No es posible eludir el desarrollo sostenible
Nuestra nueva realidad se caracteriza por tendencias clim¨¢ticas inestables y quienes quieran eludirla descubrir¨¢n que no pueden seguir haci¨¦ndolo
Hace un a?o, estuve en el Brasil para lanzar la secci¨®n correspondiente a ese pa¨ªs de la Red de las Naciones Unidas de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (RSDS), iniciativa de su Secretario General, Ban Ki-moon. El principal mensaje que recib¨ª aquel d¨ªa fue el de que Sao Paulo padec¨ªa una megasequ¨ªa, pero los pol¨ªticos locales y estatales estaban guardando silencio al respecto. Se trata de una realidad que se da en todo el mundo: demasiados dirigentes pol¨ªticos est¨¢n haciendo caso omiso de una crisis medioambiental en aumento y poniendo en peligro a sus propios pa¨ªses y a otros.
En el caso del Brasil, los funcionarios locales y estatales ten¨ªan otras cosas en la cabeza en 2014: la organizaci¨®n de la Copa Mundial de F¨²tbol en junio y julio, y ganar las posteriores elecciones en el mismo a?o. Por eso, recurrieron a una t¨¢ctica pol¨ªtica consagrada: ocultar las malas noticias tras un mensaje que siente bien al p¨²blico.
En algunos lugares no s¨®lo se han pasado por alto los riesgos, sino que, adem¨¢s, se ha adoptado una actitud a¨²n m¨¢s insensata. Las costas de Carolina del Norte, como todas las zonas costeras del mundo, est¨¢n amenazadas por la subida de los niveles del mar causada por el cambio clim¨¢tico inducido por el hombre. Sin embargo, en 2012, las empresas constructoras convencieron a los legisladores de ese Estado para que obstruyeran la utilizaci¨®n de las pruebas cient¨ªficas sobre el aumento de los niveles del mar en las pol¨ªticas estatales de gesti¨®n de las costas, al menosn hasta 2016. En el nivel federal, la actitud al respecto es igualmente flagrante: algunos miembros del Congreso de Estados Unidos, a sueldo de las grandes empresas petroleras, sencillamente niegan la realidad del cambio clim¨¢tico.
Pero unas amenazas medioambientales cada vez mayores est¨¢n abri¨¦ndose paso hasta los titulares, guste o no a los pol¨ªticos y las empresas constructoras. Las malas noticias sobre grandes sequ¨ªas y la escasez de agua potable se extienden desde Brasil hasta los pa¨ªses asolados por conflictos en Oriente Medio, pasando por California.
La regi¨®n metropolitana de Sao Paulo, que tiene 20 millones de habitantes, est¨¢ ahora al borde de racionar el agua, una amenaza sin precedentes para una de las principales ciudades del mundo. En California, este invierno ha vuelto a ser muy seco, en el contexto de una grave sequ¨ªa que dura ya cuatro a?os, una de las m¨¢s duras de la historia de la regi¨®n. En el Pakist¨¢n, el ministro del agua y la energ¨ªa declar¨® recientemente que, ¡°con la situaci¨®n actual, en los seis o siete pr¨®ximos a?os, Pakist¨¢n puede llegar a padecer una escasez de agua grav¨ªsima". Y en Ir¨¢n, los humedales de Hamoun, fronterizos con el Afganist¨¢n, est¨¢n desapareciendo, lo que representa una grave amenaza para la poblaci¨®n local.
Echando la vista atr¨¢s, resulta claro tambi¨¦n que una segu¨ªa que ha durado diez a?os en la vecina Siria contribuy¨® a desencadenar los disturbios que acabaron alcanzando las proporciones de una catastr¨®fica guerra civil, con al menos 200.000 sirios muertos y sin que el fin de la violencia est¨¦ a la vista. La sequ¨ªa ha desplazado a unos 1,5 millones de personas e hizo que los precios de los alimentos se pusieran por las nubes, lo que ha provoc¨® una espiral de protestas, represiones y, en ¨²ltima instancia, la guerra. Aunque la sequ¨ªa no explica toda la violencia posterior, no cabe duda que tuvo que ver.
Cada una de esas sequ¨ªas refleja una compleja combinaci¨®n de factores: el cambio clim¨¢tico a largo plazo, las tendencias meteorol¨®gicas a corto plazo o durante decenios, el aumento de la demanda de agua potable de unas poblaciones cada vez mayores, la mala gesti¨®n de los recursos locales y, naturalmente, una falta de atenci¨®n y voluntad pol¨ªticas. As¨ª pues, se debe afrontar cada una de las sequ¨ªas in situ, abordando las realidades locales.
Sin embargo, el mensaje mundial est¨¢ tambi¨¦n claro: la poblaci¨®n en aumento (ahora es de 7.300 millones, pero es probable que alcance los 8.000 millones en 2024 y los 9.000 millones hacia 2040), el cambio clim¨¢tico inducido por el hombre y el uso excesivo del agua potable para el riego y las necesidades urbanas (sobre todo cuando se construyen ciudades en regiones secas) est¨¢n contribuyendo a que aumenten las posibilidades de una cat¨¢strofe.
Investigaciones recientes indican que es probable que se intensifiquen esas tendencias. Casi todos los estudios sobre el cambio clim¨¢tico inducido por el hombre muestran la probabilidad de que la regi¨®n mediterr¨¢nea ¡ªincluidos puntos cr¨ªticos como Libia, Egipto, Israel, Palestina y Siria¡ª experimente otro importante descenso de la pluviosidad, lo que agravar¨ªa la tendencia a la sequ¨ªa que ha habido durante el pasado cuarto de siglo. Asimismo, un estudio reciente de mis colegas del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia ha mostrado la probabilidad de que el cambio clim¨¢tico cause megasequ¨ªas cada vez mas frecuentes en los estados del sudeste y de las grandes llanuras de EE UU en la segunda mitad de este siglo.
El pr¨®ximo mes de septiembre, los dirigentes mundiales se reunir¨¢n en las Naciones Unidas para aprobar un conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con miras a abordar esas amenazas. Los ODS no garantizar¨¢n la adopci¨®n de pol¨ªticas globales, pero, como dijo en cierta ocasi¨®n el presidente de EE UU John F. Kennedy sobre los acuerdos de la ONU, pueden contribuir a que el mundo se decida a adoptar medidas. Por eso es tan importante comenzar a planificar los ODS ahora.
Ban Ki-moon lanz¨® una Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible para contribuir a que los paises logren los nuevos objetivos. Entre sus miembros destacados figuran universidades y grupos de estudios de todo el mundo. Y entre sus socios, importantes empresas y ONG destacadas. As¨ª, se est¨¢n constituyendo secciones nacionales y regionales de dicha red en todo el mundo: en las Am¨¦ricas, Europa, Oriente Medio, Asia meridional, Asia oriental, ?frica y Ocean¨ªa. Su objetivo es el de conseguir, de aqu¨ª a que se aprueben los ODS en el pr¨®ximo mes de septiembre, una intensa participaci¨®n en la red de todos los pa¨ªses.
En la primavera y el verano de este a?o, las instituciones nacionales que formen parte de la red pedir¨¢n a los gobiernos que comiencen a intercambiar ideas sobre c¨®mo lograr el desarrollo sostenible en sus ciudades, pa¨ªses y regiones. No cabe duda de que muchos pol¨ªticos agradecer¨¢n el apoyo de sus universidades, ONG y empresas. Y quienes quieran eludir la realidad descubrir¨¢n que no pueden seguir haci¨¦ndolo.
Es as¨ª porque nuestra nueva realidad se caracteriza por sequ¨ªas, olas de calor, tormentas extremas, aumento de los niveles del mar y tendencias clim¨¢ticas inestables. A no ser que actuemos con previsi¨®n y basemos nuestras medidas en pruebas cient¨ªficas, no tardar¨¢n en manifestarse crisis h¨ªdricas, inseguridad alimentar¨ªa y conflictos sociales. Dicho de otro modo, no se pueden ocultar las actuales amenazas que van en aumento. La era del desarrollo sostenible debe estar basada en la transparencia, la participaci¨®n y la ciencia.
Jeffrey D. Sachs es profesor de Desarrollo Sostenible y de Pol¨ªtica y Gesti¨®n de la Salud y director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia. Tambi¨¦n es Asesor Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Copyright: Project Syndicate, 2015.
Traducido del ingl¨¦s por Carlos Manzano.
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