Las cuatro crisis de Podemos
Los partidos deben responder al desaf¨ªo de un nuevo jugador en el tablero pol¨ªtico
Un fantasma recorre Espa?a: el fantasma de Podemos. Desde las elecciones europeas de la primavera pasada, el sistema pol¨ªtico espa?ol est¨¢ estresado por la amenaza de un objeto pol¨ªtico no identificado que promete una transformaci¨®n radical del orden constitucional surgido de la Transici¨®n. Partidos, instituciones representativas y medios de comunicaci¨®n han de responder al desaf¨ªo de un nuevo jugador cuyo perfil no se adapta del todo a lo que est¨¢bamos acostumbrados a ver.
Pero, ?qu¨¦ es Podemos? Por ahora esta pregunta s¨®lo se puede contestar de manera provisional. Aqu¨ª avanzaremos una respuesta alrededor de cuatro elementos que manifiestan los efectos de una crisis econ¨®mica y al menos tres crisis pol¨ªticas diferentes: de l¨ªderes, de discursos y de partidos.
1. Podemos es un movimiento social. Por lo que sabemos, la mayor¨ªa del electorado de Podemos se nutre de dos fuentes: votantes frustrados con el PSOE y el PP, por un lado, y abstencionistas tradicionales movilizados por los efectos de la crisis econ¨®mica en la que nos hallamos inmersos.
Empecemos por los votantes. La segunda legislatura de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en el poder (2008-2011) se parece mucho a una fruta cortada de cuajo por la mitad. El problema es que una parte se antoja una naranja y la otra un lim¨®n. La naranja: Zapatero mantuvo durante meses su intenci¨®n de gestionar la crisis sorteando la penalizaci¨®n a las clases medias y trabajadoras que se suger¨ªa desde Bruselas. El lim¨®n: la presi¨®n pol¨ªtica y medi¨¢tica lleg¨® a ser tan fuerte que el expresidente termin¨® por dar su brazo a torcer. La consecuencia: la ¡°salida social de la crisis¡±, principal encuadre del PSOE, termin¨® hecha a?icos encima de la mesa de una socialdemocracia en descr¨¦dito. El PPSOE, tan coreado en las calles del 15M, estaba tomando carta de naturaleza.
En este sentido, las elecciones de 2011 pueden entenderse como un ¡°puestos a recortar, que recorten los que saben¡±, en clara referencia al PP. Rubalcaba recib¨ªa una herencia envenenada: un socialismo sin argumentos y con el principal de sus encuadres inoperante. La cr¨ªtica a la pol¨ªtica del recorte resultaba ya imposible y, con ello, su capacidad de maniobra. Y aqu¨ª entra Podemos. Los ide¨®logos de la nueva formaci¨®n no tuvieron m¨¢s que dejar pasar el tiempo y conectar con el descontento callejero. El verdadero logro de la nueva formaci¨®n tiene mucho m¨¢s que ver con la comunicaci¨®n del descontento que subyace al PPSOE que en su propia creaci¨®n. Gran parte de lo que surge a partir del 15M y las distintas mareas reivindicativas (educaci¨®n, sanidad, vivienda¡) se vuelve tangible mediante la marca Podemos.
Podemos es el suceso pol¨ªtico m¨¢s interesante en los ¨²ltimos 30 a?os
En su momento fundacional, enero de 2014, corre ya por Espa?a un poderoso movimiento social de rechazo al sistema donde confluyen estos dos grupos frustrados, los viejos votantes del PPSOE y las nuevas v¨ªctimas del precariado y el desempleo masivos. Podemos ha convertido en c¨ªrculos esas mareas: las ha fijado a objetivos pol¨ªticos sin dejar de mantenerlas en movimiento, por lo menos hasta ahora, lo que le proporciona una fuente de energ¨ªa pol¨ªtica ¡ªcarisma genuino, manufacturable en forma de liderazgo pseudocarism¨¢tico¡ª de la que los grandes partidos carecen.
2. Podemos es una nueva elite pol¨ªtica. Con Podemos entra en juego un grupo de intelectuales de izquierda, universitarios, con conocimientos y experiencia en el campo de la comunicaci¨®n pol¨ªtica (especialmente en Am¨¦rica Latina). Desde 2008, a partir del ¨¦xito de un programa de televisi¨®n local, esta ¨¦lite va entrando en la arena del poder y acuerda con las peque?as formaciones que pugnaban por representar a los indignados la creaci¨®n de una supermarca electoral de cara a las Europeas de mayo. Pablo Iglesias es la cara principal del grupo, sin cuyo saber-hacer el voto de la frustraci¨®n se habr¨ªa perdido entre logotipos.
3. Podemos es una nueva ret¨®rica pol¨ªtica. ?En qu¨¦ consiste este saber-hacer? La ¨¦lite de Podemos es antes que otra cosa una ¨¦lite medi¨¢tica, m¨¢s concretamente televisiva. Tras curtirse en el formato de tertulia pol¨ªtica hooligan de las cadenas digitales, en 2013 los responsables de Producciones CMI (Con Mano Izquierda) dan el salto a las cadenas generalistas de televisi¨®n y se convierten en ¡°estrellas¡± de programas como Las ma?anas de Cuatro y La sexta noche, que han popularizado una nueva manera de hablar y por tanto hacer pol¨ªtica, desde el partisanismo y la confrontaci¨®n en lugar del debate en busca de consenso. Podemos es, tambi¨¦n, un ejemplo de colonizaci¨®n del campo pol¨ªtico por parte del campo medi¨¢tico, proceso detectado por el soci¨®logo Pierre Bourdieu (Sur la t¨¦l¨¦vision, 1996) y sobre cuyas consecuencias a¨²n no se ha reflexionado lo suficiente.
Desde el punto de vista ret¨®rico, la gran victoria de esta formaci¨®n ha sido la imposici¨®n de la met¨¢fora de la casta, con la que movimiento y partido se dotan de objetivo adem¨¢s de cambiar el marco pol¨ªtico tradicional (izquierda-derecha), que divid¨ªa al electorado en dos mitades m¨¢s o menos iguales y leg¨ªtimas, por otro que sit¨²a a todo el pueblo frente a un enemigo com¨²n: banqueros, especuladores, troika y PPSOE. Es por eso que, para desconcierto de algunos, Podemos pide el voto por la izquierda y la derecha y sin duda es, desde el punto de vista t¨¦cnico, un partido populista, neopopulista o simplemente pop en el t¨¦rmino acu?ado por Gianpietro Mazzoleni y Anna Sfardini (Politica pop, 2009). Aunque mejor es invertir el argumento: la televisi¨®n ha convertido la pol¨ªtica en pol¨ªtica pop y Podemos es el primer actor que en Espa?a se ha adaptado al nuevo juego.
4. Podemos es el resultado de un sistema pol¨ªtico agotado. El ¨¦xito de Podemos es tambi¨¦n el fracaso del modelo de bipartidismo imperfecto heredado de la Transici¨®n. Aunque existen excepciones, los partidos centrales de nuestro arco parlamentario vienen actuando desde hace tiempo m¨¢s como defensores de privilegios ¡ªpropios y ajenos¡ª que como paladines del bien com¨²n. En tiempo de bonanza no supieron enfriar la euforia, ni emplear la riqueza nueva en medios de producci¨®n ligados a la innovaci¨®n, y en la escasez no han sabido explicar a una poblaci¨®n adulta por qu¨¦ y para qu¨¦ es necesario tanto sufrimiento. En definitiva, es dif¨ªcil esquivar la conclusi¨®n de que nuestra democracia necesita una reactivaci¨®n. Y el partido de Pablo Iglesias gusta porque se ofrece para llevarla a cabo.
Podemos es el suceso pol¨ªtico m¨¢s interesante ocurrido en Espa?a en los ¨²ltimos 30 a?os. Su futuro electoral es incierto y m¨¢s a¨²n lo son las consecuencias que tendr¨¢ su emergencia sobre nuestro orden pol¨ªtico. En clave interna, la apuesta fundamental es el mantenimiento del matrimonio, mal avenido tambi¨¦n, entre movimiento social y partido pol¨ªtico. Este objetivo depende por completo de la alquimia entre televisi¨®n e Internet, territorios respectivos de la ¨¦lite y los c¨ªrculos. Mientras pueda presentarse como ambas cosas, la nueva formaci¨®n tendr¨¢ una ventaja estrat¨¦gica decisiva: nunca ser¨¢ del todo casta. En clave externa, los dem¨¢s partidos pueden temblar, si quieren, o esforzarse en entender que con Podemos (e incluso a pesar de Podemos, eso ya se ver¨¢) alcanza la mayor¨ªa de edad una ciudadan¨ªa m¨¢s culta y politizada, capaz de conectar problemas personales y contradicciones colectivas. Un ciudadano que no ha existido nunca en la historia de Espa?a pide la palabra frente a una estructura de poder cada vez m¨¢s cerrada y opaca. Se va definiendo as¨ª, m¨¢s claramente, la cuesti¨®n social del siglo XXI.
Luis Garc¨ªa Tojar y Ant¨®n R. Castromil son profesores de Sociolog¨ªa y Opini¨®n P¨²blica en la Universidad Complutense de Madrid.
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