Elecci¨®n
Cada d¨ªa, hemos de elegir dos realidades: la oficial, llena de timbres y de p¨®lizas y de proclamas enf¨¢ticas, y la verdadera, desnuda, acorralada, desprestigiada
Es posible que la libertad de B¨¢rcenas y la fianza rid¨ªcula que se le ha impuesto en relaci¨®n con lo que se le imputa tengan su coartada judicial, pero resulta muy dif¨ªcil evitar la sospecha de un acuerdo pol¨ªtico. El archivo de las diligencias contra Esperanza Aguirre se atendr¨¢ a la letra de la ley, pero nadie ignora que usted o yo, en situaci¨®n semejante, habr¨ªamos pasado la noche en el calabozo; luego, nos habr¨ªan ca¨ªdo, en consonancia con la nueva ley de seguridad ciudadana, tres o cuatro a?os de c¨¢rcel. Con un poco de caradura, se puede afirmar frente a los micr¨®fonos que la G¨¹rtel no tiene nada que ver con el PP, incluso que la contabilidad b de G¨¦nova fue cosa de sus empleados. Pero cualquiera que haya visto las im¨¢genes de la boda de la hija de Aznar, a la que acudi¨® toda la banda de Al Capone, y haya seguido los intentos de Rajoy por proteger a su tesorero y poner palos en las ruedas de la investigaci¨®n judicial, sabe que es mentira.
Cada d¨ªa, adem¨¢s de ganarnos la vida (los que tenemos la suerte de hacerlo) hemos de elegir dos realidades: la oficial, llena de timbres y de p¨®lizas y de proclamas enf¨¢ticas, y la verdadera, desnuda, acorralada, desprestigiada, pero con un aspecto de verosimilitud de la que carece la otra. La elecci¨®n, que requiere un gasto de energ¨ªas considerable, empieza a resultar agotadora, tanto, que a veces dan ganas de rendirse, de gritar que se lo cree uno todo a cambio de que rebajen la intensidad del bombardeo. Pero en estas, tienes que hacer frente a las tasas universitarias de tu hijo, o has de llevar a tu padre a urgencias, por poner dos ejemplos, y se te cae el velo de los ojos. Es verdad, hay dos Espa?as: la que nos cuentan y la que cuenta. La que cuenta est¨¢ jodida.
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