KLab, soluciones tecnol¨®gicas para problemas ruandeses
21 a?os despu¨¦s del genocidio, el boom del sector tecnol¨®gico abandera la transformaci¨®n social del pa¨ªs
Acceder a los consejos m¨¦dicos sin tenerse que desplazar de casa. Saber qu¨¦ plantas medicinales se tienen a la mano para tratarse sin ning¨²n coste. Apoyar a los agricultores para que sean m¨¢s competitivos o asistir a las v¨ªctimas olvidadas del genocidio, son algunos de los logros conseguidos por las aplicaciones tecnol¨®gicas que se desarrollan en Ruanda. Desde 2012, cientos de j¨®venes acunados por la incubadora tecnol¨®gica KLab trabajan para dar respuesta a los m¨²ltiples problemas a los que debe hacer frente la poblaci¨®n local. El impulso del desarrollo profesional de toda una generaci¨®n de techies ruandeses est¨¢ situando al pa¨ªs entre uno de los m¨¢s prominentes del sector en ?frica.
Con un 64% de mujeres en el Parlamento, seg¨²n las Naciones Unidas, Ruanda tiene una de las legislaciones de g¨¦nero m¨¢s progresistas del continente. M¨¢s all¨¢ de los esfuerzos realizados a nivel legal, algunas mujeres ruandesas han tomado las riendas de la transformaci¨®n social y el desarrollo del pa¨ªs. Clarisse Iribagiza es solamente una de ellas. Nombrada por la revista Forbes como una de las emprendedora tecnol¨®gicas m¨¢s importantes de ?frica, es la cabeza pensante que se encuentra detr¨¢s de Hehe Limited, un laboratorio que dise?ada aplicaciones para m¨®viles. Sin embargo, Clarisse no es la ¨²nica emprendedora que se ha tirado de cabeza al boom tecnol¨®gico que est¨¢ viviendo Ruanda.
Son las ocho de la ma?ana y el asfalto de Kigali ha amanecido en calma. Por la avenida KG 7 circulan turistas, ejecutivos y diplom¨¢ticos. Claudette Irere, programadora inform¨¢tica de 27 a?os, es una m¨¢s entre las personas trajeadas y elegantes que se afanan en llegar a la oficina. ¡°Cuando la gente piensa en ?frica, no suele imaginarse a personas como nosotras¡±, afirma la directora general de Klab acerca de las chicas que lideran el sector. Sin embargo, ella no se fija mucho en el hecho de ser mujer. ¡°Se trata de trabajar juntos para llegar m¨¢s lejos¡±, afirma.
Tecnolog¨ªa al servicio de la salud y la agricultura
El sector sanitario ruand¨¦s ya se subi¨® al carro de las NTIC en 2005, con el lanzamiento de Trac Plus, un proyecto del Ministerio de Sanidad para el tratamiento de las personas infectadas de VIH, unas 200.000 seg¨²n datos del gobierno. En 2006, la iniciativa privada Open Medical Record System despleg¨® sus alas para asistir a los hospitales urbanos y rurales en la transferencia r¨¢pida de informaci¨®n sobre pacientes, dolencias y tratamientos. Y en 2009, el proyecto Rwanda Health Enterprise Architecture fue pionero en la ampliaci¨®n de la capacidad para compartir informaci¨®n entre hospitales p¨²blicos y privados del pa¨ªs. Sin embargo, los emprendedores del sector no paran de idear nuevas aplicaciones para el sector sanitario, cosa que sit¨²a a Ruanda como uno de los pa¨ªses m¨¢s comprometidos a la hora de utilizar las nuevas tecnolog¨ªas al servicio de la salud nacional, y por lo tanto, de los Objetivos del Desarrollo del Milenio.
"Mi proyecto es uno de los m¨¢s exitosos que se han desarrollado en el Klab", sentencia Aphrodice. Joven de 29 a?os, Aphrodice es el creador de Foyo Group, una empresa que desarrolla aplicaciones m¨¦dicas para m¨®viles. "Nuestras aplicaciones ofrecen informaci¨®n y ayuda a personas con problemas de salud que se encuentran aislados o lejos del hospital. Aqu¨ª, en Ruanda, aplicaciones de este tipo son muy ¨²tiles, porque no siempre se est¨¢ cerca de un centro m¨¦dico", afirma Aphrodice. "Sin embargo, tambi¨¦n hay muchas otras personas que utilizan nuestra aplicaci¨®n m-Health porque es m¨¢s c¨®modo enviar un mensaje de texto que tener que pedir cita al m¨¦dico. Simplemente, el m¨¦dico te puede mandar una dieta o hacerte recomendaciones personalizadas por la dolencia que sufras desde el m¨®vil. Esto cuesta mucho menos dinero que desplazarte hasta el hospital", cuenta el joven ruand¨¦s sobre las aplicaciones que ofrece su compa?¨ªa. "Tenemos otras aplicaciones para saber utilizar las plantas medicinales que las personas tienen m¨¢s a mano. Por ejemplo, si te pones enfermo y no puedes comprar medicina, quiz¨¢s puedes escoger una de las m¨¢s de 1.250 plantas medicinales que tiene Ruanda. As¨ª que, dependiendo de tu dolencia, no tendr¨¢s ni que pagar medicinas".
El sector agr¨®nomo es otro de los que m¨¢s se benefician a d¨ªa de hoy de las herramientas tecnol¨®gicas. El proyecto mFarm ha ayudado a muchos agricultores a distribuir su stock, hacer inventarios, compartir y comparar precios de las existencias y mejorar la competitividad de sus productos dentro y fuera del mercado ruand¨¦s. eSoko, otra herramienta gubernamental para impulsar el sector agr¨ªcola ruand¨¦s, empodera a los productores locales inform¨¢ndoles de las ¨²ltimas decisiones tomadas des del gobierno que puedan afectar a la venta, el transporte o la exportaci¨®n de sus productos.
Aqu¨ª, el Klab tambi¨¦n tiene algo nuevo que aportar. Shikama Dioscore, innovador tecnol¨®gico de tan solo 23 a?os, es el responsable de Go Ltd, una empresa que trabaja con agricultores ruandeses para mejorar su rendimiento y la rentabilidad de sus productos a trav¨¦s de Internet. "Hacemos paginas web gratuitas para cooperativas del sector agropecuario. Nos financiamos a trav¨¦s de la publicidad y as¨ª los campesinos, que no suelen tener muchos recursos, no tienen que gastar dinero en ello. Asumimos nosotros el riesgo, pero a la vez, ganamos y ayudamos a que el sector se desarrolle", cuenta Shikama sobre esta joven iniciativa nacida en noviembre de 2014.
"KLab es la punta del iceberg de lo que est¨¢ sucediendo en Rwanda", subraya Claudette. Go Ltd o Foyo, son solamente algunas de las iniciativas que van emergiendo de este humilde espacio. Pero cada d¨ªa, cientos de chicos y chicas idean nuevos programas, desarrollan nuevas ideas, que no solamente est¨¢n determinando el cambio de rumbo de nuestra naci¨®n, sino que creo que determinar¨¢n el futuro de ?frica y del mundo", sentencia la joven. "El Klab, junto a otros laboratorios como el iHub de Nairobi, est¨¢n resituando el foco de las nuevas tecnolog¨ªas en el mundo. Ahora son las grandes multinacionales las que se deslocalizan. Todos los expertos deber¨ªan observar de cerca esta revoluci¨®n que estamos llevando a cabo. El talento africano se est¨¢ haciendo con el sector de las NTIC, porque solo nosotros podemos dar soluci¨®n a nuestros problemas".
Klab, un espacio gratuito para emprendedores del sector tecnol¨®gico, abri¨® sus puertas en junio de 2012 como materializaci¨®n de uno de los pilares ideados por Paul Kagame dentro de la Vision 2020, plan estrat¨¦gico para convertir Ruanda en un pa¨ªs de renta media. Con la intenci¨®n de transformar el pa¨ªs de una econom¨ªa agraria a una econom¨ªa de la informaci¨®n y una sociedad basada en el conocimiento, el presidente ruand¨¦s liberaliz¨® a partir del a?o 2000 el mercado de la Tecnolog¨ªa de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n (TIC) y adopt¨® un plan para digitalizar el pa¨ªs. En poco a?os, Ruanda se ha convertido en un centro tecnol¨®gico, y el KLab ha jugado un papel fundamental en el desarrollo del sector.
¡°?Qu¨¦ ruand¨¦s querr¨ªa vivir en Occidente pudiendo vivir en Ruanda en un momento en que todo est¨¢ desarroll¨¢ndose de esta forma? Mi generaci¨®n ya llama a Ruanda la naci¨®n incipiente. Es una naci¨®n joven que ha pasado por momentos muy cr¨ªticos... Vivimos un genocidio espantoso. Pero estamos en un momento apasionante. El pa¨ªs se est¨¢ desarrollando tan r¨¢pidamente que si est¨¢s fuera, pierdes la oportunidad de ser parte de ello¡±, manifiesta Claudette desde la peque?a sala de reuniones de esta incubadora de talentos e innovaciones con vistas a la capital. La joven, que estudi¨® un m¨¢ster en ingenier¨ªa inform¨¢tica en una universidad norteamericana, es el ejemplo del ¨¦xito de una generaci¨®n dispuesta a trabajar para el futuro del pa¨ªs. ¡°Me fui a estudiar fuera porque a¨²n est¨¢ m¨¢s valorado hacer un m¨¢ster en un pa¨ªs extranjero, pero no hubo ni un d¨ªa de los que estuve fuera que no estuviera deseando volver a casa¡±, reconoce.
Claudette, que se posicion¨® como directora del KLab en 2014, no es el ¨²nico caso de ¨¦xito en el sector tecnol¨®gico de Ruanda. Sin embargo, ella no se atribuye ning¨²n m¨¦rito y no duda en subrayar que su caso no tiene ninguna importancia, sino el del colectivo de techies que est¨¢n transformando la naci¨®n. ¡°Este espacio no tendr¨ªa ning¨²n sentido sin las personas que hay en ¨¦l¡±, subraya la directora de este centro integrado dentro de la red de laboratorios tecnol¨®gicos de ?frica: AfriLabs. ¡°Tenemos 203 miembros regulares, 34 tutores y 179 arrendatarios. Sin embargo, no podemos aceptar todas las solicitudes que tenemos para integrarse dentro de nuestro equipo, porque nuestro espacio es muy limitado. Actualmente, solamente tenemos sitio para unas 100 personas al mismo tiempo, por eso hay que hacer turnos. Pero tenemos 600 solicitudes a las que no podemos acoger¡±, reconoce sobre la incubadora financiada por la Federaci¨®n del Sector Privado de Ruanda, la Agencia de Cooperaci¨®n Internacional Japonesa y el Comit¨¦ de Desarrollo de Ruanda. ¡°Si hici¨¦ramos pagar cuotas para restringir la entrada a socios, esto se convertir¨ªa en un espacio pijo sin ning¨²n tipo de inter¨¦s para el desarrollo del pa¨ªs. Hay que ser conscientes de que Ruanda sigue siendo uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del planeta, y hay que trabajar sin perder nunca esto de vista¡±, reconoce la directora de la incubadora.
Ruanda, l¨ªder del sector tecnol¨®gico
La construcci¨®n de 2.300 kil¨®metros de fibra ¨®ptica y los acuerdos de cooperaci¨®n con la empresa coreana Korea Telecom, ambicionan hacer llegar Internet de alta velocidad al 95% de los ruandeses. Con iniciativas como el programa One Laptop per Child, que provee a los estudiantes de primaria con ordenadores port¨¢tiles y tablets desde el a?o 2008, el gobierno ya ha conseguido acercar Internet al 8,7% de la poblaci¨®n, de un total 12 millones de ruandeses. A pesar de que las cifras a¨²n muestran este servicio como un lujo para los privilegiados, los esfuerzos del gobierno ruand¨¦s para situar el pa¨ªs como el epicentro de las NTIC en ?frica no tienen parang¨®n. Las estad¨ªsticas oficiales revelan como la tendencia en la utilizaci¨®n de la telefon¨ªa m¨®vil no para de crecer, con m¨¢s de 7,5 millones de ruandeses registrados con tel¨¦fonos propios a finales del 2014.
Situado en el ¨¢tico del edificio de Telecom House, que alberga varias empresas tecnol¨®gicas, el KLab es incubadora de algunas de las ideas m¨¢s novedosas del ?frica del Este. ¡°Mi trabajo es escuchar las ideas que plantean los j¨®venes programadores, valorar si tienen futuro y cederles el espacio necesario para que tengan acceso r¨¢pido y gratuito a Internet. Cuando las propuestas se han aceptado, los desarrolladores, individuales o en equipo, tienen un periodo de tiempo para hacer la idea rentable. En cuanto la idea ya es un proyecto mercantilizable, Klab facilita la puesta en marcha del negocio¡±, explica Claudette.
Con la ayuda de la Universidad Carnegie Mellon, el Klab tambi¨¦n ofrece a sus usuarios cursos regulares de formaci¨®n en dise?o creativo y programaci¨®n Java, entre otros. ¡°Gracias a los talleres que ofrecemos, pero tambi¨¦n al hecho de poder tener un espacio com¨²n donde los creativos del pa¨ªs pueden reunirse, compartir e intercambiar ideas y conocimiento, el sector tecnol¨®gico ruand¨¦s est¨¢ transformando el d¨ªa a d¨ªa en ?frica¡±, asegura Claudette. ¡°Estamos creando soluciones para las instituciones p¨²blicas o el transporte, generando empleo, internacionalizando las marcas y captando el inter¨¦s de Europa o Estados Unidos hacia Ruanda¡±, puntualiza la directora del centro. Con este modelo de funcionamiento, KLab es hogar de los desarrollos m¨¢s interesantes del sector tecnol¨®gico del pa¨ªs, con un ejemplo claro: ¡°Nuestro d¨ªa nacional de trabajo comunitario, el Umuganda, ha encontrado su hom¨®logo virtual con el proyecto eUmuganda, una cita mensual donde los techies ruandeses nos reunimos para mapear la ciudad de Kigali y hacer m¨¢s accesibles servicios y espacios para sus ciudadanos¡±, explica sobre la forma de adaptar la tecnolog¨ªa a las necesidades y responsabilidades pol¨ªticas de los ruandeses.
Tecnolog¨ªa al servicio de las v¨ªctimas del genocidio
21? a?os despu¨¦s de que el pa¨ªs sufriera uno de los genocidios m¨¢s crueles de la historia, muchos a¨²n se recuperan de sus secuelas y traumas. Algunas de las v¨ªctimas han ca¨ªdo en el olvido cuando las miradas se han centrado en otros afectados como los hu¨¦rfanos o las mujeres infectadas de VIH a causa de las violaciones cometidas durante este periodo. Los Incike, o ¡°los desaparecidos¡± en la lengua kinyaruanda, son cerca de un millar de personas de m¨¢s de 70 a?os que perdieron a todos sus familiares durante las matanzas y que viven solos a d¨ªa de hoy en condiciones de pobreza.
Malviviendo a causa de su avanzada edad, con pensiones de a penas 30 euros el mes y sin la ayuda de familia, los Incike han sido el colectivo m¨¢s olvidado despu¨¦s del genocidio. Por eso, desde el Klab, Seed Star World decidi¨® lanzar una campa?a de captaci¨®n de fondos para proveer a los ancianos con productos b¨¢sicos de alimentaci¨®n y donarles tel¨¦fonos m¨®viles para poderse comunicar cuando tienen cualquier tipo de problema. La campa?a, pionera, dur¨® del 7 de Abril al 4 de Junio 2014, exactamente los 100 d¨ªas que conmemoraron las fechas que dur¨® el genocidio de 1994.
¡°A trav¨¦s de la campa?a online se consiguieron recaudar 1,7 millones de Francos ruandeses (2.175 euros). Para este 2015 se aspira a recaudar suficiente dinero como para construir 20 casas para los Incike. La campa?a durar¨¢ los mismos d¨ªas que el genocidio, de nuevo, para que nadie olvide lo que pas¨® durante ese periodo y para que todos ayuden a construir un futuro mejor para Ruanda¡±, explica Aphrodice Mutangana, miembro de la plataforma Seed Star.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.