El matrimonio como prostituci¨®n
El documental ¡®Az¨²car aparte¡¯ retrata el drama de las mujeres egipcias que sufren un turismo sexual disfrazado legalmente
¡ªCualquier cosa que tengo en casa la vendo.
¡ª?Incluidas las ni?as?
¡ªIncluidas las ni?as. Vendo una parte de m¨ª.
Es una de las escenas m¨¢s duras de Az¨²car aparte (Sokar barra). En ella Umm Usa, una mujer ya madura, confiesa c¨®mo intent¨® convencer a su hija de 15 a?os para que aceptara un matrimonio tan legal como falso con un m¨¦dico libio de 65 a?os; un turismo sexual gestionado por intermediarios en torno al negocio que depreda a las mujeres m¨¢s pobres de Egipto y se ampara en la herramienta legal del matrimonio. Es el drama que retrata Basel Ramsis (El Cairo, 1973) en este documental que se proyect¨® el viernes 30 de enero en los Cines Dor¨¦ de Madrid.
Sin que ¨¦l lo eligiera, ¡°casi por casualidad¡±, su pel¨ªcula ¡ªfilmada en tres pueblos al sur de Guiza (Al Hawamdeya, Al Azazeya y Abu El Nomros)¡ª se rod¨® en un momento clave de la historia de Egipto, entre el 29 de junio y el 7 de julio de 2013. Es decir, coincidi¨® con la ca¨ªda del presidente Mohamed Morsi del 4 de julio. ¡°Pens¨¦ que lo pod¨ªa aprovechar. Porque a m¨ª me parece que una parte muy importante de la revoluci¨®n egipcia son las mujeres¡±, explica Ramsis, cineasta, activista y colaborador de medios como El Huffington Post. ¡°Tambi¨¦n me interesaba por las propuestas de reforma de Constituci¨®n que los islamistas quer¨ªan imponer. Se hab¨ªa conseguido un gran logro social prohibiendo por ley un matrimonio si la chica tiene menos de 16 a?os. Y ellos afirmaron que una mujer pod¨ªa tener la regla hasta con nueve a?os. Y que si su organismo a¨²n no estuviera preparado para tener un hijo, siempre podr¨ªa casarse con un hombre mayor y hacer sexo con los muslos¡±.
El aceptar un matrimonio fugaz, de apenas unos d¨ªas de encuentros sexuales a los que sigue un divorcio fulminante, Ramsis lo ve como la manifestaci¨®n del desespero: ¡°La pel¨ªcula no juzga ni justifica. Pero pregunta: ?Qu¨¦ hace un padre que no tiene para darle ni un plato que comer a sus hijos¡±. Hace cosas como Umm Usa, que en otra dura escena cuenta c¨®mo antes era capaz de cocer pan durante la madrugada para poder venderlo al d¨ªa siguiente; hasta que la hernia que ten¨ªa en el vientre se abri¨® y le sali¨® sangre por el ombligo. ¡°Aunque haya muchos factores como la educaci¨®n o la religi¨®n, la clave est¨¢ en la injusticia y la pobreza. Yo soy de un barrio de clase media alta de El Cairo y all¨ª no hay esta clase de matrimonios¡±.
El negocio sexual legalizado lleva a?os implantado en Egipto, seg¨²n explica Ramsis. ¡°Surge en los a?os setenta, con la subida de los precios del petr¨®leo y la riqueza de la zona del Golfo. Lo que sucede es que la gente del Golfo se empieza a enriquecer mientras Egipto se estaba empobreciendo¡±. Este cineasta y activista?¡ªque afirma haber acabado en las c¨¢rceles de Egipto m¨¢s de una vez¡ª relata que actualmente las zonas en las que ocurre este turismo sexual llegan a ser ¡°ciudades peque?itas¡±. ¡°Hay un entramado bastante grande, pero lo principal son los intermediarios. Alguien que lleva a un desfile de chicas para que el hombre del Golfo elija a la que quiere. Y la forma en que la sociedad lo justifica es legalizando el proceso con un matrimonio¡±.
Pero Az¨²car aparte no es una pel¨ªcula panfletaria. La apuesta est¨¦tica de Ramsis para contar el drama de las mujeres egipcias sin recursos es completamente austera. Una c¨¢mara que deja ver su granulado, ausencia completa de m¨²sica en los testimonios y ning¨²n efecto visual para un montaje parco. Porque a Ramsis no le interesa pontificar, sino mostrar y que el espectador saque las conclusiones por su cuenta. ¡°Por eso insisto en que el momento no lo eleg¨ª a prop¨®sito [la ca¨ªda de Morsi]. Es algo que sucedi¨® mientras rodaba y que est¨¢ ah¨ª para dar contexto. Estoy convencido adem¨¢s de que la primera vez que estas mujeres se atreven a hablar de sus derechos ha sucedido en estos ¨²ltimos cuatro a?os¡±. Y a pesar de ello Ramsis se vio obligado a rodar en solitario a las mujeres entrevistadas en tiempos muy cortos, por el temor a que sus padres, maridos o vecinos las descubrieran.
A pesar de lo que cuenta su pel¨ªcula, Ramsis es optimista con el futuro de su pa¨ªs y de sus mujeres: ¡°No s¨¦ si ser¨¢ en pocos o en muchos a?os, pero conseguiremos que las cosas cambien en Egipto¡±. Y recuerda una an¨¦cdota que en su infancia ser¨ªa impensable, el hijo de su mejor amigo, de cinco a?os y medio, contradiciendo a su padre y diciendo ¡°es mi derecho¡±.
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