Lo que est¨¢ en juego

Los beneficios que las vacunas han tenido para la humanidad son indiscutibles. Los avances de la vacunaci¨®n han sido permanentes, hasta el punto de que hoy se dice que incluso hasta el 40% del c¨¢ncer podr¨ªa evitarse con este m¨¦todo, como ya ocurre con los tumores de cuello uterino, a trav¨¦s de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH). De las 517 enfermedades infecciosas descritas hasta hoy, 17 son contenidas con vacunas que han probado hasta la saciedad su efectividad, eficiencia y seguridad. Gracias a ellas puede hablarse de la erradicaci¨®n de la viruela, que en la Edad Media diezmaba poblaciones; tambi¨¦n, de la casi desaparici¨®n de la poliomielitis y de la contenci¨®n del sarampi¨®n, la tos ferina y el t¨¦tanos.

Desafortunadamente, estos avances son blanco de los embates de los llamados ¡°movimientos antivacuna¡±, que sin ninguna evidencia los consideran innecesarios y peligrosos. La tendencia ha ido creciendo, y ya se aprecian inesperados brotes de enfermedades, que muchos expertos no dudan en relacionar con los ataques a las vacunas. Solo en EE?UU, en lo que va de a?o, se han registrado 141 casos de sarampi¨®n, que sumados a brotes de este mismo mal en Canad¨¢, M¨¦xico y Brasil, constituyen un hecho contundente de la injustificada expansi¨®n de un virus que puede contenerse en un 100% de los casos con una vacuna segura.

Es una situaci¨®n grave. Si no se mantiene ¡ªcomo lo recomienda la OMS¡ª alta la cobertura para prevenir brotes y casos importados, se corre el riesgo de que personas que no se hayan aplicado la medicina en otros continentes contraigan enfermedades. Hay mucho en juego.

Bogot¨¢, 13 de febrero