De tripas, coraz¨®n
Se impone un tope legal al acaparamiento del mercado del lujo masculino por parte de seg¨²n qu¨¦ diosas de la casta televisiva
Dir¨¢s que mis problem¨¢ticas particulares te son inveros¨ªmiles, perd¨®n, indiferentes, pero hay semanas en que perpetrar esta columna se le hace a una m¨¢s cuesta arriba que remontar la ¨ªdem de enero a base de br¨®coli crudo como decretan las revistas femeninas. Y no, no es solo porque despu¨¦s de los polvorones ya no me quepan ni los sayones m¨¢s oversize de las rebajas, que ya es un drama. Flaqueo porque, con los yihadistas de punta que est¨¢n cayendo ah¨ª fuera, ya me dir¨¢s t¨² con qu¨¦ cuerpo se pone una a hablar de p¨¢jaros y flores como Floriano por G¨¦nova. Por cierto, Carlos, prenda, t¨² a lo tuyo, que solucionarnos no nos solucionar¨¢s nada, pero al menos nos alegras las pajarillas. Lo tuyo s¨ª que es un pelazo y un apellido bien puesto y no el cr¨¢neo privilegiado de Guindos, que no se caer¨ªa del ¨ªdem macroecon¨®mico en el que habita ni de voluntario en un comedor de C¨¢ritas. Pero en fin, necesidad obliga, vamos al l¨ªo. Como no est¨¢ el patio como para jugarse el tipo con seg¨²n qu¨¦ chistes subversivos sobre lo de Mahoma y la monta?a, haremos de tripas coraz¨®n y disertaremos sobre el romance entre Fernando Alonso y Lara ?lvarez, como si eso le importara a alguien un br¨¦col, perd¨®n, bledo.
A ver, no me vayas a tachar de amargada ni de resentida ni de envidiosa, ojo. Que a m¨ª me parece fenomenal que la juventud baile, intime y pasee su amor por Mc Laren, yate y jet privado entre Nueva York y Dub¨¢i como si fuera entre Pinto y Valdemoro. Que valoro superpositivamente que las compa?eras de las nuevas hornadas se levanten a los t¨®tems m¨¢s cotizados de la actualidad entre directo y directo. Pero, francamente, y ah¨ª estoy con Pablo Iglesias, yo acababa con semejante abuso de poder, y pon¨ªa un tope legal al acaparamiento del mercado del lujo masculino por parte de seg¨²n qu¨¦ diosas de la casta televisiva. Que si Sara Carbonero, que si Romina Belluscio, que si Pilar Rubio, que si Melissa Jim¨¦nez, que si Cristina Pedroche, al tiempo. Vale que las nuevas vienen guapas, competentes y pol¨ªglotas de serie, pero ya est¨¢ bien de que las veteranas tengamos que tragar con ese oligopolio de unas tantos y otras tan poco.
Lo que queda claro con tanto idilio entre guapos, ricos y famosos es que a nadie le amarga un dulce. Mira si no a Juan Carlos Monedero, el duro-dur¨ªsimo de Podemos, trocado en corderillo en cuanto la casta del pijer¨ªo madrile?o le ha abierto sus salones-comedores. Tanto levantar el pu?o, tanto cantar L'Estaca, y tanto con que hay que sangrar a los grandes patrimonios, y va y acepta la invitaci¨®n de Carmen Lomana para comerse el rosc¨®n en su casa del barrio de Salamanca. Que Lomana tiene manga ancha con los se?ores y las siglas est¨¢ acreditado desde que ella misma se ofreciera a plancharle las camisas al ide¨®logo por Twitter. Pero es que no qued¨® ah¨ª la cosa. Seg¨²n ha trascendido, el ultra radical estuvo supermono, superideal y superatento con las se?oras vestido con un su¨¦ter de Massimo Dutti. Y ah¨ª es donde veo el peligro, Alfonso D¨ªez. Yo que t¨² me iba aliviando el luto por Cayetana o, mientras los de Podemos le expropian o no Liria a tus hijastros, Monedero te come la merienda como nuevo novio de Espa?a.
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