Ser-vil
El primer compromiso de un Gobierno es atender las necesidades b¨¢sicas de su pueblo
El absolutismo contable del ministro alem¨¢n Sch?uble, su mirada reprobatoria ante el descorbatado Varoufakis, me ha hecho recordar la ¡°modesta proposici¨®n¡± de Jonathan Swift para acabar con el hambre en Irlanda. Pestes y p¨¦simas cosechas hicieron imposible pagar las rentas a los terratenientes, pero estos se negaron a ceder ni en un grano de cebada. La gente se mor¨ªa de hambre, pero el contrato era el contrato. Fue entonces, en 1729, cuando el sacerdote Swift, autor de Los viajes de Gulliver, lanz¨® su propuesta sat¨ªrica, tan brutal como la realidad que denunciaba. Los pobres s¨ª que dispon¨ªan de un ¨²ltimo recurso para afrontar las deudas. Sus propios hijos: ¡°Un tierno ni?o sano y bien criado constituye al a?o de edad el alimento m¨¢s delicioso, nutritivo y saludable, ya sea estofado, asado, al horno o hervido¡±. S¨ª, los acuerdos hay que cumplirlos. Pero los acuerdos tienen un derecho y un rev¨¦s. Y el rev¨¦s, en circunstancias hist¨®ricas, puede convertirse en un documento de barbarie. El primer compromiso de un Gobierno es atender las necesidades b¨¢sicas de su pueblo. Eso s¨ª que es una obligaci¨®n patri¨®tica: matar el hambre, el fr¨ªo invernal y las enfermedades que multiplica la pobreza. Y tambi¨¦n deber¨ªa ser la prioridad de la Uni¨®n Europea, que no es, todav¨ªa, el Sacro Imperio Germ¨¢nico. A Grecia, despu¨¦s de la victoria de Syriza, han decidido ¡°hacerle una corbata¡±. En espa?ol americano, esta expresi¨®n tiene el significado de estrangular. Contra el estrangulamiento de Grecia hemos o¨ªdo voces que algo saben de econom¨ªa, humanidad y crecimiento, empezando por el presidente Obama, con un mensaje para el oblicuo Sch?uble: si quieres que alguien cumpla, no le hagas la vida imposible. ?Y el papel del Gobierno espa?ol? De pena. Como terratenientes. Desde las Cortes de C¨¢diz, sabemos que una cosa es ser liberal y otra ser-vil.
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