La troika es Cerbero
El Europarlamento dijo de la troika hace un a?o algo parecido a lo que ahora dicen los griegos
"Los ciudadanos europeos no conf¨ªan en la troika. Y tienen raz¨®n. Decisiones fundamentales como el despido de miles de funcionarios no pueden adoptarse a puerta cerrada. Tienen que ser debatidas en el Parlamento Europeo, que ha sido elegido directamente en unas elecciones¡±. Estas palabras no corresponden a un peligroso izquierdista griego, sino a la que fue comisaria europea, Viviane Reding. Tampoco lo son las que hablan de ¡°falta de control adecuado y responsabilidad democr¨¢tica de la troika en su conjunto¡±, sino que pertenecen a un informe del Europarlamento de hace un a?o.
As¨ª pues, cuando Yanis Varoufakis, ministro de Finanzas de Syriza, advierte: ¡°No tenemos intenci¨®n de trabajar con una comisi¨®n [la troika] que no tiene raz¨®n de existir¡±, no expresa algo novedoso. En mayo de 2010, en Bruselas, se tomaron algunas de las decisiones que m¨¢s comprometieron el futuro de la Uni¨®n: intervenci¨®n de derecho de Grecia, intervenci¨®n de facto de Espa?a (aquellas medidas que supusieron el principio del fin de Zapatero), la creaci¨®n del primer fondo de rescate europeo para pa¨ªses en dificultades; y la formaci¨®n de la troika, para verificar que los pa¨ªses del euro que solicitasen un rescate apliquen recortes presupuestarios y reformas econ¨®micas. Creada por los jefes de Gobierno del Eurogrupo, la compon¨ªan la CE, el BCE y el FMI, tres instituciones muy heterog¨¦neas, con responsabilidades, estructuras de poder y dosis de transparencia muy diferentes.
Hace un a?o el Parlamento Europeo, a trav¨¦s de sus comisiones de Econom¨ªa y Empleo, hizo una especie de auditor¨ªa a la labor de los antip¨¢ticos hombres de negro de la troika. Aunque diplom¨¢ticamente dio una de cal y otra de arena, all¨ª se escucharon cr¨ªticas para las pol¨ªticas de talla ¨²nica utilizadas en pa¨ªses tan dis¨ªmiles como Grecia, Portugal, Irlanda o Chipre (no se lograron adaptar las medidas impuestas a las circunstancias particulares de cada pa¨ªs), o las del entonces eurodiputado espa?ol, Alejandro Cercas, que manifestaba que los cuatro pa¨ªses intervenidos necesitaban planes de recuperaci¨®n del empleo y de protecci¨®n social (lo que ahora, un a?o despu¨¦s, pretende activar Alexis Tsipras) y que los programas de ajuste no deb¨ªan servir para debilitar los acuerdos colectivos suscritos por los interlocutores (lo que ha hecho Espa?a con la reforma laboral), ni para recortar o congelar los salarios m¨ªnimos ni los sistemas de pensiones (poniendo a algunos por debajo del umbral de pobreza), ni para dificultar el acceso a la atenci¨®n sanitaria, a las medicinas o a una vivienda asequible.
El contenido de sus pol¨ªticas unidireccionales, su opacidad (no se tiene acceso directo a las actas de sus reuniones, entre s¨ª o con los pa¨ªses afectados), su desd¨¦n por la opini¨®n p¨²blica han convertido a la troika en una especie de Cerbero, ese monstruo de tres cabezas que pertenece a la mitolog¨ªa griega, y que aseguraba que los muertos no salieran de la cueva y que los vivos no pudieran entrar.?
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