¡°Los hijos los tengo cuando quiero¡±
Los m¨¦todos anticonceptivos se abren paso poco a poco en ?frica, a pesar de cierto rechazo cultural y religioso. Las mujeres apuestan cada d¨ªa m¨¢s por la planificaci¨®n familiar. El caso de Senegal
Once de la ma?ana. En el barrio de Medina, situado en el coraz¨®n de la ciudad de Dakar, Ami Dioum, de 32 a?os, prepara salsa de cebolla. Sentada en un banco en la calle, en la puerta de su humilde casa, en realidad una habitaci¨®n que comparte con su marido, Dadou, carpintero, y con sus cuatro hijos, revuelve con una cuchara de madera el interior de un viejo caldero. All¨ª mismo vende unos sabrosos bocadillos de carne muy populares entre sus vecinos. Entre sus piernas revolotea el peque?o Assane, de tres a?os, el m¨¢s peque?o de su prole. Los otros tres, Idrissa, Sokhna y Aida, est¨¢n a esta hora en el colegio. ¡°La vida es dif¨ªcil¡±, confiesa sin levantar la cabeza, ¡°ya has visto c¨®mo vivimos, por ahora no quiero tener m¨¢s hijos y si decido tenerlos, ser¨¢ cuando yo quiera. Por eso tomo la p¨ªldora¡±. ?Y tu marido qu¨¦ dice?, le pregunto. ¡°Nada, ¨¦l no se mete, dice que son cosas de mujeres¡±.
En ?frica occidental, tal y como reconoce la propia Organizaci¨®n Mundial de la Salud, ¡°el progreso hacia la adopci¨®n de m¨¦todos anticonceptivos ha sido catastr¨®ficamente lento. Las posturas de rechazo siguen siendo una barrera y el acceso a los m¨¦todos anticonceptivos, si bien ha mejorado, sigue siendo sorprendentemente limitado¡±. En este escenario regional, el cambio que se est¨¢ produciendo en los ¨²ltimos a?os en pa¨ªses como Ghana y, sobre todo, en Senegal es m¨¢s destacable a¨²n. Aqu¨ª, cada vez m¨¢s mujeres piensan y hacen como Ami, deciden cu¨¢ntos hijos tener y lo llevan a cabo adoptando alg¨²n m¨¦todo anticonceptivo sin que los hombres se opongan a ello.
Es un fen¨®meno relativamente nuevo, m¨¢s urbano que rural, que avanza lentamente y a veces a trompicones, pero que es imparable y est¨¢ cambiando el rostro de Senegal, un pa¨ªs de profundas convicciones religiosas que no han impedido que la planificaci¨®n familiar ya no sea una gran desconocida. En tan solo ocho a?os, el porcentaje de mujeres casadas que usan alg¨²n m¨¦todo anticonceptivo en este pa¨ªs ha pasado del 4% al 16%, una cifra que podr¨ªa parecer baja desde la perspectiva occidental pero que aqu¨ª es un mundo. Y en la actualidad la media de hijos por mujer se sit¨²a en 5,2 frente a los 8 o 9 de hace dos d¨¦cadas. La historia est¨¢ cambiando. Y se puede comprobar sin salir de la misma familia.
Basta con retroceder una generaci¨®n. Vamos hasta la gran casa familiar, s¨®lo unas calles m¨¢s all¨¢, y nos encontramos con Mamadou Dioum, t¨ªo paterno de Ami. Se sienta en un banco en la calle a tomar el fresco, mientras sus dos esposas preparan la comida. Exoficial de Aduanas, ya jubilado, tuvo la friolera de 19 hijos, 9 de ellos con Hawa Dram¨¦ y 10 con Bintou Gueye. ¡°?Planificaci¨®n familiar? No creo en esas tonter¨ªas. Tuve los hijos que Dios me quiso dar y si pudiera me casaba otra vez. La anticoncepci¨®n no viene del Creador, los ni?os s¨ª¡±, asegura. La propia Ami tiene ocho hermanos, algo nada raro hace 20 o 30 a?os.
¡°En Senegal la planificaci¨®n familiar se enfrenta a numerosos problemas, las creencias, la cultura, la organizaci¨®n social, la religi¨®n. Por ejemplo, en la poligamia tradicional cada esposa quiere dar el mayor n¨²mero de hijos al marido, que adem¨¢s es considerado el tomador de decisiones en la familia¡±, explica Mariama Fall, presidenta de la Asociaci¨®n Nacional de Matronas. Fue en 1986 cuando el Ministerio de Salud senegal¨¦s comenz¨® a trabajar este tema, pero en 20 a?os apenas se produjeron avances significativos. ¡°Nos enfrent¨¢bamos a numerosos obst¨¢culos¡±, a?ade Fall, entre los destacaba el dif¨ªcil acceso a los m¨¦todos de planificaci¨®n o su elevado precio, la existencia de rumores como, por ejemplo, que el DIU puede perforar el ¨²tero o que la p¨ªldora provoca malformaciones, y la baja tasa de alfabetizaci¨®n femenina.
Sin embargo, a juicio de Fall, uno de los grandes obst¨¢culos era, y sigue siendo, el rechazo de una gran cantidad de l¨ªderes religiosos a la planificaci¨®n familiar. ¡°Hay movimientos isl¨¢micos que a¨²n ejercen una enorme resistencia, lo que no ha impedido que la concienciaci¨®n de la poblaci¨®n haya ido en aumento¡±, a?ade. El pasado mes de septiembre se celebraron en Tivaouane unas jornadas denominadas La planificaci¨®n familiar seg¨²n la charia y la suna, a la que asistieron l¨ªderes y expertos religiosos, un indicio de que el debate est¨¢ presente en la sociedad senegalesa. El investigador Mouss¨¦ Fall, miembro de la Red Islam y Poblaci¨®n, aseguraba entonces que ¡°algunos asimilan la planificaci¨®n familiar a un dictado que procede de Occidente, lo que genera que algunos l¨ªderes religiosos la rechacen¡±.
"En ?frica Occidental la adopci¨®n de m¨¦todos anticonceptivos ha sido catastr¨®ficamente lenta"
La mayor parte de los imanes y corrientes religiosas senegalesas ya aceptan la planificaci¨®n familiar, pero s¨®lo por razones m¨¦dicas y sanitarias. Y es en este punto donde pone el acento la Direcci¨®n General de Salud Reproductiva del Gobierno senegal¨¦s, cuyo servicio de Planificaci¨®n Familiar est¨¢ a cargo del doctor Chim¨¨re Diaw. ¡°Tenemos que reducir la mortalidad materna, que en Senegal es de 392 por 100.000 nacimientos, lo que significa que 5 mujeres fallecen al d¨ªa en este pa¨ªs dando a luz. Y para ello hay que reducir el n¨²mero de partos por mujer desde la premisa de que muchos embarazos matan¡±, asegura. Mariama Fall est¨¢ de acuerdo y aclara que ¡°no se trata de limitar los nacimientos, sino de espaciarlos en el tiempo, que entre un embarazo y otro pasen unos tres a?os, cinco como m¨¢ximo, y no como ocurre ahora que son casi seguidos. Esto nos permite reducir la cifra de la mortalidad materna, algo muy mal visto en esta sociedad porque la mujer es el pilar de la familia¡±.
En este combate, el Gobierno de Senegal no est¨¢ solo. Nos acercamos a la humilde Rufisque, en las afueras de Dakar, para visitar un pionero centro de planificaci¨®n familiar montado con ayuda del Fondo de Poblaci¨®n de Naciones Unidas y la ONG Marie Stopes International, con sede central en Reino Unido y cuyo lema principal es: "La libre elecci¨®n de la salud reproductiva". All¨ª se ha montado un equipo m¨®vil integrado por cuatro personas, dos de ellas matronas, para acercarse a las casas de los m¨¢s desfavorecidos e informarles sobre m¨¦todos anticonceptivos, ya que para muchas de estas familias el mero hecho de desplazarse largas distancias ya les supone un problema, por lo raqu¨ªtico de sus medios.
El objetivo es claro y directo, como nos explica Fama Gueye, coordinadora de la unidad m¨®vil EM3: "Llegar a la poblaci¨®n m¨¢s pobre, que no tiene medios de planificaci¨®n; explic¨¢rselos y facilit¨¢rselos, especialmente a las familias con menos recursos, a cambio de un ticket de precio absolutamente simb¨®lico, pero que sirve para que lo aprecien y valoren". Por lo que podemos comprobar, en algunos casos la econom¨ªa familiar no alcanza ni para ese precio simb¨®lico.
En el patio, una docena de mujeres han acudido esta ma?ana a una charla sobre qu¨¦ es y c¨®mo usar la p¨ªldora, el cond¨®n masculino, el cond¨®n femenino, el DIU. Muchas de ellas han tenido que dedicar la ma?ana pues han de desplazarse andando desde su casa. Otras veces, hacen arreglos con vecinos y familiares para que las lleven en moto. Observando que son todas mujeres, la duda y la pregunta surgen r¨¢pidamente: ?Aceptan bien los hombres ponerse el preservativo? Fama Gueye contesta que s¨ª, que ya est¨¢n concienciados, pues han comprobado su eficacia para evitar muchos tipos de infecciones. ?Cu¨¢l es la media de hijos en el barrio? "Estamos por los cinco". Nos explica que, teniendo en cuenta que hay muchas familias de siete, ocho, nueve hijos, el cinco ya es un avance.
La mayor parte de los imanes y corrientes religiosas senegalesas ya aceptan la planificaci¨®n familiar, pero s¨®lo por razones m¨¦dicas y sanitarias
En cuanto a los m¨¦todos preferidos por los senegaleses, la experta matrona Mariama Fall destaca los inyectables porque ¡°son discretos, basta con ir al centro de salud cada tres meses¡± y la p¨ªldora, ¡°sobre todo entre las clases medias y altas¡±. Asimismo, est¨¢ extendido el uso del DIU y de implantes. ¡°La planificaci¨®n familiar es un derecho humano, es el derecho de la mujer a la Salud Reproductiva¡±, explica. Para hacerlo accesible a todas, el Gobierno ha impulsado en los ¨²ltimos a?os un proceso de descentralizaci¨®n, multiplicando los puntos de prestaci¨®n de servicios sanitarios en los que se ofrecen los diversos m¨¦todos. Existe una directiva de precios para impedir que tenga un coste excesivo para la poblaci¨®n, el problema es que las empresas distribuidoras no la respetan siempre.
?Y las mujeres siguen pariendo en casa o en centros de salud? "Digamos que se reparte a porcentajes iguales, y que depende de un solo criterio: la distancia que haya desde su casa al centro de salud". S¨ª, las caminatas determinan muchos aspectos de la vida de esta gente, incluido algo tan esencial como la salud, e incluso la supervivencia, de los beb¨¦s. Como nos ha explicado Mariam Sylla, especialista en Salud de la oficina de Unicef en Dakar, los primeros 28 d¨ªas de la vida de un beb¨¦ son fundamentales para asegurar su futuro, sobre todo por infecciones y afecciones respiratorias, de ah¨ª que esta agencia de Naciones Unidas se vuelque en muchos programas en pa¨ªses de desarrollo en instruir a madres y padres sobre los cuidados esenciales en esas primeras cuatro semanas.
Algo que s¨ª nos deja claro la coordinadora de la unidad m¨®vil es que este tipo de proyectos y de ideas nuevas hay que introducirlos con cuidado y mucha participaci¨®n, que no lo vean como imposiciones ajenas a su cultura y sociedad; de ah¨ª que en cada centro de salud como este que visitamos en Rufisque se monte un comit¨¦ de salud formado por los vecinos, para que sientan que son acciones comunitarias.
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