Ucrania no puede convertirse en Siria
El camino para alcanzar un acuerdo de paz y desbloquear la situaci¨®n puede resumirse en 14 palabras: Putin debe retirar sus fuerzas, y Kiev recuperar el control de su frontera oriental
"?Nunca m¨¢s!¡±, gritaron los europeos tras la Primera Guerra Mundial. Y volvi¨® a suceder. ¡°?Nunca m¨¢s!¡±, gritaron los europeos en 1945; y volvi¨® a ocurrir. ¡°?Nunca m¨¢s!¡±, gritaron los europeos despu¨¦s de Bosnia, en 1995; y ahora ha vuelto a pasar. Espero y dudo, en igual medida, que el acuerdo de alto el fuego de Minsk, logrado gracias a los heroicos esfuerzos de Angela Merkel, permita alcanzar la paz. Pero, aun en el improbable caso de que as¨ª sea, vean lo que ya hemos permitido que ocurra.
Otro pa¨ªs europeo desgarrado por la fuerza. Seg¨²n los c¨¢lculos de la ONU, han muerto al menos 5.400 personas, alrededor de 13.000 han resultado heridas y 1,6 millones han tenido que abandonar sus hogares. Rusia se ha anexionado oficialmente Crimea, que formaba parte de un Estado soberano vecino. El acuerdo de alto el fuego de la semana pasada, Minsk 2, establece que Ucrania no recuperar¨¢ el pleno control de su frontera oriental con Rusia hasta finales de este a?o, y solo si celebra elecciones en las regiones de Donetsk y Lugansk y les concede un estatus especial constitucional. Tambi¨¦n dice que el Gobierno de Kiev debe seguir pagando las pensiones, los salarios y los servicios de esas regiones. Imag¨ªnense que solo tienen permiso para cerrar la puerta posterior de su casa si ceden el cuarto de estar a una persona que les est¨¢ apuntando con una pistola a la cabeza, y adem¨¢s deben seguir pagando sus facturas.
Las personas razonables podr¨¢n discrepar sobre la mejor forma de defenderse contra una agresi¨®n tan descarada, pero, por lo menos, no debemos hacernos ilusiones sobre lo que est¨¢ sucediendo delante de nuestras narices. Vlad¨ªmir Putin est¨¢ retando deliberadamente a la Uni¨®n Europea con una manera de hacer pol¨ªtica diferente, antigua y peor. La fuerza impone su raz¨®n. Lo negro es blanco. La guerra vuelve a mandar, y el derecho se arrastra como puede hasta una zanja, como un refugiado herido.
Todo ello, en un pa¨ªs cuya integridad territorial juraron solemnemente proteger Rusia, Estados Unidos y Gran Breta?a ¡ªclaro que, ?a qui¨¦n le importa lo que diga hoy Gran Breta?a?¡ª de acuerdo con el memor¨¢ndum de Budapest de 1994, a cambio de que Ucrania, reci¨¦n independizada, aceptara entregar uno de los mayores arsenales de armas nucleares del mundo. Cito: ¡°La Federaci¨®n Rusa, el Reino Unido de Gran Breta?a e Irlanda del Norte y Estados Unidos reafirman su compromiso... de respetar la independencia y la soberan¨ªa y las fronteras actuales de Ucrania¡±. Firmado por Bor¨ªs Yeltsin, Bill Clinton y John Major. Imaginen la lecci¨®n que este quebrantamiento de promesa enviar¨¢ a otras potencias nucleares o que pretenden serlo: hagas lo que hagas, no te creas una palabra de lo que te garanticen y no renuncies a tus armas nucleares.
Hay quien dice que Occidente deber¨ªa abandonar la ampliaci¨®n de la UE y la OTAN
La ley de la jungla de Mosc¨² contra la jungla de leyes de Bruselas. ?Qui¨¦n est¨¢ ganando? ¡°Rusia¡±, responde el conocido realista estadounidense John Mearsheimer. ?Y qu¨¦ podemos hacer? ¡°Occidente debe intentar que Ucrania sea un Estado neutral que sirva de tap¨®n entre Rusia y la OTAN. Que sea como Austria durante la Guerra Fr¨ªa. Para ello, Occidente deber¨ªa abandonar de forma expl¨ªcita la ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea y la OTAN¡±. Vale, gracias, profesor realista. ?Quiz¨¢ le gustar¨ªa encargarse usted de hacerlo? Tenemos el sitio perfecto para que celebre su cumbre de realpolitik: Yalta, donde, en 1945, Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill dieron una ambigua legitimidad a la ocupaci¨®n sovi¨¦tica del este de Europa. Yalta, en la anexionada Crimea.
?Qu¨¦ derecho tenemos a ordenar a unos pa¨ªses independientes y soberanos que sean Estados tapones neutrales? Gary Kasp¨¢rov, que conoce Rusia un poco mejor que Mearsheimer, tuite¨® recientemente: ¡°Los realistas parecen tan contentos de condenar a millones de ucranios a vivir como prisioneros en un territorio ocupado. En Europa, en pleno siglo XXI¡±. El otro d¨ªa habl¨¦ con Kasp¨¢rov sobre Ucrania. Me dijo que hab¨ªa estado en Kiev para conmemorar el 20? aniversario del memor¨¢ndum de 1994; su opini¨®n sobre la tragedia es audaz y original, como su forma de jugar al ajedrez. Insiste en que no se trata de un conflicto entre Ucrania y Rusia, sino entre dos Rusias, que equipara, con licencia po¨¦tica, con el Rus de Kiev y la Horda Dorada.
Aunque las encuestas que muestran la incre¨ªble popularidad actual de Putin en Rusia son cre¨ªbles, no debemos cometer el error de identificar al pol¨ªtico con el pa¨ªs. Tambi¨¦n Adolf Hitler goz¨® de enorme popularidad durante un tiempo, igual que Slobodan Milosevic. Los pueblos pueden dejarse llevar por rumbos desastrosos, sobre todo cuando una h¨¢bil propaganda sabe explotar los mitos y los agravios nacionales m¨¢s arraigados. Entonces, unos a?os despu¨¦s, la gente se despierta y empieza a pagar el precio. Estar en contra de Putin no es estar en contra de Rusia. Es defender el futuro de Rusia a largo plazo y apoyar a los ciudadanos m¨¢s acosados, que representan la otra Rusia.
Putin est¨¢ infringiendo precisamente el principio que siempre ha dicho que deb¨ªa constituir la base de las relaciones internacionales: la soberan¨ªa incondicional de los Estados. ?Pero qu¨¦ desfachatez ¡ªexclamar¨¢n¡ª, que unos pa¨ªses que invadieron Irak critiquen a otros por violar la soberan¨ªa de un Estado! A lo cual respondo que tienen raz¨®n, que la invasi¨®n angloamericana de Irak estuvo mal, desde el punto de vista legal, moral y estrat¨¦gico, pero que eso no es excusa para volver a hacer lo mismo en este caso.
La radicalizaci¨®n que provoca la brutalidad de la guerra ha transformado a los vecinos en enemigos
En Siria, dir¨¢n quiz¨¢ otros, tenemos unos campos de exterminio que hacen que Ucrania parezca casi un pa¨ªs pac¨ªfico, y la ONU habla nada menos que de 3,8 millones de refugiados. ?Qu¨¦ est¨¢ haciendo Occidente al respecto? ?Es que las vidas de los ¨¢rabes valen menos que las de los europeos, las de los musulmanes, menos que las de los cristianos? Cada 15 d¨ªas me despierto pensando: ¡°?No deber¨ªa escribir sobre Siria?¡±. Pero, aparte de que s¨¦ mucho menos sobre Oriente Pr¨®ximo que sobre Europa, lo que he aprendido de los expertos no indica ninguna forma clara de avanzar. Da la impresi¨®n de que hay demasiados grupos sobre el terreno, envueltos en el conflicto, y que cuentan con el respaldo de demasiadas potencias extranjeras (entre ellas Rusia, que apoya a Bachar el Asad).
Aqu¨ª, en cambio, a pesar de la complejidad de Ucrania, existe una manera de desbloquear la situaci¨®n, que se puede resumir en 14 palabras: Putin debe retirar sus fuerzas y Ucrania recuperar el control de su frontera oriental. De modo que, a diferencia de Siria, la clave est¨¢ en que un actor pol¨ªtico cambie de comportamiento. Por supuesto, eso no detendr¨ªa de la noche a la ma?ana a los airados separatistas que luchan en nombre de la Rep¨²blica Popular de Donetsk. En el este de Ucrania, como en Bosnia y en Siria, la radicalizaci¨®n provocada por la brutalidad de la guerra ha transformado a los vecinos en enemigos. Kiev tendr¨ªa que demostrar un enorme sentido pol¨ªtico y mucha imaginaci¨®n para reconstruir un Estado verdaderamente federal, en el que los que se identifican como rusos puedan volver a sentirse razonablemente a gusto. Pero el camino para alcanzar cualquier acuerdo de paz comienza con esas 14 palabras.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, donde dirige en la actualidad el proyecto freespeechdebate.com, e investigador titular de la Hoover Institution en la Universidad de Stanford. Su ¨²ltimo libro es Los hechos son subversivos: Escritos pol¨ªticos de una d¨¦cada sin nombre. @fromTGA
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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