Gestos que nos salvan
Cada d¨ªa, gracias a gestos cotidianos y a la vez muy poderosos, podemos, (?y debemos!) ofrecer a millones de ni?os y ni?as un buen comienzo en la vida
Una visita al centro de salud para comprobar la evoluci¨®n del embarazo, una ni?a que lava sus manos junto a su casa despu¨¦s de haber usado una letrina limpia, un beb¨¦ mamando pl¨¢cidamente enganchado al pecho de su madre, una mosquitera bien ajustada en torno al colch¨®n a la hora de dormir, un llanto airado al recibir el pinchazo de una vacuna a los pocos meses de nacer. Gestos sencillos, cotidianos, familiares. Gestos que cuidan, que protegen, que acompa?an. Gestos que salvan. Cada d¨ªa, gracias a gestos cotidianos y a la vez muy poderosos, podemos, (?y debemos!) ofrecer a millones de ni?os y ni?as un buen comienzo en la vida.
Cada d¨ªa, y aunque afortunadamente esa cifra desciende cada a?o, a¨²n hay 17.000 que mueren antes de cumplir los cinco a?os, sucumbiendo a enfermedades prevenibles y tratables como la malaria, la diarrea, la neumon¨ªa, la desnutrici¨®n o las complicaciones en el embarazo, parto y postparto. Cada d¨ªa, millones ven reducidas sus posibilidades de desarrollo, por la falta de alimentaci¨®n y cuidados adecuados en sus primeros mil d¨ªas de vida.
En ese periodo cr¨ªtico de los mil d¨ªas, que va desde la gestaci¨®n hasta los dos a?os, toman m¨¢s valor a¨²n esos gestos que cuidan y protegen, y que pueden ofrecer el buen comienzo en la vida al que todos los ni?os tienen derecho.
Pensemos en un peque?o Miguel, de Guatemala o en una peque?a Nadine, de Burundi. Si dejamos pasar esos 1.000 d¨ªas, si Miguel, si Nadine, no reciben los nutrientes adecuados en ese periodo que va desde el embarazo hasta los dos a?os, los efectos ser¨¢n irreversibles a lo largo de toda su existencia. Miguel y Nadine padecer¨¢n desnutrici¨®n cr¨®nica o retraso en el crecimiento, y su desarrollo tanto f¨ªsico como intelectual se ver¨¢ mermado, y nunca podr¨¢n alcanzar todo su potencial. Dicho de otra forma; Miguel y Nadine no llegar¨¢n a ser tan sanos, fuertes e inteligentes como lo hubieran sido de haber recibido los cuidados necesarios. Y esto les ocurre actualmente a 165 millones de ni?os menores de cinco a?os, es decir, a uno de cada cuatro en el mundo. Miguel y Nadine, habiendo nacido en Guatemala, con un 48% de desnutrici¨®n cr¨®nica, y en Burundi, con un 58% no lo tienen f¨¢cil. Si adem¨¢s proceden de zonas rurales, y de familias pobres las probabilidades de que padezcan desnutrici¨®n cr¨®nica se duplican. Tremendamente injusto, ?verdad?
Y no s¨®lo hablamos de salud; estudios realizados en Brasil, Filipinas, Guatemala, India y Sud¨¢frica confirman la relaci¨®n entre el retraso en el crecimiento y el rendimiento escolar. Miguel y Nadine ser¨¢n m¨¢s vulnerables a las enfermedades, y perder¨¢n d¨ªas de colegio. Tambi¨¦n su capacidad cognitiva ser¨¢ menor que la de ni?os sanos, y sus resultados acad¨¦micos m¨¢s bajos. Esto har¨¢ que, al llegar a la edad adulta, su capacidad para generar ingresos sea entre un 5% y un 50% menor, por lo que sus posibilidades de salir de la pobreza se reducir¨¢n. Elev¨¢ndolo a nivel de pa¨ªs, una tasa de desnutrici¨®n cr¨®nica elevada puede implicar una ca¨ªda del PIB de hasta un 11% en algunos pa¨ªses de ?frica y Asia. Y es que la desnutrici¨®n cr¨®nica perpet¨²a la pobreza, impidiendo a millones de ni?os acceder a una vida digna y a desarrollar todas sus posibilidades.
Queda claro que todo lo que podamos hacer en esos 1.000 d¨ªas, esos gestos con los que asegurar a Nadine y a Miguel su derecho a crecer sanos tendr¨¢ un poder enorme para el cambio en sus vidas y en las de sus comunidades. Est¨¢ tan claro que, en las reflexiones para dise?ar la Agenda de Desarrollo post-2015, la tasa de desnutrici¨®n cr¨®nica aparece como un indicador clave, no s¨®lo de salud, sino del desarrollo de los pa¨ªses.
Algunos de esos gestos que salvan, esas pr¨¢cticas familiares esenciales, que previenen la desnutrici¨®n cr¨®nica, y que evitan las principales causas de mortalidad infantil, ofreciendo a ni?os como Miguel y Nadine un buen comienzo en la vida est¨¢n ocurriendo ahora en muchos lugares:
- En un pueblo del distrito de Jacobabad, en Pakist¨¢n, gracias a un programa de formaci¨®n de matronas y agentes de salud comunitarios, hay controles prenatales durante el embarazo, asistencia de personal cualificado en el parto, reduciendo los riesgos de muerte debidos a complicaciones y tambi¨¦n el del bajo peso al nacer, muy relacionado con la desnutrici¨®n cr¨®nica.
- En Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, cada vez m¨¢s mujeres y ni?os duermen bajo mosquiteras impregnadas en insecticida, disminuyendo la incidencia de la malaria. Sufrir malaria durante el embarazo aumenta el riesgo de anemia, que afecta al desarrollo del beb¨¦, y en el caso de los peque?os, es una de las grandes amenazas para sus vidas.
- En la India, gracias a campa?as de comunicaci¨®n masivas, las familias utilizan cada vez m¨¢s las letrinas y son conscientes de la importancia de tomar solo agua limpia, lavarse las manos con jab¨®n, y mantener el entorno limpio para evitar la propagaci¨®n de muchas enfermedades, como la diarrea, y contribuye a un buen estado nutricional
- En Guatemala el fomento de la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses y las recetas con productos locales para iniciar la alimentaci¨®n complementaria a partir de los seis meses est¨¢n contribuyendo al descenso de la desnutrici¨®n cr¨®nica.
- En Mozambique, las campa?as de vacunaci¨®n en todos los rincones del pa¨ªs mejoran cobertura y ofrecen a millones de ni?os una oportunidad de crecer sanos.
- En Mali, y dentro de su campa?a Gestos que Salvan, Unicef promueve tambi¨¦n el uso de sales de rehidrataci¨®n oral, una medida asequible y sencilla para tratar la diarrea y evitar la deshidrataci¨®n.
- En Bolivia, un programa de telesalud en el departamento de Cochabamba ofrece a las mam¨¢s embarazadas que viven en lugares remotos tel¨¦fonos m¨®viles donde reciben mensajes que les ayudan a cuidarse mejor durante el embarazo, les recuerdan las fechas de sus controles y despu¨¦s de los de sus hijos, y les permiten consultar dudas. y comunicar a tiempo cualquier complicaci¨®n.
Se trata de gestos sencillos, poco costosos, en el ¨¢mbito familiar y comunitario y muy, muy efectivos. No obstante, para que las familias de Miguel y de Nadine, sus comunidades, y las de todos los ni?os del mundo puedan llevar a cabo estos gestos, necesitan una apuesta global, en la que estemos implicados todos.
Es necesario que las familias cuenten con suministros esenciales, como vacunas, mosquiteras o agua potable. Que tengan acceso a los conocimientos necesarios sobre cuidados en el embarazo, rutinas de inmunizaci¨®n, alimentaci¨®n adecuada... Es necesario acompa?ar los procesos de cambio de comportamiento para llegar a adoptar estas pr¨¢cticas; a veces desmontar mitos como la creencia de que los beb¨¦s han de tomar tisanas antes que la leche materna. Es necesario acercar a las comunidades m¨¢s pobres y aisladas el acceso a servicios de salud b¨¢sicos y formar personal y agentes comunitarios.
El a?o pasado Unicef distribuy¨® 30 millones de mosquiteras y 2.700 millones de dosis de vacunas, llev¨® a cabo programas de comunicaci¨®n para el desarrollo para promover estos gestos que salvan vidas, facilit¨® el acceso a agua potable, saneamiento, y servicios b¨¢sicos de salud en todo el mundo. Junto con otras organizaciones, gobiernos, donantes y comunidades, Unicef est¨¢ comprometido con todos los Miguel, con todas las Nadine del mundo y con sus familias, para que puedan asegurarles un buen comienzo en la vida.
Y hablando de gestos, y de gestos que salvan, hay uno que no podemos olvidar, y es la sonrisa de cada Miguel y de cada Nadine, cuando crecen sanos y felices. Es el gesto que nos salva de la indiferencia, del des¨¢nimo, del pesimismo. Es el gesto que nos mueve a seguir combatiendo la injusticia, la pobreza, y la desigualdad. E incluso de hacerlo, a pesar del coraje y la impotencia que nos asaltan a veces ante el dolor de muchos peque?os, con una sonrisa.
Blanca Carazo es responsable de Programas del Comit¨¦ Espa?ol de Unicef.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.