Hacia un nuevo sistema de partidos
Nunca tanta gente se hab¨ªa sentido sin referentes pol¨ªticos y este enorme espacio fue aprovechado por Podemos, y en los ¨²ltimos meses por Ciudadanos. Pero es muy prematuro dar por acabados aL PP y al PSOE
Muchos analistas han coincidido en se?alar que el debate sobre el estado de la naci¨®n de este a?o es el ¨²ltimo bajo un modelo bipartidista. Lo que ya no ha quedado tan claro es qu¨¦ vendr¨¢ despu¨¦s. Algunos se decantan por un modelo cuatripartito donde cuatro formaciones pol¨ªticas pasar¨¢n a tener el protagonismo. Frente a este an¨¢lisis, tambi¨¦n los hay que esperan un nuevo bipartidismo, pero con protagonistas distintos. Es decir, Podemos y Ciudadanos podr¨ªan acabar sustituyendo a PP y PSOE. Seguramente, la mejor forma de responder a esta intriga es saber qu¨¦ dicen los datos y c¨®mo el sistema electoral transformar¨¢ los deseos ciudadanos en diputados. As¨ª, la primera pregunta a responder es: ?qu¨¦ est¨¢ pasando en nuestro pa¨ªs desde el punto de vista de la opini¨®n p¨²blica?
Desde comienzos de 2013, en los bar¨®metros del CIS, el Partido Popular y el Partido Socialista se vienen situando en una horquilla entre el 11% y el 14% de intenci¨®n directa de voto. Estas cifras coinciden bastante con las que se observan tambi¨¦n en los climas sociales de Metroscopia. Son datos bastante at¨ªpicos para el PSOE en nuestra democracia. El Partido Socialista siempre se hab¨ªa movido en cifras superiores al 20% (la ¨²nica excepci¨®n est¨¢ en los a?os 1993 y 1994 cuando se situ¨® ligeramente por encima del 18%). En el caso del PP, estos datos le devuelven a su etapa de Alianza Popular. Aunque con un matiz importante: en los a?os ochenta, su baja intenci¨®n directa de voto era fruto del voto oculto, algo que es dudoso que se produzca en estos momentos.
Mientras que PP y PSOE bajaban a sus m¨ªnimos hist¨®ricos en 2013, la abstenci¨®n, la indecisi¨®n o el voto en blanco aumentaban de forma enorme. Desde que disponemos de datos del CIS, nunca tanta gente se hab¨ªa sentido sin referentes partidistas. Esto no fue aprovechado por dos fuerzas pol¨ªticas minoritarias, IU y UPyD, quienes tambi¨¦n eran vistos como partidos viejos con liderazgos m¨¢s propios del pasado. En esta legislatura, Izquierda Unida nunca ha tenido una intenci¨®n directa de voto de dos d¨ªgitos, algo que s¨ª que obtuvo en los a?os 1994 y 1995. Por su lado, el partido de Rosa D¨ªez nunca ha alcanzado el 5% en intenci¨®n directa.
Por tanto, la ciudadan¨ªa se encontraba bastante hu¨¦rfana. En 2014, este enorme espacio pol¨ªtico fue aprovechado por Podemos; y en los ¨²ltimos meses por Ciudadanos. Han aparecido como partidos nuevos y su ascenso en las encuestas ha sido espectacular. En muy poco tiempo la formaci¨®n de Pablo Iglesias se ha situado a la cabeza con un 20% de intenci¨®n directa de voto, una cifra que todav¨ªa conserva. El partido de Albert Rivera a¨²n est¨¢ lejos de estos datos, pero en el ¨²ltimo clima social de Metroscopia se acercaba al 7% de intenci¨®n directa y las cifras de las ¨²ltimas semanas confirman una tendencia ascendente.
Lo m¨¢s probable es que en 2015 nos encontremos ante un sistema de tres partidos y medio
La duda que surge a continuaci¨®n es qu¨¦ pasar¨¢ una vez nuestro sistema electoral entre en funcionamiento. Hasta la fecha, desde el punto de vista parlamentario, hemos vivido en un sistema de dos partidos y medio. Si calculamos el n¨²mero efectivo de partidos de nuestro Congreso de los Diputados (¨ªndice creado por Laakso y Taagapera), ¨¦ste se ha movido entre el 2,9 de 1977 y el 2,3 de 1982. Cada una de estas elecciones coincide con los momentos de mayor y de menor fragmentaci¨®n de nuestro sistema de partidos.
Esta baja fragmentaci¨®n partidista ha sido posible gracias a la presencia de un n¨²mero relevante de circunscripciones que son claramente bipartidistas en sus resultados. En nuestra democracia hay 29 distritos electorales, que en la inmensa mayor¨ªa de las ocasiones se los han repartido las dos grandes fuerzas pol¨ªticas. Sus tama?os var¨ªan entre los dos diputados de Soria y los 10 de Murcia y en total suman 133 de los 350 esca?os de la C¨¢mara (38%). Lo que les caracteriza a todos ellos es ser muy peque?os en tama?o. Por ello, obtener un diputado en estas circunscripciones es mucho m¨¢s complicado que en lugares como Barcelona o Madrid, pero no imposible. De hecho, si echamos la mirada al pasado, vemos que en alguna ocasi¨®n el bipartidismo s¨ª que se rompi¨® en estos distritos electorales. En ?vila, entre 1982 y 1989 tres partidos se repartieron los tres esca?os. Lo mismo sucedi¨® en Soria en 1982 o en Segovia en 1986. Pero no s¨®lo eso, circunscripciones de un tama?o similar como Vizcaya o Guip¨²zcoa siempre han estado entre las m¨¢s multipartidistas de nuestro sistema electoral. Por ejemplo, esta ¨²ltima ha contado con seis y siete diputados seg¨²n la elecci¨®n y esto no ha impedido que cinco formaciones pol¨ªticas hayan obtenido representaci¨®n parlamentaria en cuatro de las 11 elecciones celebradas. Es decir, el sistema electoral importa, pero la fragmentaci¨®n del voto tambi¨¦n.
Dado este escenario, ?qu¨¦ puede suceder en 2015? Metroscopia dispone de datos con muestras representativas para algunas provincias que han sido claramente bipartidistas hasta la fecha. Si las analizamos vemos que, por ejemplo, en Granada, que en ocho de las 11 elecciones ha sido bipartidista, podr¨ªa tener en los pr¨®ximos comicios hasta cuatro partidos con representaci¨®n parlamentaria. O en Huelva, donde siempre las dos grandes fuerzas pol¨ªticas se han repartido los cinco esca?os, ahora podr¨ªa entrar una tercera. Algo similar ocurrir¨ªa en Almer¨ªa. Pero no s¨®lo eso. En lugares como ?vila, Palencia y Segovia, que s¨®lo reparten tres esca?os cada una, muestran en estos momentos un claro escenario de tres partidos.
La formaci¨®n de Iglesias tiene apoyos transversales; la de Rivera es claramente urbana
?Caminamos hacia un sistema de cuatro partidos? No exactamente. Los estudios de opini¨®n revelan que, por ahora, hay una clara diferencia entre Podemos y Ciudadanos. La formaci¨®n de Pablo Iglesias obtiene amplios apoyos tanto en el mundo rural como en el urbano. En el ¨²ltimo clima social de Metroscopia, Podemos ten¨ªa una intenci¨®n directa de voto del 15,3% en los municipios de menos de 2.000 habitantes, similar a la del PP y superior a la del PSOE. En cambio, Ciudadanos se quedaba en el 1,7%. Es decir, mientras que Podemos es claramente transversal indistintamente del tama?o del municipio, Ciudadanos tiene sus mayores apoyos en las ciudades de m¨¢s de 100.000 habitantes.
Este ¨²ltimo dato es muy relevante para entender la posible evoluci¨®n de nuestro sistema de partidos. Los distritos electorales m¨¢s peque?os se caracterizan por pertenecer muchos de ellos a la Espa?a interior. Por ello, si una fuerza pol¨ªtica no est¨¢ bien representada en los n¨²cleos m¨¢s rurales, ser¨¢ muy dif¨ªcil que penetre en las circunscripciones bipartidistas. Esto s¨ª que parece suceder en el caso de Podemos, pero por ahora no lo ha logrado Ciudadanos. As¨ª, lo m¨¢s probable es que en 2015 nos encontremos ante un sistema de tres partidos y medio.
En definitiva, es muy prematuro dar por acabados a PP y PSOE. Todav¨ªa siguen conservando amplios apoyos ciudadanos y no parece que un bipartidismo vaya a sustituir a otro. Pero que cuenten con un n¨²mero de votantes significativo no impide en estos momentos que dos nuevas fuerzas pol¨ªticas emerjan, aunque con un resultado desigual. Mientras Podemos parece contar con apoyos muy transversales desde el punto de vista territorial, Ciudadanos es un formaci¨®n pol¨ªtica claramente urbana. As¨ª, el ciclo electoral que comienza en Andaluc¨ªa es probable que nos traiga no s¨®lo una mayor fragmentaci¨®n parlamentaria, sino que adem¨¢s nos encontraremos con tres fuerzas pol¨ªticas con una representaci¨®n muy similar entre ellas. Junto a estos partidos se puede situar una cuarta fuerza pol¨ªtica mucho m¨¢s peque?a en el n¨²mero de diputados e infrarrepresentada dados sus escasos apoyos en los distritos claramente bipartidistas. Pero esto ocurrir¨¢ en 2015. ?Se mantendr¨¢ en futuras elecciones? Hablar a varios a?os vista es otra historia. O como dec¨ªa Keynes: ¡°A largo plazo todos estaremos muertos¡±.
Ignacio Urquizu es profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad Complutense de Madrid y coordinador del seminario de an¨¢lisis pol¨ªtico de Metroscopia.
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