Porno, a partir de qu¨¦ edad
La recomendaci¨®n legal es a los 18, pero no hay mecanismos de control. Los psic¨®logos apelan al control (relajado) de los padres
Si tiene un hijo preadolescente y cada vez que usted pasa por detr¨¢s de su ordenador ¨¦l o ella minimiza autom¨¢ticamente la pantalla, muy posiblemente es lo que piensa: su tierno v¨¢stago consume porno en la Red. El 90% de los chicos y chicas de 13 y 14 a?os han accedido alguna vez a contenidos sexualmente expl¨ªcitos a trav¨¦s de Internet, de manera voluntaria o fortuita, seg¨²n public¨® en 2007 la Universidad de Alberta (Canad¨¢). Si hablamos solo de chicos, el 35% ha visto v¨ªdeos pornogr¨¢ficos ¡°tantas veces que ha perdido la cuenta¡±. Eso es uno de cada tres.
No descubrimos nada si afirmamos que a los chicos y chicas, a partir de cierta edad, empiezan a atraerles la sexualidad. Est¨¢n configurados para ello. ¡°El inter¨¦s por el cuerpo del otro, por verlo y descubrirlo, es muy precoz: puede aparecer antes de los once a?os¡±, explica el psic¨®logo y sex¨®logo Esteban Ca?amares, del Colegio de Psic¨®logos de Madrid. ¡°Lo que ocurre es que al llegar esa prepubertad, el desarrollo hormonal activa ciertas ¨¢reas del cerebro que tienden al contacto f¨ªsico¡±, a?ade.
Los especialistas consultados, sin embargo, apelan al realismo: muchos chavales no van a esperar a los 18 para consumir contenidos er¨®ticos
El problema es que Internet ha alterado los h¨¢bitos de consumo. Conseguir una revista e ingeni¨¢rselas para esconderla al fondo de la cajonera no era tarea f¨¢cil para los intr¨¦pidos adolescentes de hace tres d¨¦cadas; visitar p¨¢ginas web en dispositivos electr¨®nicos no solo es m¨¢s sencillo, sino instant¨¢neo y discreto. Por tanto, se consume m¨¢s. Y variedades de sexo que no son las m¨¢s indicadas para esas edades. ¡°La pornograf¨ªa que suele haber en p¨¢ginas para adultos no est¨¢ en consonancia con la curiosidad de los chavales. Es como muy fant¨¢stica: las erecciones son instant¨¢neas, hombres y mujeres son exuberantes, abunda el sadomaso¡ No es un reflejo de la realidad¡±, apunta el psic¨®logo.
Pero eso los j¨®venes no lo saben, y vuelven a buscar las mismas p¨¢ginas una y otra vez. El 32% de los adolescentes admite haber accedido intencionadamente a contenidos pornogr¨¢ficos online, de los cuales el 43% lo hace de forma sistem¨¢tica, seg¨²n un informe publicado en 2012 por la compa?¨ªa de software McAfee. El estudio tambi¨¦n indicaba que solo el 12% de los padres conocen lo que sus hijos se traen entre manos. Otra investigaci¨®n, realizada en 2009 por Symantec, que tambi¨¦n desarrolla programas para ordenador (entre ellos, el antivirus Norton), revel¨® que ¡°sexo¡± era el cuarto t¨¦rmino m¨¢s buscado en la Red por los adolescentes, solo por detr¨¢s de ¡°YouTube¡±, ¡°Google¡± y ¡°Facebook¡±. ¡°Porno¡± era el sexto.
Saber distinguir entre realidad y ficci¨®n
La pregunta es: ?qu¨¦ efectos puede tener el acceso temprano a ese amplio cat¨¢logo de im¨¢genes, a veces extremas? ¡°En primer lugar, los chicos pueden hacerse una idea equivocada de lo que es el sexo¡±, responde Esteban Ca?amares: ¡°Se percibe como algo mec¨¢nico y no como un acercamiento entre dos personas. Y despu¨¦s puede haber, para algunos, cierta incitaci¨®n a la precocidad, a entrar en un mundo para el que todav¨ªa no est¨¢n preparados. Corren el riesgo de verse metidos en situaciones que no controlan y que sean lesivas para ellos¡±. Por ejemplo, contactando con desconocidos a trav¨¦s de chats. ¡°Los adolescentes deben acercarse al sexo a su ritmo y con sus iguales, descubriendo y jugando¡±, a?ade.
La recomendaci¨®n de que estos contenidos sean vistos solo por mayores de 18 a?os es a d¨ªa de hoy solamente eso, una recomendaci¨®n. ¡°No hay nada ilegal a menos que los contenidos sean ilegales, por ejemplo, si hacen apolog¨ªa de la pederastia o si se cometen delitos contra la intimidad. Pero m¨¢s all¨¢ de la sugerencia, no existe un control exhaustivo¡±, asegura Marcos G¨®mez, subdirector del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE). "Las p¨¢ginas que preguntan al principio si el usuario es mayor de edad, toman la decisi¨®n por curarse en salud¡±, matiza el experto. Y por eso hay tantas que lo hacen. Obviamente, mentir es sencillo. De hecho, desde INCIBE consideran que lo ideal ser¨ªa que pidieran informaci¨®n que permitiera contrastar la mayor¨ªa de edad, como el n¨²mero de DNI.
En el Reino Unido se aprob¨® una ley que obliga a que los proveedores de Internet den a elegir a los usuarios si desean acceder o no esta clase de contenidos; algunos proveedores los dan bloqueados por defecto, y el cliente debe pedir que se activen. "En Espa?a y el resto de Europa, estamos estudiando la forma de que se establezca un etiquetado de contenidos, para que los padres sepan si las p¨¢ginas que visitan sus hijos son apropiadas o no. O que tu navegador sepa que quien accede en ese momento es un menor y deniegue dicha entrada. La tecnolog¨ªa ya te permite hacer ese tipo de control¡±, asevera Marcos G¨®mez. En otras palabras, la responsabilidad actualmente recae solo en los padres.
Los especialistas consultados, sin embargo, apelan al realismo: muchos chavales no van a esperar a los 18 para consumir contenidos er¨®ticos. Si no son de los m¨¢s precoces, a partir de los 14 empezar¨¢n a buscar la manera de saciar su apetito. ¡°A esa edad¡±, comenta el sex¨®logo, ¡°el adolescente ya tiene cierta capacidad para distinguir la realidad de la ficci¨®n, es m¨¢s seguro de s¨ª mismo y m¨¢s maduro, incluso en el plano sexual¡±. Ante esto, dice, se impone el control de los padres sin car¨¢cter punitivo, esto es, aceptando con naturalidad el incipiente deseo de sus hijos y procurando redirigirlos. Libros, art¨ªculos y la orientaci¨®n de los mayores satisfar¨¢n su curiosidad y les preparar¨¢n para lo que, sin duda, practicar¨¢n despu¨¦s.
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