El poder latino de Gina Rodr¨ªguez
La actriz siempre se neg¨® a aceptar que sus opciones estuvieran limitadas por su color de piel. Rechaz¨® papeles con estereotipos hispanos, y ahora ha ganado su primer Globo de Oro por la serie ¡®Jane the Virgin¡¯
Antes de que la noche de los Globos de Oro la encumbrara con ese galard¨®n en la categor¨ªa de mejor actriz de comedia por su trabajo en la serie Jane the Virgin, a Gina Rodr¨ªguez le gustaba proponer un juego. ¡°Consiste en ponerme una s¨¢bana por encima y contar mi historia¡±, detallaba la actriz a este peri¨®dico. ¡°Me llamo Gina. Me cri¨¦ en Chicago, me encantan las carreras de coches, empec¨¦ como bailarina y, despu¨¦s, actriz. Estudi¨¦ en la Escuela de Arte Tisch de la Universidad de Nueva York, mi hermana mayor trabaja en un banco en Boston, encargada de inversiones, y la mediana es doctora. ?De qu¨¦ etnia soy?¡±.
Su discurso es serio, pero su sonrisa, perenne. El juego se lo acaba de fastidiar la fama, porque ahora son muchos m¨¢s los que saben qui¨¦n es Gina Rodr¨ªguez, la nueva estrella de Hollywood, esa que representa lo que ella misma nunca encontr¨® en la pantalla. Una hispana en casa, una estadounidense fuera de ella. Alguien que entiende el castellano de su abuela boricua pero que en la calle el ingl¨¦s es su primer idioma. Que se llena el plato de arroz con frijoles en la mesa familiar y la barriga de perritos calientes y hamburguesas fuera de ella. Que, como muchos otros hispanos de segunda y tercera generaci¨®n, es tan estadounidense como cualquier otro de sus connacionales, aunque su piel sea m¨¢s prieta y sus curvas m¨¢s redondeadas que las del yanqui al uso. ¡°Si te soy completamente honesta, siempre rechac¨¦ el hecho de que mis opciones estaban limitadas por mi color de piel. ?Esto es Am¨¦rica! ?Te imaginas que piense que nunca podr¨¦ ser un superh¨¦roe por mi color de piel? ?O hacer de presidente por culpa de mi sexo o de mi raza? Sin embargo toda mi vida me he tenido que enfrentar a estas dudas. ?Con tu acento vas a ir a la universidad? Afortunadamente crec¨ª en un hogar rodeada de mujeres con coraje que me han ense?ado a no sentirme restringida por la manera que tienen otros de ver el mundo¡±.
Este siempre fue el discurso de Gina Rodr¨ªguez (1984, Chicago). Se declara desde peque?a una redomada cabeza dura y como una aficionada a los rituales mientras crec¨ªa en un hogar hispano de Chicago en el que naci¨® hace 30 a?os. Por ejemplo, esa frase que aprendi¨® de su padre y que todas las ma?anas se dec¨ªa: ¡°Hoy va a ser un gran d¨ªa. Puedo y debo¡±. O ese otro ritual, frente al espejo, en el que el chicote que era en su infancia aprendi¨® que la belleza no siempre viene en talla de anor¨¦xica o con curvas superlativas de estereotipo latino. ¡°Mi familia me ense?¨® que la belleza ven¨ªa de dentro. Y las ¨²nicas cortapisas son las que uno se pone¡±, insiste.
Crec¨ª rodeada de mujeres que me ense?aron a no sentirme restringida por como otros ven el mundo¡±
Es un poco m¨¢s complicado que eso, pero Rodr¨ªguez nunca lo crey¨®. Le ha ido muy bien en su cabezoner¨ªa. La int¨¦rprete todav¨ªa recuerda cuando form¨® parte de un grupo de baile. Lo suyo era la salsa, algo que le ven¨ªa de familia. Eso s¨ª, solo ten¨ªa 7 a?os cuando empez¨®. Sigui¨® bailando hasta los 17 y para entonces ya despunt¨® como uno de los 13 adolescentes que la Universidad de Columbia acepta en su programa de teatro cada a?o. As¨ª que para cuando consigui¨® plaza en la Universidad de Nueva York, donde entre otros le dieron clase talentos como el fallecido actor Philip Seymour Hoffman, el tambi¨¦n int¨¦rprete William H. Macy y guionista y director David Mamet, le dijeron que tan solo un 1% se graduaba con honores. Rodr¨ªguez no lo dud¨® un momento: ella iba a ser ese 1%.
La carrera se la pag¨® su hermana mayor. A su familia le habr¨ªa gustado que Gina hubiera estudiado Derecho. ¡°Llegamos a un punto medio donde les convenc¨ª que como actriz podr¨ªa hacer de abogada¡±, se r¨ªe ahora. Fue un poco m¨¢s dif¨ªcil. Como mujer y como latina los papeles que le empezaron a ofrecer se le quedaban muy, pero que muy cortitos. No ten¨ªa intenciones de hacer de mula, ni de la esposa de un pandillero, ni de jardinera, ni de criada. Y que conste, dice, que no tiene nada contra esos trabajos. Fiel a su palabra, Rodr¨ªguez rechaz¨® el papel que le ofrecieron para trabajar en la serie Criadas y Malvadas. Recuerda, los artistas tienen una responsabilidad. ¡°No solo tenemos que convencernos, enamorarnos, distraernos. Tenemos que ser facilitadores de sue?os, una herramienta para la educaci¨®n, para el cambio¡±, subraya.
Sus ¨ªdolos est¨¢n entre dos mundos: Frida Kahlo y Audrey Hepburn. Aunque tambi¨¦n los tiene m¨¢s cercanos. Admira el cambio que trajeron a la peque?a pantalla actores como Am¨¦rica Ferrera y George Lopez, ambos al frente de series que como Jane the Virgin [que se estrena en Espa?a el d¨ªa 24 en Canal+ Series] reflejan el mundo en el que vive sin necesidad de ponerse serio. ¡°Y eso que suelo ser muy intensa cuando hablo¡±, remata.
Gina vive en Los ?ngeles (donde se rueda la serie) y tiene a su novio a su lado, el tambi¨¦n actor hispano Henri Esteve de la serie Revenge. La familia tambi¨¦n sigue cerca de ella. La noche del lunes, cuando baj¨® del escenario hecha un flan tras recibir su primer Globo de Oro, ah¨ª estaba su hermana Iveliss para darle el primer abrazo. Ya no es el chicote que dice haber sido, en la ceremonia no pudo vestir el traje de ?scar de la Renta que le habr¨ªa gustado lucir dada la muerte del dise?ador, pero estuvo radiante con el traje que le escogi¨® su novio. Rodr¨ªguez emocion¨® al p¨²blico cuando le dedic¨® su premio a esa cultura que representa y que, como dijo, ¡°quieren verse como h¨¦roes¡±. Luego, algo m¨¢s calmada, en la sala de prensa se explic¨®: ¡°Todos queremos ser invitados a la misma fiesta¡±. Y cuando dice todos, dice todos, cambiando prejuicios aunque sea mediante telenovelas incre¨ªbles sobre v¨ªrgenes en el nuevo milenio.
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