Cuando la pol¨ªtica se embarra
Iran conecta la politica exterior de Argentina y la de Israel
La diferencia entre los equipos virtuosos y aquellos que son pura pierna fuerte se empareja en el terreno fangoso, donde las sutilezas se hacen m¨¢s dif¨ªciles. Las imprecisiones se multiplican y en las pelotas divididas el m¨¢s rudo aprovecha. A menudo esos equipos mojan la cancha cuando enfrentan a un equipo superior, o sea, la embarran. En el barro, el que juega sucio tiene ventaja.
Algo similar ocurre en la pol¨ªtica, tanto de una naci¨®n como internacional. As¨ª fue el ¨²ltimo discurso inaugural de sesiones legislativas de Fern¨¢ndez de Kirchner. ?ltimo porque abandona el poder en diciembre. Todo iba dentro de una cierta normalidad, incluidas sus acostumbradas referencias a interminables estad¨ªsticas de dudosa veracidad. De pronto, sin embargo, la presidente derrap¨®. Se sali¨® de discurso y arremeti¨® contra el Poder Judicial. Lo acus¨® de ser el ¡°Partido Judicial¡±, pasando a ofender a muchos, especialmente aquellos imposibilitados de defenderse, como fue el caso de Alberto Nisman, un difunto.
Reiter¨® su propensi¨®n a elaborar teor¨ªas conspirativas, generalmente utilizadas internamente pero ahora proyectadas sobre la escena internacional. Recrimin¨® a Israel y a la comunidad jud¨ªa argentina por un supuesto motivo que explicar¨ªa por qu¨¦ promueven una causa judicial por el atentado contra la AMIA, pero no as¨ª por el atentado anterior contra la embajada de Israel. Es una vieja fabulaci¨®n. Varios de sus funcionarios alguna vez argumentaron que el atentado contra la embajada hab¨ªa sido causado por el propio Mosad, y que tambi¨¦n el Mosad hab¨ªa sido el autor de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Burda forma de embarrar la cancha. La acusaci¨®n contra la presidente, por encubrimiento de un acto terrorista, es por el ataque a la AMIA en 1994, no el de la embajada en 1992. Como si esa fuera una manera efectiva de desviar la atenci¨®n. Teher¨¢n debe haber estado encantado con semejante hip¨¦rbole, pero al d¨ªa siguiente un menos complacido presidente de la Corte Suprema se ocup¨® de recordarle a Fern¨¢ndez de Kirchner que el atentado de 1992 es cosa juzgada. La sentencia del m¨¢ximo tribunal tambi¨¦n apunta hacia Ir¨¢n, el mismo pa¨ªs con el que ella firm¨® un memor¨¢ndum de entendimiento. Tarjeta amarilla por juego brusco. Es que en una rep¨²blica el poder judicial no es un partido, es el ¨¢rbitro.
Netanyahu aprovech¨® el estrado para hacer campa?a en Estados Unidos y revertir las encuestas desfavorables?
A los dos d¨ªas le toc¨® a Netanyahu agitar el miedo como argumento en el Congreso de Estados Unidos, nada menos. Llego all¨ª invitado por la mayor¨ªa Republicana, ignorando una b¨¢sica regla de la diplomacia: a un gobierno lo invita otro gobierno, no un partido pol¨ªtico. As¨ª decidi¨® involucrarse en la irritante coyuntura de la pol¨ªtica interna estadounidense, ofender a Obama y provocar la deserci¨®n de una buena parte de la bancada Dem¨®crata. A pesar del recinto semi vac¨ªo, Netanyahu aprovech¨® el estrado para hacer campa?a y tratar de revertir las encuestas desfavorables de cara a la elecci¨®n del pr¨®ximo 17 de marzo.
Ante la ovaci¨®n de los Republicanos, critic¨® el acuerdo que Obama negocia con Ir¨¢n. Augur¨® una ¡°pesadilla nuclear¡± si ese acuerdo prosperara, desafiando la autoridad del presidente no solo en territorio estadounidense sino en el mism¨ªsimo recinto de sesiones legislativas. Un talento en el arte de embarrar la cancha, Netanyahu contribuye as¨ª a profundizar la divisi¨®n del sistema pol¨ªtico estadounidense, ofende al presidente en su propia casa y genera incertidumbre en la relaci¨®n de largo plazo de su propio pa¨ªs con su aliado estrat¨¦gico central. Como en Buenos Aires, Teher¨¢n no podr¨ªa haber disfrutado m¨¢s de esa escena.
Tienen m¨¢s en com¨²n. El d¨¦ficit de Netanyahu es id¨¦ntico al de Fern¨¢ndez de Kirchner: credibilidad. Netanyahu tal vez no recuerde que en 2002, en ese mismo lugar, advirti¨® sobre las armas qu¨ªmicas de Sadam Husein y asegur¨® que eliminarlo tendr¨ªa consecuencias enormemente positivas para la regi¨®n. Ocurre que armas qu¨ªmicas no hab¨ªa y la consecuencia m¨¢s importante de haber eliminado a Sadam fue el horror del Estado Isl¨¢mico. Parad¨®jicamente, Ir¨¢n aparece hoy en el tablero porque resulta necesario para neutralizar al Estado Isl¨¢mico y siempre es mejor negociar con un Estado, por autocr¨¢tico que sea, que hacerlo con una horda. Las hip¨¦rboles de Bibi Netanyahu, hay que pensar dos veces antes de hacerle caso.
No deja de ser una curiosidad que Ir¨¢n intersecte en la pol¨ªtica exterior de Argentina y en la de Israel. El mundo es cada vez m¨¢s peque?o, si bien cada vez m¨¢s desordenado. El paso de la bipolaridad de la Guerra Fr¨ªa a la unipolaridad de fin de siglo XX fue ef¨ªmero. Desde la invasi¨®n de Estados Unidos a Irak, esa unipolaridad ha derivado en creciente fragmentaci¨®n, una especie de mundo ¡°apolar¡±, sin centro de gravedad. En ¨¦l, actores no estatales han hecho al sistema m¨¢s parejo, y tambi¨¦n m¨¢s brutal e impredecible. El Estado Isl¨¢mico es el ejemplo m¨¢s rotundo, pero no es el ¨²nico.
El concepto de ¡°anarqu¨ªa¡±, el organizador de la propia disciplina de las relaciones internacionales, no ten¨ªa tanta capacidad explicativa desde la entre guerra, en los treinta. La pol¨ªtica internacional se seguir¨¢ jugando en cancha embarrada y el partido no se suspender¨¢ por mal tiempo.
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