El joven m¨¦dico que va a erradicar la segunda enfermedad humana
Una bacteria que borra los rostros podr¨ªa desaparecer gracias a un investigador espa?ol
Hay un par de fotograf¨ªas hist¨®ricas que dejan claro que la humanidad, cuando quiere, puede superar en bondad y poder a cualquiera de los dioses adorados por las 4.000 religiones diferentes que existen en el mundo. La primera imagen muestra al cocinero somal¨ª Al¨ª Maow Maalin, de 23 a?os, con el cuerpo lleno de ¨²lceras. En la segunda foto, tomada unos meses despu¨¦s, aparece el mismo joven pero sonriente, con sus heridas sanadas. Al¨ª Maow Maalin fue, el 26 de octubre de 1977, la ¨²ltima persona que se infect¨® de manera natural de viruela, una enfermedad que lleg¨® a matar a m¨¢s de medio mill¨®n de personas al a?o, incluidos cinco reyes europeos solo en el siglo XVIII. Gracias a una campa?a de vacunaci¨®n masiva, la viruela fue la primera, y ¨²nica hasta la fecha, enfermedad humana erradicada de la faz de la Tierra.
¡°T¨¦cnicamente es posible que veamos la foto del ¨²ltimo enfermo de pian en 2017¡±, sostiene el m¨¦dico espa?ol Oriol Mitj¨¤. En el mundo rico, la palabra pian no dice nada. Pero en las regiones remotas de algunos pa¨ªses tropicales es una peste que azota donde se acaban los caminos, all¨ª donde los m¨¦dicos son como seres imaginarios de los que hablan los m¨¢s viejos. El pian es una enfermedad olvidada provocada por una bacteria, emparentada con la s¨ªfilis, que sin tratamiento deforma los huesos, deja las piernas como lunas en cuarto menguante y llega a borrar, literalmente, la cara de las personas afectadas, sobre todo ni?os.
Ahora, el pian, que afecta a unas 500.000 personas, puede desaparecer del planeta gracias a una estrategia que, seg¨²n se ha anunciado este mi¨¦rcoles, funciona. Un personaje del dramaturgo alem¨¢n Bertolt Brecht proclamaba: ¡°Desgraciada la tierra que necesita un h¨¦roe¡±. En este caso, la tierra desgraciada son 13 pa¨ªses de ?frica, el sudeste asi¨¢tico y el Pac¨ªfico occidental, con los que se ceba el pian. Y el h¨¦roe es Oriol Mitj¨¤.
En 2010, cuando ten¨ªa 29 a?os, el joven investigador aterriz¨® en la remota isla de Lihir, en Pap¨²a Nueva Guinea, para trabajar como m¨¦dico. Llegaba con un premio extraordinario de licenciatura y un m¨¢ster en Londres sobre enfermedades tropicales bajo el brazo. Al poco de llegar, pas¨® por su consulta un ni?o con un s¨ªntoma que no hab¨ªa estudiado ni hab¨ªa visto antes en una estancia en India: una ¨²lcera roja en el brazo del tama?o de una moneda de dos euros. Un m¨¦dico local le puso al d¨ªa: ¡°Es el pian¡±.
La enfermedad llevaba olvidada medio siglo. En 1952, cuando hab¨ªa 50 millones de afectados en el mundo, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y Unicef pusieron en su punto de mira al pian con el objetivo de erradicarlo. Iniciaron una campa?a de tratamiento masivo con inyecciones de penicilina en 46 pa¨ªses. Doce a?os despu¨¦s, el n¨²mero de casos cl¨ªnicos se hab¨ªa reducido un 95%. Entonces, se decidi¨® relajar el cerco y la bacteria resurgi¨®, volviendo a borrar rostros de ni?os en las regiones m¨¢s pobres de los pa¨ªses m¨¢s pobres.
Mitj¨¤, enfrentado a un enemigo derrotable con un simple antibi¨®tico, decidi¨® no sumarse a la desidia de las autoridades. Junto a su director de tesis, Quique Bassat, ambos del Instituto de Salud Global de Barcelona, se puso a dise?ar una estrategia para combatir el pian. Necesitaban un tratamiento m¨¢s sencillo que un pinchazo de penicilina, una medida que requiere personal m¨¦dico entrenado y genera miedo entre la poblaci¨®n. En 2012, anunciaron los resultados de un estudio con 250 ni?os en la revista brit¨¢nica The Lancet: con una sola pastilla de otro antibi¨®tico, la azitromicina que en los pa¨ªses ricos se suele emplear para bronquitis y otitis, los chavales con pian se curaban.
Animada por el impulso del espa?ol, la OMS decidi¨® retomar el objetivo de erradicar el pian y se fij¨® como meta el a?o 2020. Como se necesitan tres a?os sin casos para dar una enfermedad por extinguida, el ¨²ltimo enfermo de pian tendr¨ªa que ser curado en 2017. Faltaba demostrar que la estrategia de Mitj¨¤ funcionaba a gran escala. Y funciona.
T¨¦cnicamente, la estrategia puede erradicar la enfermedad en 2020", afirma el m¨¦dico Oriol Mitj¨¤
Un nuevo estudio que se publica este mi¨¦rcoles en la revista The New England Journal of Medicine muestra los resultados de una campa?a de tratamiento masivo para la mayor parte de los 16.000 habitantes de la isla de Lihir. En solo un a?o, entre 2013 y 2014, la proporci¨®n de enfermos cay¨® casi un 90%. La presencia de la enfermedad en la poblaci¨®n pas¨® del 2,4% al 0,3%. Y el estudio contin¨²a con seguimientos para llegar a los cero casos.
¡°Nuestros resultados demuestran que, t¨¦cnicamente, la estrategia puede erradicar la enfermedad en 2020¡±, explica Mitj¨¤ por tel¨¦fono desde Pap¨²a Nueva Guinea, donde coordina el Centro M¨¦dico de Lihir, a 48 horas de viaje desde su casa en Espa?a. En su hospital, el pian ha desaparecido. Cuando lleg¨® en 2010, el m¨¦dico novato se acerc¨® a los colegios de la zona para conocer la extensi¨®n de la enfermedad que acababa de descubrir en su consulta. Solicit¨® a los profesores que pidieran a sus alumnos con ¨²lceras que se levantaran. ¡°La mitad de la clase se pon¨ªa en pie¡±, recuerda. Otros, con la cara borrada o los huesos torcidos, ni siquiera quer¨ªan ir al colegio y se quedaban en casa.
¡°La dificultad fundamental para erradicar la enfermedad ser¨¢ llegar a las zonas m¨¢s remotas¡±, admite Mitj¨¤. En la isla de Lihir, con aldeas perdidas, su equipo consigui¨® repartir pastillas al 84% de la poblaci¨®n. En otros lugares, alcanzar esa cifra puede ser tremendamente complejo. En septiembre de 2012, M¨¦dicos Sin Fronteras intent¨® poner en marcha la estrategia de los investigadores espa?oles en uno de los lugares m¨¢s inaccesibles del planeta, las selvas del norte del Congo. All¨ª, los m¨¦dicos pasaban horas en todoterreno, en canoa y caminando por pantanos o a machetazos por la selva para llegar a sus pacientes: pueblos pigmeos de cazadores-recolectores.
El 10% de los ni?os en las zonas m¨¢s aisladas presentaba las ¨²lceras del pian. Muchos de ellos eran incapaces de tragarse la pastilla de azitromicina porque nunca hab¨ªan visto una. Gracias a un esfuerzo ¨¦pico, la ONG consigui¨® administrar el antibi¨®tico a 17.500 pigmeos, pero no bast¨®. En la selva congole?a, los pigmeos, n¨®madas, iban y ven¨ªan desde las vecinas Rep¨²blica Centroafricana y Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. Y con ellos viajaba la enfermedad. Las ¨²lceras regresaron a las aldeas tratadas.
¡°La fragilidad de los sistemas de salud es el tal¨®n de Aquiles de cualquier campa?a¡±, reconoce Quique Bassat, ahora destinado al Centro de Investigaci¨®n en Salud de Manhi?a (Mozambique), donde su instituci¨®n barcelonesa investiga enfermedades como la malaria, el sida y la tuberculosis. Sin embargo, Bassat es optimista si hay voluntad pol¨ªtica. ¡°Ahora la obligaci¨®n de la OMS es promover la estrategia contra el pian y ponerla en marcha¡±, afirma.
Uno de los desaf¨ªos es poner de acuerdo a los 13 pa¨ªses afectados, ya que la campa?a debe ser sincronizada para que sea eficaz. Eso significa coordinar a las autoridades sanitarias de pa¨ªses como Costa de Marfil, Rep¨²blica Centroafricana, Congo, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Timor Oriental y Pap¨²a Nueva Guinea.
Otro de los retos es encontrar financiaci¨®n, aunque el tratamiento es muy barato. En la isla de Lihir, cada p¨ªldora de azitromicina ha costado unos 17 centavos de d¨®lar (0,15 euros), gracias al trato con un fabricante indio de gen¨¦ricos. Los recursos humanos para distribuir la pastilla los ha puesto la empresa minera australiana Newcrest, propietaria del gigantesco dep¨®sito de oro que se esconde en el cr¨¢ter de un volc¨¢n extinto en la isla de Lihir. Es uno de los mayores dep¨®sitos del mundo. Desde 1997, del volc¨¢n han salido unos 280.000 kilogramos de oro, aunque los 16.000 habitantes de Lihir siguen en la pobreza.
La farmac¨¦utica Pfizer, con 8.000 millones de euros de beneficio, estudia si donar antibi¨®tico para la campa?a
Para la campa?a internacional de erradicaci¨®n, la OMS negocia una donaci¨®n de azitromicina con la farmac¨¦utica estadounidense Pfizer, que no quiso donar en el ensayo en la isla de Lihir. La empresa, que tuvo un beneficio neto de m¨¢s de 8.000 millones de euros en 2014, s¨ª ha donado m¨¢s de 225 millones de tratamientos con azitromicina para la campa?a internacional contra el tracoma, otra enfermedad provocada por una bacteria, que en este caso ataca los ojos y ha dejado ciegas a m¨¢s de un mill¨®n de personas en todo el mundo. ¡°Pfizer estaba esperando nuestros resultados para evaluar si dona azitromicina contra el pian¡±, conf¨ªa Mitj¨¤.
Si todo sale como est¨¢ planeado, el pian ser¨¢ la segunda enfermedad humana erradicada tras la viruela. O la tercera, despu¨¦s de la poliomielitis, una patolog¨ªa provocada por un virus que ataca el cerebro y la m¨¦dula espinal y puede causar par¨¢lisis. En un principio, la OMS quiso erradicarla para el a?o 2000 y, superada por la realidad, fue retrasando la meta hasta el actual 2018. Otra candidata a segunda enfermedad erradicada es la producida por el gusano de Guinea, una especie de espagueti de un metro que agujerea a las personas como en la pel¨ªcula Alien. En 2014 solo se detectaron 126 casos, pero atrincherados en Sud¨¢n del Sur y Mali, donde grupos vinculados a Al Qaeda han frenado el programa de erradicaci¨®n.
En 1988, hab¨ªa 350.000 casos en 125 pa¨ªses. Tras una campa?a de vacunaci¨®n internacional, en 2014 solo se registraron 413 casos, concentrados en tres pa¨ªses: Afganist¨¢n, Nigeria y Pakist¨¢n. En estos dos ¨²ltimos, grupos armados han asesinado en menos de tres a?os a 77 trabajadores de campa?as de vacunaci¨®n, por bulos absurdos que afirman que el tratamiento es un plan para esterilizar a los musulmanes. Los fusiles Kal¨¢shnikov y Oriol Mitj¨¤ y sus colegas pueden hacer que la fotograf¨ªa del ¨²ltimo enfermo de pian sea la siguiente imagen de la que la humanidad pueda sentirse orgullosa.
Actualizaci¨®n 19 de febrero, 12:00: El texto se ha modificado para incluir la lucha contra el gusano de Guinea y para corregir la formaci¨®n de Oriol Mitj¨¤, especialista en enfermedades infecciosas y no pediatra como se indicaba en la primera versi¨®n.
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