Metano marciano en el r¨ªo Tinto

Algo est¨¢ ocurriendo en Marte que trae de cabeza a los cient¨ªficos. Se resume en una palabra: metano. El rover Curiosity lleva tiempo desliz¨¢ndose por la ladera de una colina de cinco kil¨®metros de altura que surge en medio de un cr¨¢ter marciano muy antiguo. Lleva un aparato, SAM, provisto de un l¨¢ser capaz de medir, entre otras cosas, min¨²sculas concentraciones de metano en el aire, un gas que all¨ª es casi inexistente ¨Capenas una parte de metano por cada mil millones¨C. Pero durante dos meses, la m¨¢quina ha detectado en cuatro ocasiones picos de metano en concentraciones diez veces superiores. Estos efluvios se han producido cerca del robot, al norte, con la suerte de que los vientos marcianos los acercaron hasta sus propias ¡°narices¡±. Un a?o atr¨¢s, y en el mismo lugar, el SAM no hab¨ªa detectado m¨¢s metano de lo normal.

En la Tierra, el 90% del metano lo producen, entre otros, los microorganismos en los pantanos, r¨ªos y oc¨¦anos, y tambi¨¦n los intestinos de las vacas. El 10% restante corre a cargo de las erupciones volc¨¢nicas y otros procesos geol¨®gicos. Pero en Marte los volcanes est¨¢n extinguidos y no hay vacas marcianas. Es un planeta helado hasta los huesos, con una atm¨®sfera enrarecida. As¨ª que si hay algo que produce metano all¨ª, de acuerdo con Chris Webster, uno de los autores del hallazgo que publica Science, se alimenta una esperanza: ¡°Metano en Marte podr¨ªa reducirse a vida en Marte¡±, explica a Scientific American.

?Estamos ante las primeras se?ales de vida? El equipo de Webster a?ade que hay explicaciones alternativas: los rayos ultravioleta que azotan Marte sin piedad arrancan metano de restos de meteoritos o cometas que han ca¨ªdo all¨ª. Nadie en la NASA ha salido corriendo gritando ?vida! despu¨¦s de algunos intentos del pasado de no muy buen recuerdo.

En la Tierra, el 90% del metano lo producen, entre otros, los microorganismos en los pantanos, r¨ªos y oc¨¦anos

Las misiones, incluidos los rovers, no son otra cosa que extensiones tecnol¨®gicas de los sentidos de los ge¨®logos. Ellos han tomado el mando y un bi¨®logo podr¨ªa preguntarse si estos cient¨ªficos est¨¢n lo suficientemente preparados para encontrar pistas de vida.

No es el caso de Ricardo Amils, catedr¨¢tico de Microbiolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma y del Centro de Astrobiolog¨ªa del INTA-CSIC, que explica que los rovers solo pueden estudiar ¡°si el planeta fue habitable en el pasado¡±. Pero que el metano aparezca y desaparezca es algo que no le molesta. Es perfectamente concebible que existan microorganismos que lo produzcan mientras que otros lo consuman. Ocurre en la Tierra desde muy antiguo. El problema, asegura cuando tratamos de averiguar qu¨¦ demonios est¨¢ viendo el Curiosity, ¡°es que quiz¨¢ estamos delante de algo y no lo sabemos¡±.

Su equipo est¨¢ perforando el lecho del r¨ªo Tinto, donde se han encontrado los mismos minerales que en Marte. Y a 600 metros de profundidad, Amils y sus colegas se han topado con ¡°microorganismos que producen metano y otros que lo consumen¡±. Ha propuesto a la NASA que traiga el duplicado del instrumento SAM del Curiosity para comparar la se?al obtenida con la de su hom¨®logo en Marte. ?Coincidir¨ªan? Toda una apuesta tipo CSI. ¡°Nos podr¨ªa ayudar a entender qu¨¦ niveles de metano se pueden esperar de un sistema an¨¢logo¡±, concluye.