El imperfecto equilibrio
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Por Pablo Tosco, http://pablotosco.eu (@pavlobskiroisen)
Achta Fadoul recogiendo agua de lluvia contaminada junto a su hija Noura. Foto de Pablo Tosco/Oxfam Intermon
Bajo un techito de paja Achta Fadoul se sienta suavemente, acomoda a su hijo peque?o entre sus brazos y le comienza a dar el pecho mientras conversamos. Tiene 28 a?os y 6 hijos y vive en la regi¨®n Saheliana del Chad donde s¨®lo un 44% de la poblaci¨®n tiene acceso al agua potable.
El Sahel es una franja de tierra que atraviesa ¨¢frica de este a oeste sin entender de fronteras ni culturas. Ese tapiz ocupa una gran parte de Chad.
Las personas que habitan en el, expuestas a condiciones de vida extremas, poseen una capacidad de adaptaci¨®n inconmensurable.
Durante 6 meses al a?o las tierras de Achta est¨¢n secas, pidiendo a gritos llenar sus grietas de agua. Hoy las lluvias lo inundan todo. El polvo y la sequia son cubiertas por lagunas y yerba buena salvaje.
En ¨¦poca seca, cada d¨ªa antes del amanecer, Achta coloca una madera gastada sobre sus hombros, organiza dos cantaros de cer¨¢mica uno a cada lado de sus pies y con un perfecto equilibro sale en busca de agua junto a sus dos hijas, Noura y Lim. Camina 5 horas cada d¨ªa.
En esta regi¨®n, como en gran parte del mundo rural, la recogida de agua es un ritual realizado por las mujeres. Buscar agua es un tiempo y un lugar en el que se encuentran, conversan, comparten. Un momento donde se reconocen unas con las otras.
¡°Aqu¨ª durante la ¨¦poca seca tengo el corral con los animales, ahora esta zona se inunda y forma una laguna desde donde recogemos el agua para beber, lavarnos y limpiar nuestra ropa y cosas de la cocina, diferente es la temporada seca donde los pocos pozos de la zona se encuentran a mas de una hora caminando¡±.
Los niveles de contaminaci¨®n de esta agua son proporcionales a las enfermedades digestivas y respiratorias que generan. Desnutrici¨®n provocadas por diarreas y paracitos y problemas respiratorias que devienen en neumon¨ªas son dos de las causas de mortalidad infantil en esta regi¨®n del sahel chadiano.
Ser consientes de lo que provoca el consumo de este agua no es tan sencillo cuando lo ¨²nico que tienes para beber es eso.
Achta mira hacia la casa y se encuentra con Noura asomada a la puerta, su hija peque?a, nos dice que sufre diarreas recurrentes. A causa de la distancia es dif¨ªcil acudir regularmente al hospital, all¨ª insisten en que todos estos trastornos digestivos se deben a la mala calidad del agua que bebe.
En su pueblo, Midigir, es com¨²n que las personas sufran diarreas, enfermedades de la piel, paludismo... Para ellas es evidente que el origen es el agua de mala calidad. Los m¨¦dicos de el Hospital de Mangalm¨¦ (capital del distrito) poseen una larga lista de enfermedades producidas por esta raz¨®n: fiebres tifoideas, parasitosis, disenter¨ªa, amebiasis, infecciones urinarias¡ Todo ello se complica si a?adimos los altos niveles de malnutrici¨®n en esta regi¨®n.
Estudios realizados muestran tasas de desnutrici¨®n muy altos en los ni?os y ni?as menores de 5 a?os: en agosto de 2013 el 11,6% padec¨ªan desnutrici¨®n. Un estudio realizado por Oxfam Interm¨®n alerta de la elevada tasa de enfermedades transmitidas por el agua en la zona, que es del 35% y coincide con el limitado acceso al agua potable: 7 de cada diez personas no tienen acceso a ella.
El cielo se oscurece descargando una tromba de agua que inunda todo, cuando la nube huye deja que un sol que parte la tierra lo seque todo.
La regi¨®n de Gu¨¦ra, sufre sequ¨ªas recurrentes. En 2012 hubo una grave crisis alimentaria producto de la sequ¨ªa y el subsiguiente aumento del precio de los alimentos que sumi¨® a las familias es una situaci¨®n de inseguridad alimentaria extrema. Las tasas de malnutrici¨®n se dispararon y a¨²n siguen elevadas (entre el 12 y el 15%). Este a?o, las perspectivas no son mejores, la lluvia tard¨® en llegar. Si no hay lluvia no hay cultivo y si no hay cultivos no hay alimentos. Las familias con menos recursos solo consiguen cultivar los cereales necesarios para cubrir su alimentaci¨®n con lo justo.
Cuando la lluvia se detiene Achta y su marido Ibrahim trabajan con urgencia su peque?a parcela de tierra cultivando ma¨ªz y sorgo. Saben que dependen de esa cosecha, que ser¨¢ lo que los alimente el resto del a?o. Saben que no pueden permitirse estar cansados ni enfermarse.
Si por el consumo de agua sucia, una de las personas adultas de la familia cae enferma durante la ¨¦poca de la cosecha, durante el a?o correr¨¢ peligro la supervivencia de todos.
Desde hace a?os la situaci¨®n es muy complicada. La cosecha ha sido insuficiente y se vieron obligados a contraer deudas y emigrar para poder dar de comer a sus hijos. ¡°Dejamos el pueblo para buscar algo de comer hasta que llegaron las primeras lluvias y regresamos¡±, nos cuenta.
Achta enciende el fuego y comienza a moler el sorgo para preparar la cena, la noche cae y Noura cuelga las mosquiteras dentro de la casa mientras los mas peque?os se lavan.
Hoy los cantaros est¨¢n llenos, nos es agua limpia pero es agua.
Disponer de puntos de agua limpia supone un cambio radical para muchas familias de Chad.
"Mi vida es dura¡ tengo que trabajar mucho para sobrevivir. Tengo que arreglarme sola. Me caer¨¦ y me levantar¨¦, me caer¨¦ y me levantar¨¦, hasta que tenga criados a mis hijos", relata Achta.
Cada 20 segundos muere un ni?o por enfermedades relacionadas con el agua, Achta todos los d¨ªas lucha por que sus hijos no entren en esa fr¨ªa estad¨ªstica.
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