Poliestireno: prohibido en Nueva York, permitido en Espa?a
Si para los americanos no es bueno, ?por qu¨¦ nosotros seguimos empleando esa espuma blanca en embalajes y alimentos?
Ya lo quiso hacer, pero sin ¨¦xito Michael Bloomberg, el anterior alcalde republicano de Nueva York. Ahora, su antagonista dem¨®crata Bill De Blasio ha continuado y completado la idea: prohibir todos aquellos envases basados en el poliestireno. O lo que es lo mismo, las bandejas usadas en comida r¨¢pida, pero tambi¨¦n en numerosos productos de supermercado, vasos, platos o las perlas empleadas en el relleno que protege los embalajes. Tras un estudio llevado a cabo por el Departamento de Saneamiento de la ciudad americana, se deduce que el poliestireno es un t¨®xico ambiental declarado como virtualmente imposible de reciclar. Y esto, tambi¨¦n en Espa?a, no deja de ser particularmente pol¨¦mico.
El poliestireno es un pl¨¢stico (y, como tal, derivado del petr¨®leo) que solemos ver fundamentalmente de dos maneras: expandido o extruido. En ambos casos, se trata de una espuma con una gran cantidad de aire en su interior y con caracter¨ªsticas nada despreciables: constituye un material ligero pero resistente, es un buen aislante t¨¦rmico y resulta dif¨ªcilmente colonizable por microorganismos. El primero tiene un aspecto caracter¨ªstico en forma de perlas o bolitas (es el conocido como poliesp¨¢n), y se usa en numerosos paquetes de embalaje. El segundo es m¨¢s denso, y es el que encontramos, por ejemplo, en las bandejas de los supermercados.
A pesar de la importancia que supone, es llamativo que las decisiones suelan tomarse antes por motivos medioambientales que por razones de salud¡±, dice Miquel Porta.
Pero ambos tienen un inconveniente en com¨²n: en caso de no reciclarse o eliminarse, constituyen un peligro para el medioambiente. Especialmente, para aquellos animales (sobre todo marinos) que los ingieren al confundirlos con comida. Este es el motivo principal de su prohibici¨®n en Nueva York (y, anteriormente, en m¨¢s de 100 poblaciones de Estados Unidos) y de que se haya propuesto en otras ciudades como Par¨ªs. Para Miquel Porta, catedr¨¢tico de Medicina Preventiva y Salud P¨²blica en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, no deja de ser algo curioso y en cierto modo alarmante: ¡°A pesar de la importancia que supone, es llamativo que las decisiones suelan tomarse antes por motivos medioambientales que por razones de salud¡±. En contacto con alimentos, los pl¨¢sticos como el poliestireno pueden migrar algunos de sus componentes hacia la comida. En este caso en particular, el estireno se ha relacionado con posibles efectos carcinog¨¦nicos y con alteraciones endocrinas. Aunque estos estudios se han realizado in vitro y en condiciones de laboratorio, y a pesar de que la Agencia Estadounidense de Alimentaci¨®n y Medicamentos (FDA) considera que la media de estireno en la comida es 10.000 veces inferior a lo que se considerar¨ªa peligroso, Porta afirma que hay indicios para estar preocupado: ¡°Estos datos son estimaciones, y deber¨ªan hacerse estudios a largo plazo, ahora mismo inexistentes¡±.
Pero estos motivos no se incluyen en el comunicado del ayuntamiento de Nueva York dentro de las razones que han llevado a su prohibici¨®n. Los principales detonantes han sido las 30.000 toneladas de residuos de poliestireno acumuladas al a?o, los efectos medioambientales provocados y su conclusi¨®n de que resultan virtualmente imposibles de reciclar. Seg¨²n la Asociaci¨®n Nacional de Poliestireno Expandido (ANAPE), esto no sucede en Espa?a. Como afirma Raquel L¨®pez, gerente de la misma, ¡°la imposibilidad de reciclaje no es en ning¨²n caso t¨¦cnica, sino que econ¨®micamente no les resulta rentable. No tuvieron en cuenta este tipo de residuos cuando dise?aron el sistema de gesti¨®n y ahora les sale caro hacerlo. Al contrario de lo que sucede en nuestro pa¨ªs, ellos no tienen un sistema de separaci¨®n en origen, como el contenedor amarillo [para envases], que es lo que optimiza los gastos¡±, a?ade. Daniel L¨®pez, responsable del ¨¢rea de residuos de Ecologistas en Acci¨®n, no est¨¢ de acuerdo: ¡°Adem¨¢s de los problemas ambientales derivados de su proceso de fabricaci¨®n, es muy dif¨ªcil conseguir datos reales de reciclado de pl¨¢sticos y de residuos de envases en general. Incluso ANAPE no da cifras, sino que se limita a justificar la posibilidad de un reciclado te¨®rico¡±, asegura. Como en un trasunto de ¡°muerte por ¨¦xito¡±, para Daniel L¨®pez su principal propiedad, el hecho de que sea tan ligero y resistente, es lo que lo hace tan dif¨ªcil de destruir. ¡°El reciclado material es factible solo en teor¨ªa, como justifica el ayuntamiento de Nueva York¡±, asevera.
En Espa?a su uso no es ni mucho menos tan masivo como en Estados Unidos. En el caso de vasos o bandejas de comida preparada aqu¨ª son de cart¨®n u otro tipo de pl¨¢stico" (ANAPE)
En la ciudad de los rascacielos, con una cultura ampliamente establecida de comida r¨¢pida y caf¨¦s callejeros, el poliestireno extruido supone el 90% de todo este tipo de residuos. Este hecho a?ade dificultades al posible reciclaje: eliminar los restos de alimentos supone sumar costes y, adem¨¢s, imposibilita que pueda volver a emplearse con el mismo prop¨®sito. Por otro lado, seg¨²n ANAPE, este reciclado forma parte del flujo de residuos de tipo dom¨¦stico, ¡°cuyo aprovechamiento es menor que en el caso comercial e industrial¡±. La asociaci¨®n admite que, en cuanto al poliestireno extruido, el producto que m¨¢s residuos genera es la bandeja usada en los supermercados para envasar carne, pescado o fruta. "Pero en Espa?a su uso no es ni mucho menos tan masivo como en Estados Unidos. En el caso de vasos o bandejas de comida preparada, aqu¨ª son de cart¨®n u otro tipo de pl¨¢stico¡±, prosiguen.
Si para ANAPE prohibir un material no es la soluci¨®n a la mala gesti¨®n de los residuos, "ya que incluye la destrucci¨®n de tejido industrial y puestos de trabajo¡±; para Ecologistas en Acci¨®n, "su veto debe ser apoyado y extendido, no solo porque no sea posible su reciclado, sino porque las soluciones de usar y tirar est¨¢n ganando a la recuperaci¨®n de envases¡±.
?Alternativas baratas?
El comunicado del ayuntamiento neoyorquino es tajante. Aunque est¨¢ abierto a la negociaci¨®n con asociaciones sin ¨¢nimo de lucro y peque?os negocios, a partir de 2016 el uso de espumas de poliestireno ser¨¢ multado. Y a partir de mayo de 2015, las 830.000 bandejas de poliestireno usadas cada d¨ªa en comedores escolares se sustituir¨¢n por material de compostaje, una de las principales alternativas. De hecho, las espumas con material compostable son una de las soluciones que seg¨²n ANAPE tendr¨ªan propiedades similares al poliestireno en cuanto a resistencia y aislamiento, pero ¡°har¨ªan que el precio de la materia prima se multiplicara por cuatro¡±. Preguntado por otras alternativas, Daniel L¨®pez asegura que estas pasan por su prohibici¨®n y su sustituci¨®n por nada ("frutas y alimentos en bandejas de poliestireno son prescindibles"), pl¨¢sticos biodegradables como mal menor y, sobre todo, reducci¨®n y reutilizaci¨®n de todo el sistema de envasado. M¨¢s optimista se muestra incluso a este respecto Miquel Porta, para quien hay numerosos ejemplos de que ¡°las alternativas aparecen y se abaratan cuando el producto dominante baja su cuota de mercado¡±.
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