso que la campa?a de promoci¨®n de Invencible, sumada a la labor humanitaria de Angelina Jolie como embajadora de Naciones Unidas, haya contribuido a crear un movimiento no del todo ir¨®nico en la Red para apoyar su posible carrera pol¨ªtica, #jolieforpresident, hasta el punto de que, en su n¨²mero de diciembre, Vanity Fair le pregunt¨® con toda seriedad por sus intenciones pol¨ªticas. La respuesta de la actriz fue: ¡°Estoy abierta¡±.
Que todo esto desemboque o no en una candidatura al Oscar para ella (y, la verdad, deber¨ªan darle uno por interpretar su propio personaje), su estrategia es digna de estudio ahora que nos aproximamos a la otra temporada de campa?as y empiezan a surgir en la pol¨ªtica preguntas sobre la vestimenta ¡°apropiada¡±. Hace poco, los republicanos de la Asamblea del Estado de Montana establecieron unas directrices sobre lo que constituye un atuendo aceptable en un medio profesional. Despu¨¦s de todo, es posible que ella misma tenga que usarla.
? 2014 New York Times News Service
Traducci¨®n M? Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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