Un a?o decisivo para Europa
La batalla por la pol¨ªtica de austeridad amenaza no solo a la eurozona sino a toda la UE
La crisis del euro, se dice, termin¨®. La calma ha regresado a los mercados financieros en medio de promesas inquebrantables de parte de las autoridades de la Uni¨®n Europea ¡ªparticularmente el Banco Central Europeo¡ª de que se preservar¨¢ la uni¨®n monetaria. Pero las econom¨ªas del sur de Europa siguen deprimidas, y la eurozona en su totalidad sufre una situaci¨®n de estancamiento econ¨®mico, una presi¨®n deflacionaria y, en los pa¨ªses en crisis, un desempleo persistentemente alto.
Como es de imaginar, en vista de la evidente incapacidad de las autoridades de la UE para poner fin al malestar, muchos Estados miembro est¨¢n perdiendo la paciencia con la austeridad. De hecho, algunos pa¨ªses afrontan ya turbulencias pol¨ªticas. Cuando se produzcan, estas turbulencias estar¨¢n probablemente desencadenadas ¡ªcomo sucedi¨® con la crisis del euro¡ª por Grecia. El Parlamento griego ha fracasado, tras tres intentos, en la tarea de elegir un nuevo presidente, por lo que ser¨¢ disuelto y se producir¨¢ una convocatoria electoral apresurada. El riesgo es que Syriza, un partido socialista de extrema izquierda, llegue al poder.
Para ganar, Syriza o bien debe enga?ar a sus votantes sobre sus opciones, o bien debe insistir en que renegociar¨¢ las condiciones de reembolso impuestas a Grecia por la troika ¡ªComisi¨®n Europea, BCE y Fondo Monetario Internacional¡ª e iniciar¨¢ una acci¨®n unilateral en caso de un fracaso de la renegociaci¨®n. Pero cualquier renegociaci¨®n tras una victoria de Syriza desatar¨¢ sin duda una tormenta pol¨ªtica en el sur de la UE que barrer¨¢ la austeridad y desatar¨¢ una nueva crisis en la eurozona.
El resultado electoral en Atenas podr¨ªa atizar el p¨¢nico en los mercados financieros
Por supuesto, Grecia en s¨ª misma es demasiado peque?a para que sus problemas representen alg¨²n peligro real para la eurozona. Pero el resultado electoral en Atenas podr¨ªa atizar el p¨¢nico en los mercados financieros, causando una crisis que amenazar¨ªa con propagarse a Italia, la tercera mayor econom¨ªa de la eurozona, y, con cierto retraso, a Francia, la segunda econom¨ªa m¨¢s importante.
Tambi¨¦n en Italia hay se?ales que apuntan a una inminente tormenta que, de producirse, no solo acabar¨ªa con la austeridad sino que afectar¨ªa tambi¨¦n, y cada vez m¨¢s, al propio euro. Despu¨¦s de que la tormenta golpeara Italia, Francia ser¨ªa la pr¨®xima v¨ªctima.
El conflicto sobre la austeridad se ha vuelto pol¨ªticamente explosivo porque se est¨¢ convirtiendo en un conflicto entre Alemania e Italia ¡ªpeor a¨²n, entre Alemania y Francia, el t¨¢ndem que ha ejercido como motor de la integraci¨®n europea durante seis d¨¦cadas¡ª. Y todo ello est¨¢ sucediendo en un momento en el que fuerzas nacionalistas antieuropeas se est¨¢n estableciendo en los Parlamentos nacionales y estatales de Alemania ¡ªy en las calles¡ª reduciendo as¨ª sustancialmente el espacio de negociaci¨®n de la canciller Angela Merkel. La batalla entre los defensores y opositores de la austeridad amenaza, por ende, con hacer trizas no s¨®lo la eurozona, sino la UE en su totalidad.
La crisis en la eurozona y la reticencia a intentar alguna estrategia europea real para reactivar el crecimiento han contribuido ¡ªno exclusivamente, pero s¨ª de forma significativa¡ª al renacimiento del nacionalismo dentro de la UE. La fuerza de esta tendencia pol¨ªtica se hizo evidente en mayo de 2014, cuando los populistas antieuropeos tuvieron buenos resultados en las elecciones al Parlamento Europeo. Desde entonces, no han dejado de crecer.
Una Europa que envejece necesita urgentemente m¨¢s inmigrantes, no menos
En cierto modo, esto parece extra?o. Despu¨¦s de todo, ninguno de los problemas que ahora afronta Europa o que deber¨¢ afrontar en el futuro pueden resolverse mejor solo a nivel nacional que dentro de la UE y en el marco de una comunidad pol¨ªtica supranacional. De hecho, la xenofobia nacionalista es particularmente absurda a la vista de las realidades demogr¨¢ficas: una Europa que envejece necesita urgentemente m¨¢s inmigrantes, no menos.
Tambi¨¦n es destacable lo poco que se ha escandalizado Europa ante el respaldo que los nuevos y viejos nacionalistas de la UE han recibido de Rusia; el Gobierno del presidente Vlad¨ªmir Putin ayud¨® por ejemplo a financiar al Frente Nacional franc¨¦s a trav¨¦s de un pr¨¦stamo multimillonario en euros girado a trav¨¦s de un banco ruso. Al parecer, los valores autoritarios y las opiniones nacionalistas (junto con una fuerte dosis de antinorteamericanismo) crean v¨ªnculos que unen.
No es ninguna exageraci¨®n decir que la UE est¨¢ hoy interna y externamente amenazada por un nacionalismo reaccionario, raz¨®n por la cual la pr¨®xima crisis del euro cobrar¨¢ la forma de una crisis pol¨ªtica. ?Por qu¨¦, entonces, las autoridades de Berl¨ªn, Bruselas y de las otras capitales de la UE no est¨¢n dispuestas a cambiar sus pol¨ªticas, cosa que obviamente ha agravado una situaci¨®n que de por s¨ª era ya mala? Observar a la UE desde afuera es como mirar una colisi¨®n de trenes en c¨¢mara lenta; una colisi¨®n que, adem¨¢s, fue anunciada en la estaci¨®n.
Y despu¨¦s est¨¢ Reino Unido, que se acerca cada vez m¨¢s, de forma continuada y con aparente determinaci¨®n, a un Brexit (salida brit¨¢nica de la Uni¨®n Europea). Ese peligro va m¨¢s all¨¢ de 2015; no obstante, es un componente importante del panorama general de la inminente crisis en la UE. M¨¢s all¨¢ de si finalmente Reino Unido se separa pol¨ªticamente del continente, este a?o marcar¨¢ un punto de inflexi¨®n para Europa.
Joschka Fischer, ministro de Relaciones Exteriores y vicecanciller de Alemania entre 1998 y 2005, fue l¨ªder del Partido Verde alem¨¢n durante casi 20 a?os.
??Project Syndicate/Institute for Human Sciences, 2014.
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