Flequillo y bigote en Facebook
Una foto disfrazado de Hitler le cuesta el puesto al l¨ªder de Pegida
Facebook es un instrumento con m¨²ltiples funciones, tambi¨¦n pol¨ªticas. La red social m¨¢s famosa del mundo se usa para notificar la renuncia a un cargo, como hizo la exalcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, o puede ser el detonante que provoque una dimisi¨®n, como le ha ocurrido al alem¨¢n Lutz Bachmann, l¨ªder del movimiento islam¨®fobo Pegida.
Los llamados Patriotas Europeos contra la Islamizaci¨®n de Occidente han visto c¨®mo su caudillo dejaba el tim¨®n de mando al salir a la luz una fotograf¨ªa en la que aparec¨ªa caracterizado como Adolf Hitler, con el mismo corte de pelo, el mismo bigotito que luc¨ªa el dictador y su cl¨¢sico rictus desafiante.
La imagen en la que emulaba a su ¨ªdolo fue colgada por el propio Bachmann en Facebook hace tres a?os y el mi¨¦rcoles la public¨® en primera p¨¢gina el diario sensacionalista Bild acompa?ada de algunas perlas del fundador de Pegida escritas en el muro de la red social. En estos comentarios se dirig¨ªa a aquellos extranjeros que ped¨ªan asilo como ¡°ganado¡±, ¡°sinverg¨¹enzas¡± y ¡°chusma¡±.
Bachmann ha dimitido al ver la que se le ven¨ªa encima. La fiscal¨ªa hab¨ªa anunciado el inicio de una investigaci¨®n por si el provocador selfie y las frases que lo acompa?aban podr¨ªan instigar a la violencia o incitar al odio. Muchos alemanes piensan que quienes se disfrazan de Hitler o son idiotas o son nazis. Incluso dentro del propio movimiento xen¨®fobo se han levantado voces criticando la infausta foto y las inaceptables proclamas de su ya exjefe.
La terminolog¨ªa neonazi y la xenofobia pueden est¨¢n a medio cent¨ªmetro del delito en cualquier pa¨ªs democr¨¢tico, pero a¨²n m¨¢s en Alemania. Sabi¨¦ndolo, los mensajes incendiarios dirigidos por el l¨ªder ultra a sus fieles han bordeado la legalidad. Pero Facebook ha dejado al descubierto lo que verdaderamente piensa.
El movimiento que ha emergido con fuerza en el panorama pol¨ªtico germano ha preferido sacrificar a su cabeza visible antes que toparse con el rechazo de la ¡°gente corriente¡±. Y todo gracias a Facebook. Para bien o para mal, esta herramienta nos recuerda siempre nuestro pasado. En este caso no hay derecho al olvido que valga.
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