El empresario que comenz¨® haciendo remiendos
La discrecci¨®n es la m¨¢xima vital de Thomas Meyer, fundador de Desigual
Finalizada la reuni¨®n, uno de los asistentes no pudo callar m¨¢s. ¡°A estos t¨ªos se les ha ido la olla¡±. Acababan de escuchar una historia fenomenal. El sue?o de convertir una compa?¨ªa de moda que aquel 2003 ingresaba ocho millones de euros en un gigante de mil millones. Y los oyentes, todos empresarios del sector comercial, no acababan de creerse el discurso de Manel Adell, entonces director general de Desigual. Mientras ¨¦l hablaba, a su lado, otra persona escuchaba en silencio. Era Thomas Meyer, fundador, propietario y presidente de la compa?¨ªa de moda. ¡°Era muy introvertido, seriote, muy cerrado¡±, recuerda una de las personas que lo invit¨® a aquel encuentro restringido. ¡°No hablaba¡±.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces y Desigual ha crecido tanto que incluso rozar¨¢ este a?o aquel objetivo de ventas. Pero en Meyer apenas hay huellas de cambio. La discreci¨®n contin¨²a siendo la marca de la casa de este suizo de 55 a?os afincado en Espa?a. Lleg¨® a Barcelona siendo un ni?o y siguiendo los pasos profesionales de su padre. Despu¨¦s, tras vivir en otros pa¨ªses, se traslad¨® a Ibiza en los primeros ochenta. Siempre neg¨® haber tenido algo que ver con el movimiento jipi. En la isla fue donde cre¨® su tienda de mayor ¨¦xito y fue all¨ª donde naci¨® Desigual, en 1984, aunque su sede siempre estuvo en Barcelona. El origen es conocido: Meyer reconvirti¨® en cazadoras una partida de 3.000 vaqueros a golpe de patchworking (o coser remiendos, como dir¨ªa una abuela).
El empresario suizo de 55 a?os huye de la vida p¨²blica como Amancio Ortega
Desde entonces este empresario no ha parado. Est¨¢ detr¨¢s de cada uno de los coloridos y atrevidos dise?os que han llevado a su marca por medio mundo. Se invent¨® la frase ¡°la vida es chula¡± con la que pretende definir el concepto Desigual. Incluso dijo que quer¨ªa botellas colgadas del techo de su gran tienda ante el mar (en Barcelona) y all¨ª est¨¢n, a centenares. ¡°Es una de esas personas muy especiales que ha creado un imperio de la nada y a las que siempre tienes que darles la raz¨®n¡±, explica un extrabajador. Otro, que tambi¨¦n prefiere no dar su nombre, refuerza esta idea: ¡°Es una persona humilde, muy pr¨®ximo al resto de sus trabajadores y que s¨ª sabe salir de sus propias ideas, aunque antes tienes que argument¨¢rselo muy bien¡±.
Mantener el anonimato es una condici¨®n indispensable para que quienes le conocen se atrevan a decir algo del propietario de Desigual. Algunos de sus colaboradores actuales --y ¨¦l mismo-- han rechazado hacer declaraciones a este diario. Saben que Meyer detesta que se hable de ¨¦l y de su vida privada, de la que hay quien dice que solo la conocen bien su exmujer y Adell. ¡°Mucha de la informaci¨®n que manejas diariamente, mientras realizas tu trabajo, es confidencial y debes tratarla con cuidado, tanto la que se refiere al negocio como a los datos de car¨¢cter personal. Es mejor que no comentes con terceras personas la informaci¨®n que se refiere a la compa?¨ªa o a las personas que trabajan en Desigual¡±, aconseja a la plantilla el libro blanco de la compa?¨ªa, seg¨²n desvel¨® la publicaci¨®n especializada Modaes.es. Parece un punto escrito a medida de Meyer.
¡°Tom¨¢s¡± ¨Ccomo le llaman quienes le conocen-- es al¨¦rgico a los actos p¨²blicos y a los medios de comunicaci¨®n, como Amancio Ortega o Isak Andic, otros grandes de la moda espa?ola. Apenas se sabe que sus pasiones son el mar, para navegar, y la monta?a, para hacer senderismo. Que vive en el barrio del Born de Barcelona, con su pareja actual y su ¨²ltima hija (tiene otras dos de una relaci¨®n anterior). Y que acostumbra a coger la bicicleta para desplazarse por la ciudad, en la que huye de actos sociales, aunque sean de ocio.
Su discreci¨®n es el alma opuesta de lo que proyecta la marca que ha creado, dada a hacerse popular mediante la provocaci¨®n y la controversia, como han demostrado sus campa?as publicitarias ¨Cuno de los ¨²ltimos anuncios para celebrar el d¨ªa de la madre mostraba a una joven emulando divertida estar embarazada con un coj¨ªn y pinchando despu¨¦s unos preservativos¡ªo la decisi¨®n de saltarse las leyes a la torera el pasado mes de diciembre y abrir tres tiendas en domingo en Barcelona.
En la nueva sede corporativa del grupo, en primera l¨ªnea de mar, Meyer se mezcla con todo el mundo. Est¨¢ obligado ya que el edificio no tiene despachos donde recluirse pero tambi¨¦n porque, seg¨²n explican, le gusta tratar con los que est¨¢n al pie del ca?¨®n del negocio. En ese gigante que es Desigual, Meyer es el artista. En la reuni¨®n a la que llama el sue?o y que sirve para iniciar los dise?os de la pr¨®xima temporada, les dice a los dise?adores cu¨¢les deben ser las claves. No se fabricar¨¢ nada a lo que no le haya dado el visto bueno.
Convirti¨® una marca de moda de ocho millones en un gigante de mil
Despu¨¦s de tener que declarar a la suspensi¨®n de pagos en 1988 supo que la gesti¨®n la ten¨ªa que ceder. En un primer momento lo confi¨® todo a Adell, la persona a la que conoci¨® en un velero rumbo a Nueva York y a quien desde entonces (2003) quiso como segundo de a bordo de Desigual. Diez a?os despu¨¦s, cuando ten¨ªan que revisar el contrato que les un¨ªa en la sociedad y una amistad que se hab¨ªa empezado a romper, acordaron la salida de Adell a cambio de 200 millones de euros, el dinero en que se valor¨® el 30% de la compa?¨ªa que estaba en manos del ya consejero delegado. Hay un antes y un despu¨¦s en la compa?¨ªa desde ese momento, como demuestra el baile de salidas de altos y medios cargos de la firma, cr¨ªticos con el cambio de formas que ha comportado el relevo.
Pero Desigual sigue en la cresta de la ola. Meyer arranc¨® 285 millones del fondo de inversi¨®n franc¨¦s Eurazeo para que este se hiciera con solo el 10% del capital. Y eso asegur¨¢ndose para ¨¦l 135 millones en concepto de dividendo por los ejercicios de 2013 y 2014. Pero su dinero no hace ruido.
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